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El rico aporte al deporte istmeño de la estirpe afroantillana

Panamá Al Brown, la gran figura istmeña en los primeros años.
Jenning Blackett (der.) fue el gran sucesor de Beckford en la clásica centuria.
El velocista Reginald Beckford fue la gran figura atlética istmeña en los juegos de La Habana.
  • 12/05/2025 00:00

Según algunos escritos sobre la historia del canal istmeño, el 70% de los obreros que participaron en su construcción entre 1904 y 1913, provenían de las islas del Caribe

Al hablar sobre los primeros pasos de la actividad deportiva en nuestro país, principalmente en las ciudades de Panamá y Colón, es normal que se le atribuyan a los europeos y estadounidenses ser los padres de la criatura.

En efecto, esta afirmación se basa en todo el personal técnico y laboral que llegó con la construcción del ferrocarril (1850-1855), luego el canal francés (1882-1889) y un poco más tarde, el canal norteamericano (1904-1914).

Pero, llegado un momento, la mano de obra fue casi totalmente antillana. Es cierto, habría que hilar delgado en este aparte, porque no fue de la noche a la mañana que llegaron del Caribe.

Hay que recordar que primero fue la mano de obra de los negros esclavos, con esto de las colonias españolas, luego la de los chinos, aborígenes y europeos, con las dos megas estructuras mencionadas, y después aparecieron los caribeños.

Efectivamente, en la misma forma que tras cumplir con su faena en las obras, muchos regresaron a sus respectivos puntos de origen, otros se quedaron, algo similar a lo que aconteció con los jamaicanos, trinitarios y barbadenses, que estuvieron primero, en el fallido canal francés y después en la exitosa vía estadounidense.

Según algunos escritos sobre la historia del canal istmeño, el 70% de los obreros que participaron en su construcción entre 1904 y 1913, provenían de las islas del Caribe.

El mayor porcentaje de ese grupo antillano provino de la isla de Barbados, donde para esa época hubo mucho desempleo, por lo que las posibilidades se dieron, para que un grupo considerable de sus pobladores viajaran a Panamá.

Como señalamos, una vez construido el canal muchos de los obreros caribeños optaron por regresar a sus países de origen, pero otros se establecieron, brindando sus conocimientos en diversas profesiones, como carpinteros, pintores, zapateros, cocineros, boxeadores, etc.

La mayoría vivieron en los barrios de las ciudades de Panamá y Colón, pero otros se trasladaron a Bocas del Toro, donde empezaba una fructífera industria bananera, principalmente.

El inicio de todo

Investigaciones antropológicas han demostrado que desde mucho antes de la llegada de los españoles, en la América india se practicaba alguna actividad como distracción o competencia.

En lo que respecta a Panamá, una acción más marcada se registra a principios del siglo XIX, con las carreras de caballo, las corridas de toro, el juego de ajedrez y las peleas de gallo, influenciados mayormente por la cultura española.

No obstante, todo cambió con la construcción del ferrocarril y del canal francés, porque si bien se mantenían las actividades “españolas”, se comenzaron a practicar otras, influenciados por la llegada de personas de diversos orígenes.

En este renglón los más influyentes fueron los estadounidenses (béisbol, boxeo) y europeos, principalmente británicos (atletismo, ciclismo, cricket), y los mejores estudiantes, los antillanos.

El deporte istmeño fue creciendo conforme fue calando en los genes de sus pobladores, pero a no dudarlo, quienes le dieron mayormente esa calidad que a partir de allí ha tenido, fueron los afroantillanos.

La primera actividad netamente deportiva que se tiene conocimiento es el cricket, traída a puertos istmeños por los mercantes británicos en los años de 1860, cuando el movimiento comercial, diplomático y de toda índole se hacía por mar.

El primer registro que se tiene de un grupo o team y que fue plasmado en algún medio de la época, data un poco más allá de 1865, pero no sería hasta casi veinte años después que se popularizara, más que todo porque esos u otros medios le van dando un valor diferente al deporte.

Después llegó el béisbol de la mano de los estadounidenses, y un poco más atrás el boxeo y otras disciplinas como el atletismo.

Los pioneros

Un detalle a tener en cuenta es que, posiblemente, el boxeo estuviera desde siempre en tierras panameñas, pero no en forma regulada o reglamentada, por lo que se conocieron más como pleitos de barrios o de cantinas.

Efectivamente, hay una ilustración muy llamativa en la que arriba de un improvisado cuadrilátero, se encuentran dándose golpes una cantidad innumerables de hombres, ganando aquél que al final termine en pie.

En fin, se conoce por datos periodísticos que los primeros pleitos formales se registraron a partir de 1904, cuando se encuentran en territorio panameño un sinnúmero de variopintas nacionalidades, a propósito de la construcción del canal interoceánico.

De los primeros nombres de los que hablan los periódicos, son de A.S. McClellan, Kid Dare, Kid Conran y Kid Weimar, todos negros de origen antillanos o estadounidenses, que bien te peleaban en un bar, en un hotel o en un escenario regulado.

Un poco más atrás llegan los que realmente le darían nombre y algo de prestigio al boxeo local, porque lo hacían con un bagaje en la actividad y que, gracias a ellos, se incrementa con el accionar de los soldados acantonados en las bases de Panamá y Colón.

Es de esas escuelas es que nace el boxeo criollo y provienen púgiles, como Panamá Al Brown y José ‘Chato’ Lombardo, ambos en un mismo momento, pero en diferentes escenarios.

Un dato, antes de culminar este aparte, y es que mientras los boxeadores foráneos llegaban con pesos exorbitantes en sus anatomías, los nuestros lo hacían en divisiones inferiores, con algunas salvadas excepciones, como fue el caso del colonense King Solomon, de origen europeo.

El atletismoEl periódico Star & Herald, en junio de 1892, reportó que habría actividades de béisbol y de atletismo en la ciudad capital, en el marco de la celebración de la independencia de los Estados Unidos, lo que afirma que esta segunda disciplina se practicaba en nuestro país.

En un aparte periodístico se menciona que entre los años de 1905 y 1906 se realizaron competencias en el sector zoneita de Cristóbal (Colón), y se registra en esos años el primer club atlético con participación de competidores nacionales y extranjeros.

Para principios de la década del 10 se efectuó una competición en un sector capitalino, donde habilitaron un terreno, en las que estuvieron presentes oficialmente atletas provenientes de Jamaica, que ganaron casi todas las pruebas a excepción de la milla, que fue dominada por un colonense de origen antillano.

Años más tarde, las actividades atléticas se realizaron en el Standard Oval y en el Isthmian Park, que luego fue llamado Estadio Olímpico.

De estas competencias y luego en las instalaciones arriba mencionadas es donde salen nuestros primeros atletas, como el colonense Reginald Beckford y del capitalino Jenning Blacket.

Beckford fue la máxima figura panameña en los II Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana en 1930, al ganar las pruebas de los 200 y 400 metros planos.

Blacket, entre tanto, se convirtió a los 17 años en uno de los seis hombres más rápidos del mundo en los Centroamericanos y del Caribe de 1938, donde ganó la prueba de los 100 metros con un tiempo de 10.4 segundos.

En esos mismos juegos, la atleta Lilia Wilson obtuvo la presea de oro en el salto de altura, mientras que la también istmeña Isabel Sullivan, la de bronce.