• 20/04/2024 13:06

Cuba: La batalla de Playa Girón; historia de una infamia

La rebeldía del pueblo cubano está probada en combate, en Cuba, en África, en la resistencia contra las agresiones cotidianas del país más poderoso del planeta

“Hay que lograr los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros ... reducirle sus recursos financieros ... y provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”, memorándum de Lester Mallory, subsecretario de Estado, asistente para Asuntos Interamericanos. Washington, abril de 1960. (Fuente: Archivo de Seguridad Nacional).

Esa y no otra es la explicación del bloqueo que desde hace seis décadas ejercen todos los gobiernos de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba. A la fecha, ¾ partes de la población cubana solo ha vivido en una Cuba bloqueada.

Como bien dijo Omar Torrijos “cada minuto de bloqueo a Cuba son 60 segundos de vergüenza latinoamericana”. Gobiernos Panameños de todas las tendencias han votado en la Asamblea General de la ONU contra el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. a Cuba que el año pasado obtuvo 187 votos y solo dos en contra (Estados Unidos e Israel).

En esta semana se cumple un aniversario de la batalla de Playa Girón y sobre ello merece la pena informar, recordar y reflexionar.

En marzo de 1960 EE.UU. tenía elaborado y presupuestado (USD 4.4 M) el plan de invasión. Los detalles militares parecen excesivos, pero no era poco lo que tenían en juego: la reconquista de toda una república neocolonial.

Apoyados con gran despliegue de la U.S. Navy (nueve buques diversos) desembarcaron magnates y/o testaferros propietarios de 570,414 Hás., 35 grandes industrias, dueños de 9,666 inmuebles, 10 centrales azucareros, dos bancos, cinco minas y dos periódicos. La tarea de la fuerza invasora era desembarcar, combatir pero - sobre todo - asegurar el área por 72 horas: el tiempo suficiente para que los EE.UU. los reconociera como gobierno provisional e interviniera militarmente con el aval de su ministerio de colonias (OEA).

Las lecciones de Playa Girón son múltiples. Dos merecen mencionarse.

Como les sucede frecuentemente a los analistas de inteligencia de EE.UU. Iraq, Afganistán, Siria, Líbano, Libia, Gaza, Ucrania ...) pasaron por alto dos datos.

Uno, que 13 meses antes, el 22 de marzo de 1959, el Gobierno de Cuba había creado y armado las milicias voluntarias populares con obreros, estudiantes y campesinos.

Y dos, que era el pueblo el que tenía y sigue teniendo el poder, las armas y la voluntad de utilizarlas y vencer.

A los cuatro días de derrotada la invasión, el 23 de abril de 1961, el Dr. Fidel Castro explicó por TV con mapas a la mano, los pormenores de la primera derrota del imperialismo en tierras de América y dijo:

“Nosotros no queremos que el imperialismo se suicide a costa nuestra ... que se vaya a suicidar en ocasión de un ataque contra nosotros. Si eso ocurre, pues sencillamente nosotros resistiremos el ataque. ¿Qué tenemos nosotros frente a su poderío? En primer lugar, una cosa que se llama vergüenza, dignidad y una cosa que se llama valor, eso es lo que nuestro pueblo tiene para resistir todo. Primero, el no tenerle ningún miedo a su poderío, eso es lo primero; segundo, disposición de enfrentarnos a cualquier ataque, vengan con lo que vengan, esa es nuestra fuerza, nuestra dignidad, nuestra disposición ...”.

Después del triunfo de la revolución en 1959, ningún hecho marcó tanto el destino y el futuro de nuestro pueblo como la batalla de Playa Girón.

Para valorar estos hechos, es útil conocer algo de la historia de Cuba. Fue el último país de América Latina en independizarse. Y tuvo que luchar absolutamente sola, inspirados por Martí y con machetes en mano, llamando a degüello contra una fuerza de 300,000 soldados. Si el siglo XX tuvo un Vietnam, el siglo XIX tuvo otro en Cuba.

El bloqueo contra Cuba sigue vigente. Y el mensaje de Girón también.

La mayoría de cubanos que residimos en el exterior lo recordamos cada aniversario con todo el derecho que nos da el ser inmensamente mayoritarios. Cientos de miles de cubanos honrados, decentes y trabajadores, son migrantes económicos a los cuales - precisamente - el bloqueo y las agresiones permanentes a nuestra patria no ha permitido brindarles todas las condiciones materiales que hubiesen sido deseables.

Cultivamos la cubanía, sentimos a la patria como el que más y vivimos de acuerdo al principio martiano de que jamás viviremos de rodillas ante poder extranjero alguno. Si el bloqueo es una “excusa” por qué no nos quitan “la excusa” por dos años y verán de lo que Cuba es capaz.

La violencia y la guerra se extienden por el mundo. Pero Cuba, su pueblo, se yergue en paz y con solidaridades concretas como defensores de los más nobles principios que deberían regir en la Tierra.

La rebeldía del pueblo cubano está probada en combate, en Cuba, en África, en la resistencia contra las agresiones cotidianas del país más poderoso del planeta.

Cuba ya es patrimonio de la humanidad. Por lo que significa, por lo que ha logrado, por lo que ha resistido, pero sobre todo porque demuestra que otro mundo, justo, solidario, culto, libre y digno es posible, su defensa es tarea de todos los hombres y mujeres honrados porque “Cuba, al salvarse, salva”.

El autor es economista
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