Los ancianos de la urbe capitalina

PANAMÁ. Su antigüedad es su carta de presentación. Ellos, un grupo de aproximadamente 270 árboles longevos, han sido los testigos mudos ...

PANAMÁ. Su antigüedad es su carta de presentación. Ellos, un grupo de aproximadamente 270 árboles longevos, han sido los testigos mudos de sucesos importantes y del crecimiento urbanístico de la ciudad de Panamá.

Hoy, a sus casi 100 años, contrastan con estructuras modernas en una metrópolis más ruidosa mientras adornan y surten de oxígeno las principales avenidas de los corregimientos de Bella Vista, Calidonia, San Francisco, Ancón, Pueblo Nuevo, Río Abajo y Parque Lefevre.

Sobre estos árboles pesa la amenaza de tala debido a que algunos muestran deterioro y son un peligro para los transeúntes.

Sin embargo, algunos como el árbol de corotú ubicado en la gasolinera Texaco Galaxy —popularmente conocida como la Texaco del árbol de Bella Vista— son considerados patrimonios y en sus tallos aparece una placa con tal distinción.

La copa de estos gigantes de la historia albergan miles de hojas y ramas pesadas. El tamaño de los árboles va desde los tres metros de altura hasta los más de cien que pueden alcanzar las secuoyas —los árboles más grandes del mundo—.

En 2009, David Robles, un médico de 28 años, perdió la vida tras desplomarse un corotú cuyo tronco estaba hueco y sus raíces habían sido recortadas para rellenar la losa del estacionamiento. Ante hechos lamentables como el de Robles, el Departamento de Ornato del Municipio de Panamá es el encargado del manejo silvicultural.

Carmen Belot, subdirectora de Ornato del Municipio de Panamá, aclaró que aún se están en el proceso de realizar un inventario de los árboles que se encuentran en las principales avenidas de la ciudad para conocer su estatus y edades.

Belot explicó que regularmente se realizan podas y/o talas en el caso de que algunos árboles presenten enfermedades o riesgo para los peatones y automóviles.

‘Con el inventario se lograría un manejo adecuado, se previene el colapso de estos, y además se contempla eliminar con regularidad las ramas secas, podar y equilibrar las copas, y en algunos casos sacrificar aquellos muy debilitados’, acotó.

En la metrópolis panameña los que se mantienen en pie son de las variedades caoba, ficus, higo y palma real, entre otras.

En tanto, Manuel Hurtado, ingeniero forestal de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), el deterioro de los árboles es acelerado.

Según Hurtado se debe a la falta de mantenimiento, así como por la absorción de los gases tóxicos que producen los automóviles, entre otras cosas. Estos jerarcas de la naturaleza, también han sido afectados por hongos y plagas.

‘No, se les ha dado el mejor cuidado’, apuntó el funcionario.

El ingeniero forestal de ANAM recomendó hacer una evaluación a los longevos para determinar si deben ser podados, cortados o si se deben reemplazar por otra especie. Con la finalidad de evitar accidentes.

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