Los ojos puestos en el Guatemala-Panamá
- 18/06/2025 00:00
Es un partido que puede definir a uno de los clasificados para la siguiente fase y ofrecer una perspectiva de cómo podrían ser sus duelos por la eliminatoria hacia 2026 A esta versión de la Copa Oro 2025 de la Concacaf le ha afectado, en la trascendencia mediática y la asistencia de público, el estar disputándose en los Estados Unidos a la par con el Mundial de Clubes, amparado éste en el potencial de una competición FIFA, y con el desmedro de tener una selección estadounidense que ha llegado cuestionada al torneo tras encadenar cuatro derrotas consecutivas, lo cual ha mermado el interés local.
Su victoria 5-0 sobre Trinidad y Tobago, en la fecha de apertura el domingo pasado, tal vez sume más público a su presentación el jueves contra Arabia Saudita. Aunque hay que reconocer que la fortaleza presencial de la Copa Oro ha estado siempre apoyada en la concurrencia de las aficiones mexicanas y centroamericanas, de fuerte presencia migratoria, que se sienten convocados en sus selecciones nacionales; aun así es un torneo que no puede darse el lujo de perder la cuota estadounidense por mediana o pequeña que ésta sea.
La Selección de Panamá durante su trayectoria en este torneo, más que citar a los estadios una afición significativa en número de aficionados, ha logrado distinguirse por convertirse en uno de los rivales a vencer desde que irrumpiera en 2005, llegando a la final contra Estados Unidos, tras empatar 0-0 para perderla desde la tanda de penales 3-1, pero obteniendo un sorprendente e inédito subcampeonato. Con picos altos y medianos en su rendimiento, desde entonces ha mantenido regularmente una actuación meritoria.
El equipo que vimos el lunes en la victoria 5-2 frente a Guadalupe no desentonó en el objetivo que era ganar el partido, aunque evidenció inconsistencia en el trabajo defensivo y el circuito de juego, al mostrar tramos en los que los guadalupeños amenazaron con complicarle un partido controlable por la diferencia amplia que le ofrecía el marcador. El equipo tiene la idea de juego clara y los resultados le acompañan, en ese sentido es incuestionable; el momento por el que atraviesa Eduardo Guerrero ha revitalizado las labores ofensivas.
El partido del viernes ante Guatemala acapara el interés y es transcendente porque puede definir desde ya la clasificación y el posible liderato final del grupo C, también porque el conjunto chapín dio contra Jamaica, una demostración de buen juego colectivo e individual que avala su crecimiento bajo la dirección de Luis Fernando Tena y lo sitúa como seria aspirante a clasificar por primera vez a un mundial. Además, es un encuentro que tiene los ribetes de ser un anticipo de lo que podría esperarse sea la última fase clasificatoria mundialista, al estar tanto Panamá como Guatemala en el grupo A, junto a El Salvador y Surinam.
Por estadística y continuidad en su nivel de juego en los últimos años Panamá está por arriba de Guatemala, pero el fútbol no solo es de registros estadísticos hay que sustentarlo cada día y el partido ante los guatemaltecos se presenta como un desafío para ambos conjuntos para medir dónde están hoy, apoyados en el resultado que arroje el partido. El Guatemala vs Panamá del viernes acapara desde ya la atención deportiva de ambos países.
A esta versión de la Copa Oro 2025 de la Concacaf le ha afectado, en la trascendencia mediática y la asistencia de público, el estar disputándose en los Estados Unidos a la par con el Mundial de Clubes, amparado éste en el potencial de una competición FIFA, y con el desmedro de tener una selección estadounidense que ha llegado cuestionada al torneo tras encadenar cuatro derrotas consecutivas, lo cual ha mermado el interés local.
Su victoria 5-0 sobre Trinidad y Tobago, en la fecha de apertura el domingo pasado, tal vez sume más público a su presentación el jueves contra Arabia Saudita. Aunque hay que reconocer que la fortaleza presencial de la Copa Oro ha estado siempre apoyada en la concurrencia de las aficiones mexicanas y centroamericanas, de fuerte presencia migratoria, que se sienten convocados en sus selecciones nacionales; aun así es un torneo que no puede darse el lujo de perder la cuota estadounidense por mediana o pequeña que ésta sea.
La Selección de Panamá durante su trayectoria en este torneo, más que citar a los estadios una afición significativa en número de aficionados, ha logrado distinguirse por convertirse en uno de los rivales a vencer desde que irrumpiera en 2005, llegando a la final contra Estados Unidos, tras empatar 0-0 para perderla desde la tanda de penales 3-1, pero obteniendo un sorprendente e inédito subcampeonato. Con picos altos y medianos en su rendimiento, desde entonces ha mantenido regularmente una actuación meritoria.
El equipo que vimos el lunes en la victoria 5-2 frente a Guadalupe no desentonó en el objetivo que era ganar el partido, aunque evidenció inconsistencia en el trabajo defensivo y el circuito de juego, al mostrar tramos en los que los guadalupeños amenazaron con complicarle un partido controlable por la diferencia amplia que le ofrecía el marcador. El equipo tiene la idea de juego clara y los resultados le acompañan, en ese sentido es incuestionable; el momento por el que atraviesa Eduardo Guerrero ha revitalizado las labores ofensivas.
El partido del viernes ante Guatemala acapara el interés y es transcendente porque puede definir desde ya la clasificación y el posible liderato final del grupo C, también porque el conjunto chapín dio contra Jamaica, una demostración de buen juego colectivo e individual que avala su crecimiento bajo la dirección de Luis Fernando Tena y lo sitúa como seria aspirante a clasificar por primera vez a un mundial. Además, es un encuentro que tiene los ribetes de ser un anticipo de lo que podría esperarse sea la última fase clasificatoria mundialista, al estar tanto Panamá como Guatemala en el grupo A, junto a El Salvador y Surinam.
Por estadística y continuidad en su nivel de juego en los últimos años Panamá está por arriba de Guatemala, pero el fútbol no solo es de registros estadísticos hay que sustentarlo cada día y el partido ante los guatemaltecos se presenta como un desafío para ambos conjuntos para medir dónde están hoy, apoyados en el resultado que arroje el partido. El Guatemala vs Panamá del viernes acapara desde ya la atención deportiva de ambos países.