El mundial que sirvió de trampolín vuelve a ilusionar
- 17/09/2025 00:00
La selección sub-20 está próxima a iniciar otro recorrido en el torneo que le impulsó; se presenta en la Copa Mundial Sub-20 Chile 2025 con un grupo de jóvenes que buscan ampliar lo alcanzado
La próxima semana Chile acogerá la Copa Mundial de Fútbol Sub-20, un torneo históricamente apreciado por considerarse un paso previo trascendente en la consagración de jugadores que han marcado época, entre los más notorios de ellos Diego Armando Maradona y Lionel Messi, campeones en esta categoría con las selecciones de su país, para alcanzarlo luego con la mayor.
Para la Selección de Panamá, que estará en su séptima participación, el torneo tiene un significado particular pues fue con este campeonato- en su versión Emiratos Árabes 2003- que por primera vez clasificó a un mundial FIFA, abriendo la puerta a que el fútbol panameño adquiriera empoderamiento e iniciara un periodo de trascendencia que le ha permitido, desde entonces, clasificarse tanto a mundiales sub-17, como a mundiales de selecciones mayores masculino y femenino de fútbol, e igualmente a los dos géneros en la modalidad de futsal, incluyendo en esta lista el mundial de fútbol playa masculino.
A esta competición en territorio chileno, tras no haber clasificado a Argentina 2023, se llega con la expectativa de que su entrenador Jorge Dely Valdés -quien la dirigió en su última presentación en el mundial Polonia 2019 alcanzando el mejor posicionamiento al avanzar hasta los octavos de final-, corone el objetivo de dar un paso adelante arribando a los cuartos de final.
Una pretensión ambiciosa para el perfil de Panamá, aunque no se afinca solo en el recuerdo de lo hecho hace seis años, sino que se refuerza con las capacidades que esta selección mostró durante el Campeonato Sub-20 de la Concacaf celebrado en México, el año pasado, donde quedó segunda e invicta en su grupo, accediendo a los cuartos de final para lograr la clasificación a Chile 2025 derrotando a Canadá 2-1, en un reñido partido que se definió en los tiempos extra. Se metería entonces en semifinales para caer 2-1 ante Estados Unidos en un encuentro parejo.
A esto hay que sumarle que desde entonces el cuerpo técnico ha mantenido un plan de trabajo que tuvo en junio pasado como fogueo exigente la participación en el Torneo Maurice Revello, en Francia, y se abocó desde hace dos semanas a una concentración preparatoria activa en la ciudad chilena de Quillota, capital de la provincia de Quillota, Región de Valparaíso.
Tienen programado mañana jueves disputar un partido amistoso contra la Selección de Egipto y el sábado un segundo frente a Nueva Caledonia; dos ejercicios preparatorios hacia el partido oficial ante Paraguay con el que iniciarán el calendario del grupo, el sábado 27 de septiembre, en el Estadio Elías Figueroa Brander, en Valparaíso.
Al arranque, frente al conjunto guaraní, se le vislumbra como un duelo de máxima concentración y despliegue físico por las cualidades particulares que suele exhibir el fútbol paraguayo: aplicado en defensa, corajudo y eficaz en las oportunidades que se le presenten en contraataque. Clasificaron a Chile al quedar de cuartos en el Campeonato Suramericano Sub-20 que tuvo como anfitrión a Venezuela. Mostraron un comienzo de torneo dubitativo afianzándose hacia el final, obteniendo dos victorias clave: una sobre Uruguay y la otra ante Argentina. Dejarían a Uruguay fuera, sin oportunidad de defender en Chile el título mundial que obtuvieron en 2023.
El martes 30 de septiembre, el conjunto canalero asumirá su segundo partido frente a Ucrania, que se podría interpretar como una revancha del que tuvieron en Polonia en octavos de final con victoria eslava; Ucrania, a la postre sería el campeón de esa copa. Si el de Paraguay se presenta con un alto grado de dificultad, el de Ucrania pinta como una cuesta aún con mayor grado de dificultad. Los ucranios son en Europa una de las potencias en categorías menores.
Panamá culminará la fase de grupo con su tercer partido ante Corea del Sur, subcampeona en el 2019 y cuarta en el 2023. Van a Chile sin esconder sus ansias por el título, en el fútbol asiático son un referente permanente del mejor fútbol de su región. Sin lugar a duda es un grupo con mucha dificultad para el propósito panameño de colarse entre los dos primeros lugares o entrar empujado como uno de los cuatro mejores terceros del torneo, pero no hay que darle tampoco muchas vueltas elucubrando, es un mundial y como tal será inclemente con aquellos que no logren superarse a sí mismos, he aquí el reto en el horizonte.
En el ambiente gravita la pregunta: ¿cómo será la acogida que el público local brinde al torneo? Chile, país futbolero con tradición, acoge por segunda ocasión un mundial sub-20 tras haberlo asumido hace treinta y ocho años, en 1987. Fue también anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol Jules Rimet en 1962 en la cual Brasil, sin Pelé y con un Garrincha maravilloso, se proclamó consecutivamente bicampeona; un hecho que desde entonces no ha podido repetir en la categoría mayor ninguna otra selección nacional.
Chile gozó años atrás de una de sus mejores generaciones futbolísticas, con ella asistió ininterrumpidamente a los mundiales mayores en Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y conquistó dos Copa América (2015 y 2016), sin embargo, no produjo la transición generacional anhelada. Su ausencia de Rusia 2018, Catar 2022 y principalmente, la reciente eliminación para el mundial Canadá/ México/ Estados Unidos 2026, han dejado una estela de frustración y pesimismo.
¿Repercutirá en la asistencia a los estadios? Quizás sí...tal vez no y apenas comience a rodar el balón se contagien de esa fiebre que provoca el fútbol cuando lo interpretan, como en esta ocasión, 24 selecciones formadas por jóvenes talentosos que llegan a punto de eclosionar para ser realidades resonantes en el fútbol profesional. Podría darse también que el representativo chileno Sub-20 dé la sorpresa subiendo al escenario con la batuta en la mano de la generación que esperaban diciendo presente y moviendo el país al ritmo de su ‘rojita’. Muy aparte de ello, la Selección de Panamá Sub-20 tiene desde ya puestos encima los ojos de la afición identificada con ellos confiada en que el balance final, más allá de la instancia en que se posicione, va a dejar una imagen encomiable del crecimiento del fútbol panameño de selecciones.