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Un triunfo para tomarlo con mesura hacia la Copa Oro

La selección panameña debe estar consciente de que necesita elevar su juego para abordar la Copa Oro con mayores posibilidades.
  • 12/06/2025 06:57

Con la victoria 3-0 sobre Nicaragua, la Selección de Panamá ha cumplido las expectativas que se tenían, por el perfil de protagonista en Centroamérica que se ha forjado con buenos resultados, un nivel competitivo y un juego atractivo en Concacaf. Ganó los 4 partidos asignados en el Grupo D, donde fue asignado a la segunda ronda de la eliminatoria, anotando 10 goles y recibiendo tan solo 1 en contra.

Se clasificó de primera para validar su presencia en el Bombo 1 para el sorteo que definirá los tres grupos en la ronda final, de la cual los primeros de cada uno de ellos clasificarán directo al mundial y los dos mejores segundos tendrán la opción de meterse a través de un repechaje internacional. Una fase final programada para iniciarse en septiembre y concluir en noviembre. Están merecidos los sonoros aplausos y se sienten firmes sus posibilidades para clasificar al mundial directamente.

Sin embargo, con el análisis del partido de Nicaragua sobre la mesa aún fresco, con la vista puesta en la Copa Oro que el conjunto canalero iniciará este 16 de junio enfrentando a Guadalupe en el DHSP Stadium, Carson, California, sería aconsejable mesurar la emotividad de este resultado, en particular porque les podría condicionar en la autocrítica que se merece para seguir manteniendo o avanzando en la línea de rendimiento alcanzada por el equipo en algunos momentos.

Nicaragua, un equipo ordenado, que intenta salir jugando con posesión de la pelota, en el que se aprecia el trabajo y la mano de su entrenador Marco Figueroa, pero con claras limitaciones para generar un peligro real en el último tercio del campo de juego, sobre todo porque se le ve carente de individualidades sobresalientes para materializarlo, mostró a Panamá durante una buena parte del partido, dubitativa, sin líneas de conexión consistentes para imponer su juego y un medio campo con poca generación de volumen de juego, reflejado en la primera parte con el 0-0 con el que se fue del partido al descanso del primer tiempo.

El primer gol de Yanis, a los 56 minutos, un camino abierto con una jugada previa de Amir Murillo, un jugador que se encuentra en un nivel superlativo, tampoco supuso un empoderamiento del juego como se esperaba de un equipo superior. Nicaragua, que dejó luces que de no desviarse del camino que transitan- va con el tiempo a provocar dolores de cabeza a las tradicionales potencias de Centroamérica- no se descompuso, siguió como lo venía haciendo incluso pretendiendo con más ganas que recursos ofensivos igualar el partido. Se le vio incluso ingenuo, por ejemplo, en el pasaje, cuando su delantero Jaime Moreno se golpeó la cabeza siendo retirado del campo, demorándose en la sustitución, momento en el que Panamá propició una llegada para anotar el segundo gol.

Desde la victoria siempre es motivador mirar el presente, de allí que el 3-0 es un estímulo, sin embargo, hay que cuidarse de que el árbol tape el bosque. El equipo debe estar consciente de que necesita elevar su juego inmediato para abordar la Copa Oro con las posibilidades que se les atribuyen.