Panamá busca salvar al rey de la selva americana

PANAMÁ. El jaguar ha sido tradicionalmente uno de los mamíferos más representativos del ecosistema latinoamericano. Su condición de feli...

PANAMÁ. El jaguar ha sido tradicionalmente uno de los mamíferos más representativos del ecosistema latinoamericano. Su condición de felino magistral, le ha permitido estar en la cúspide de la pirámide de la fauna tropical y su universo se ha expandido desde México hasta Argentina en las selvas, por los corredores y parches boscosos que aún quedan en el continente.

Este animal desempeña una función en los ecosistemas naturales de los bosques tropicales, como el depredador superior, mantiene el equilibrio de las poblaciones de otras especies que son sus presas, roedores, mamíferos de tamaño mediano a grande, y reptiles.

Contribuye además, a la salud de los bosques, ya que al depredar a los roedores, y controlar su existencia, regula la cantidad de estos pequeños animales que consumen las semillas de los árboles en el suelo del bosque. Si no fueran diezmados, su población aumentaría y consumirían tantas pepitas, que podrían poner en peligro la regeneración de áreas forestales a partir de plántulas.

En el caso panameño, la tendencia a establecer poblados en el sur del territorio; es decir hacia la vertiente del Pacífico, ha permitido que las franjas boscosas queden a lo largo de las cadenas montañosas en forma de un pasillo que recorre el istmo de oeste a este y esto ha posibilitado que esa especie de animales pueda desplazarse e incluso atravesar ambas fronteras, pues su ámbito no está restringido por límites artificiales.

INCIDENTES CON LOS FELINOS

Esta condición y la disminución paulatina de las áreas selváticas, ha ido restringiendo la libertad de movimiento y propiciado incidentes de encuentros entre estos animales y fincas ganaderas o poblados que surgen y se profundizan en regiones que antes estaban pobladas de árboles y la vida se desenvolvía de manera silvestre.

La costumbre ante estos casos esporádicos era organizar una excursión con cazadores, perros y guías e ir a buscar al animal para regresar con su cuerpo, despellejarlo y conservar la piel como trofeo en la finca. Su presencia era un problema para algunos sectores y por tanto, se tomaban acciones para eliminar la ‘amenaza’.

Desde hace algunos años, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), la organización conservacionista internacional Panthera y la Sociedad Mastozoológica de Panamá (Somaspa) habían estado explorando un acuerdo que permitiera el desarrollo de actividades de investigación en el país, así como el inicio de una política de preservación, tanto de la especie como de los sitios donde existen reductos del jaguar.

ACUERDO

Luego de varios intentos, una engorrosa tramitación internacional y de alinear los objetivos e intereses, estos tres entes han logrado, en febrero de 2013, conciliar un acuerdo para ‘proveer la base con la cual se establecerán la asistencia técnica, capacitación y el intercambio de información con el propósito de conservar, recuperar y rescatar la vida silvestre, con énfasis en los jaguares…’ .

Llevar esta especie a categoría de conservación es un hito por la importancia que ella tiene para la vida silvestre; sobre todo en las áreas protegidas, pues su supervivencia garantiza una condición de equilibrio en las zonas donde existe esa población, en todo el conjunto de la fauna y en el contexto de las relaciones entre el mundo animal, con las comunidades y fincas aledañas.

El acuerdo contiene cinco áreas donde se trabajará. Ellas comprenden promover la conservación de felinos silvestres en las áreas protegidas; apoyar la investigación científica y el monitoreo del estado de conservación de estas especies; promover la propia conservación del jaguar; fomentar de mecanismos y acciones para comprender el conflicto con la ganadería y formación de recurso humano especializado.

Este tipo de acuerdos es natural en muchos países. En México, por ejemplo la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) intensifican en El Carmen, Campeche, la promoción del Fondo de Aseguramiento Agropecuario, que tiene el objetivo de minimizar el impacto de la ganadería en la conservación del jaguar.

En ese ámbito, opinan los suscriptores del documento, el jaguar es una especie que se encuentra distribuida desde Nuevo Campechito hasta Champotón y para evitar su depredación, ambas dependencias conforman una mancuerna para evitar daños, tanto en las especie como en la actividad.

El acuerdo en Panamá busca generar un equipo de trabajo para crear condiciones en varias direcciones y que impliquen aumentar las poblaciones del felino y preservar los sitios donde se encuentra el hábitat. El Departamento de Vida Silvestre de la ANAM informó que en 2012 hubo por lo menos tres casos reportados sobre incidentes con jaguares en Santa Fe (Veraguas), La Chorrera y Portobelo (Colón).

ATAQUES

Somaspa tiene cifras sobre incidentes y plantea que ‘entre 1985 y 2008 los felinos han matado unos 170 animales domésticos y que las muertes de jaguares por cacería en el Alto Chagres han sido frecuentes mientras que se registra recientemente la muerte de 2 a 3 jaguares por año desde el año 2006.’

Una historia que parece novela narra El Espectador.com sobre un incidente en Antioquia, Colombia. ‘Veinte días duró el jaguar amedrentando a los campesinos de la vereda Mangos Calenturas en Amalfi (Antioquia): arañando las yeguas, comiéndose las gallinas. Veinte campesinos planearon defenderse, acorralaron con trampas la zona donde lo habían visto y sólo pasó una noche antes de que muriera atrapado’.

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