El mono tití en riesgo por el avance urbano y el ruido

PANAMÁ. Solía trepar y correr por el Parque Natural Metropolitano y otras áreas como la zona del Canal. Ahora ya no. Y es que el avance ...

PANAMÁ. Solía trepar y correr por el Parque Natural Metropolitano y otras áreas como la zona del Canal. Ahora ya no. Y es que el avance del asfalto, las construcciones, en fin, esa serie de eventos que conocemos como urbanización, corrieron al mono tití de la ciudad. El ruido y el desarrollo está provocando el desplazamiento a zonas más tranquilas, dijo Carmen Medina, bióloga de vida silvestre de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).

En la década de los 90, era común ver al animal diminuto, de 25 centímetros que no llega a pesar más de una libra y media, en el sendero ‘Mono Tití’ del Parque Natural Metropolitano, en el corazón de la ciudad. Esto cambió con las carreteras y el aumento del tráfico que empujaron al mono a supervivencia en otros lugares. Ahora con dificultad se observa uno que otro, dice la especialista de ANAM.

‘Ellos prefieren escapar para salvar su vida, que sienten amenazados’. Es igual que los humanos: cuando uno advierte que una situación representa un peligro, prefiere alejarse para evitar que algo malo suceda, explicó Medina.

CAMBIOS Y ALTERACIONES

Rafael Samudio, ecólogo y director ejecutivo de la Sociedad Mastozoológica de Panamá (SOMASPA), coincide: un cambio en el ambiente natural de los animales les produce intranquilidad.

Lo crítico de la situación, señalan los especialistas, reside en que podría haber reducción de la poblaciones y hasta mutaciones genéticas en la especie. Las carreteras son barreras artificiales que divide una tropa de la otra y, cuando no hay comunicación entre ellas, las especies se cruzan entre sus propios familiares . Esto podría provocar problemas genéticos, que además generarían una reducción de sus poblaciones.

El ecólogo de SOMASPA, por su parte, explicó que las consecuencias se observarían en cambios morfológicos, psicológicos y de coloración. Y agrega que el ruido excesivo lleva a los Saginos geofroyi a convertirse en presas fáciles de sus depredadores, al no poder percibir su acercamiento: ‘los vuelve agresivos y nerviosos’ y les trastorna tanto su vida que no logran ni alimentarse.

Incluso hasta la comunicación —vocalización— entre ellos se ve interrumpida por el exceso de ruido. La situación es bastante delicada, advierte Samudio. Sin embargo, es posible lograr un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de la especie en las áreas urbanas, consideró el ecólogo. Claro que, para lograrlo, hay que implementar una serie de estudios.

Y hay otros riesgos. El tití que se distribuye desde Costa Rica y Panamá hasta Colombia, también enfrenta el peligro del tráfico ilegal, que amenaza la especie en este país.

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