Tráfico ilegal de especies, un negocio millonario

PANAMÁ. El tráfico ilegal de especies es uno de los cuatro negocios más rentables del mundo, junto al narcotráfico, la trata de personas...

PANAMÁ. El tráfico ilegal de especies es uno de los cuatro negocios más rentables del mundo, junto al narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas.

Esta actividad puede mover más de 20 mil millones de dólares anualmente en todo el mundo, de acuerdo con cifras de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés). Esta institución señala que en el año 2003 el negocio movilizó 39,750 millones de dólares.

Panamá, por ser un país de tránsito, es estratégico para este tipo de actividades, según Carlos MacPherson, inspector de aduanas del departamento de Cooperación Técnica Internacional de la Autoridad Nacional del Ambiente.

Las especies que más se comercializan en Panamá son el perico, las tortugas, las ranas, las guacamayas, reptiles y venados. Una guacamaya o un tucán podrían estar costando entre $100 y $200 en el mercado local, mientras que en el internacional podrían costar entre $3 mil y $6 mil.

INCREMENTO

En los últimos tres años se ha incrementado el tráfico de la madera de cocobolo y caoba, que puede venderse en el mercado internacional hasta por $5 mil la tuca; sin embargo, en Panamá no se manejan las cifras de este negocio, pero grupos ambientalistas estiman que el movimiento comercial puede estar entre $3 millones y $4 millones anuales.

En Panamá se celebró entre el 22 y el 24 de mayo pasado un taller para fortalecer las capacidades de funcionarios de entidades como la Autoridad Nacional del Ambiente, Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá y Aduanas, para controlar el comercio ilegal de especies.

En esta jornada se llegó a la conclusión de que hay una necesidad establecer un plan de capacitación institucional sobre la normativa de la vida silvestre.

Además, se coordinaron los próximos pasos para regular y controlar la inclusión de los tiburones y del árbol cocobolo en el apéndice 2 de CITES.

Además, durante la jornada de capacitación se concluyó que había que reforzar el monitoreo de especies incluidas en CITES para alcanzar su aprovechamiento sostenible.

CONVENIO

El convenio de la CITES divide en tres tipos de ‘‘apéndices’’ a todas las 35 mil especies que viven en el planeta para diferenciar las que están o no en peligro de extinción.

El apéndice 1 contempla a las especies de animales y plantas que están en el mayor riesgo de extinción. Todos los incluidos estarán protegidos contra el intercambio internacional, a menos que no sea con propósitos económicos. Panamá tiene 25 especies de animales y 4 de plantas incluidas en este grupo, entre los que destacan delfines, monos y felinos silvestres.

El segundo apéndice trata de las especies que no necesariamente están amenazadas de extinción, pero que si no se controla estrechamente su comercio, podrían estarlo. En el país existen unas 315 especies animales y otras 592 de plantas congregadas en esta lista, entre las que sobresalen subespecies de colibríes y otras de cactus.

Finalmente, el tercer apéndice corresponde a la lista de las especies incluidas en alguna solicitud de alguna parte que ya regula su comercio y que necesita la cooperación de algún otro país o países para evitar la explotación insostenible e ilegal. De las especies animales, Panamá tiene 50 incluidas. En cuanto a las plantas, cuatro corresponden a este grupo.

Lo Nuevo