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- 01/09/2011 02:00
PANAMÁ. Aunque nuestro país no es conocido internacionalmente como un sitio para avistar ballenas como sucede en Argentina, Ecuador, República Dominicana, Costa Rica, entre otros, la actividad para la observación de éstos cetáceos se hace de manera informal. Así lo explicó Isis Pinto, bióloga de la Fundación MarViva Panamá.
Pinto dijo que hasta ahora el servicio se ofrece de manera informal, por ello existe la necesidad de capacitar a los boteros, así podrán ofrecer el turismo de avistamiento de cetáceos, pero de forma responsable.
Añadió que de esa manera no se pone en riesgo la vida de los turistas, ni de los mamíferos.
La bióloga considera que la actividad genera ingresos al país, además fomenta turismo y hace docencia.
La experta explicó que las ballenas provenientes del norte y del sur, varían sus rutas dependiendo de los grupos de su especie. ‘ En Panamá se hacen esfuerzos para identificar las rutas por donde transitan , para establecer medidas que protejan a los cetáceos’, señaló.
Las ballenas migran en ciertos periodos, especialmente cuando las aguas en los polos están frías y con poco alimento. Durante este tiempo migran hacia aguas tropicales que son más cálidas y hay alimentos para ellas y para sus crías. Allí pasan un tiempo hasta que adquieran suficiente grasa y aprendan a defenderse para volver hacia su hábit.
Dijo que en Panamá las ballenas se pueden ver en los meses de junio a noviembre y de febrero a abril. Los conocedores de la movilización de éstos mamíferos indican que las ballenas llegan a aguas panameñas . Los puntos más conocidos son Bocas del Toro, Isla Iguana , Isla Coiba y en el Golfo de Chiriquí.
‘Por lo general son éstos lugares los que se ofertan para el avistamiento’, manifestó la experta.
Vale decir que no contamos con una base de datos sobre la cantidad y las especias de cetáceos que llegan al país, pero hay especies más comunes que pernoctan en aguas panameñas como el delfín moteado o manchado tropical Stenella attenuata, delfín nariz de botella Tursiops truncatus, delfín rotador o tornillo Stenella longirostris, ballena jorobada (Megaptera novaeangliae y el Cachalote Physeter macrocephalus, sostiene Pinto.
GIRAS
Martín Araúz , de Azuero Panamá Tour, organiza giras hacía Isla Coiba en Veraguas e Isla Iguana en Los Santos.
Su negocio lo ha vinculado con éstos mamíferos. Para Araúz realizar giras le ha representado ganancias importantes, pero hace énfasis en que contribuye con el ambiente y el ecoturismo.
‘Es impresionante cuando se está en contacto con esos animales, cuando ves la manada nadar y alzar sus aletas’, cuenta Araúz.
Por su parte, conservacionistas panameños, aseguran que no existe un reglamento de seguridad para el avistamiento. Se recomienda que cuando un persona va a observar ballenas se mantenga a una distancia entre 100 a 250 metros del animal, mantener la embarcación por detrás del animal, no rodearlos, permanecer no más de 30 minutos observándolos, además mantener el motor de la embarcación a una mínima velocidad 7 kilómetros por hora, no hacer ruidos y no alimentar y nadar junto a ellos.