Kyrgios gana con claridad ‘la batalla de los sexos’ a Sabalenka

Por un doble 6-3, en una hora y diecisiete minutos, el australiano Nick Kyrgios se apuntó la exhibición catalogada como 'batalla de los sexos' ante la número uno del tenis femenino, la bielorrusa Aryna Sabalenka.
  • 29/12/2026 00:00

Nick Kyrgios venció en un partido amistoso y festivo a la número uno del mundo Aryna Sabalenka en una exhibición denominada ‘batalla de los sexos’, marcada por el buen humor y las reglas especiales

Por un doble 6-3, en una hora y diecisiete minutos, el australiano Nick Kyrgios se apuntó la exhibición catalogada como ‘batalla de los sexos’ ante la número uno del tenis femenino, la bielorrusa Aryna Sabalenka.

El duelo no pasó de ser un mero partido festivo, amistoso, plagado de buen humor, de buenos momentos y de algunas acciones brillantes, tanto del jugador oceánico, que lleva tiempo sin competir, como de la bielorrusa, la dominadora del tenis femenino.Irrelevante el marcador e irrelevante el reclamo.

La ‘batalla de los sexos’, que ya vivió capítulos anteriores a lo largo de la historia, no fue tal. No hubo ni cuestión ni debate. La presunta capacidad de que en el tenis el hombre y la mujer puedan competir a niveles similares se quedó al margen de la discusión en cuanto la organización estableció normas especiales para este cara a cara. Beneficiosas para Sabalenka, para establecer cierto equilibrio y que hubiera competición.

La pista donde jugó la ganadora de veintiún títulos, entre ellos cuatro del Grand Slam, uno en 2025, en el Abierto de Estados Unidos que añadió a los WTA 1.000 de Madrid y Miami y al torneo de Brisbane, era más pequeña que en la que se movía Kyrgios, que lleva tiempo al margen de la competición y cuya mejor clasificación fue el decimotercer lugar que alcanzó en el ‘ranking’ ATP en 2024, con final de Wimbledon de 2022 como principal hito y con siete títulos en su historial, ninguno de especial mérito.

Ahora la ATP fija al oceánico en el puesto 671 de la clasificación mundial tras una temporada en la que solo ha jugado cinco partidos, con una sola victoria, en el Masters 1.000 de Miami ante el estadounidense Mackenzie McDonald, y cuatro derrotas. No volvió a saltar a una cancha desdme entonces el tenista de Camberra de 30 años que ha sido más noticia por su llamativa personalidad que por sus éxitos en los torneos.