Economía

América Latina sólo tiene tres países pioneros en IA: ¿Es Panamá uno de ellos?

La Inteligencia Artificial ayuda al humano a realizar predicciones, recomendaciones o tomar decisiones. Shutterstock
  • 02/05/2025 00:00

La IA no sólo ha redefinido el modelo de hacer negocios, sino también el perfil del liderazgo empresarial contemporáneo, que ahora exige competencias interdisciplinarias, visión sistémica y una mentalidad proactiva frente al cambio

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la Inteligencia Artificial (IA) como una tecnología basada en máquinas que puede, en función de un conjunto de objetivos definidos por humanos, realizar predicciones, recomendaciones o tomar decisiones que influyen en entornos reales o virtuales. Esta definición permite comprender el carácter transversal y disruptivo de la IA, cuyo impacto se expande rápidamente sobre la productividad, la innovación y la gobernanza.

Según el IBM Global AI Adoption Index 2023 (índice de Adopción de la IA 2023), el 67% de los profesionales del área tecnológica en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú dijeron que sus organizaciones aceleraron el uso de IA en los últimos 24 meses. Esto evidencia un ecosistema en consolidación, particularmente en Sudamérica, donde ciertos países han asumido un rol de liderazgo regional.

Un estudio más reciente, en el año 2024 realizado por el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), en colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), identifica a Chile, Uruguay y Brasil como los pioneros regionales en IA. Estos países han alcanzado madurez en tres dimensiones estratégicas: factores habilitantes como la infraestructura digital, conectividad y talento especializado; la capacidad en investigación, desarrollo y adopción tecnológica; y la implementación de marcos de gobernanza efectivos. Estos avances se reflejan en la inversión sostenida en infraestructura tecnológica, el fortalecimiento del capital humano, la producción científica de alto impacto y la creciente capacidad de innovación en sectores clave.

En el caso de Panamá, los resultados lo posicionan como un país adoptante, aún por debajo de las economías pioneras en la región. Se observa una integración que enfrenta desafíos en inteligencia artificial en sectores clave como los servicios, la industria y la administración pública. Si bien los avances en investigación resultan alentadores, según datos del ILIA, en 2024 Panamá contaba con 53 investigadores en IA, una cifra que todavía dista de los niveles alcanzados por los países líderes, lo que pone de manifiesto una brecha estructural en términos de talento, inversión en investigación y desarrollo, así como de políticas públicas especializadas. En consecuencia, la región enfrenta desafíos significativos en cuanto al desarrollo de la infraestructura necesaria para garantizar la fiabilidad, seguridad y eficiencia en la gestión de datos críticos.

El reto para Panamá no es exclusivamente tecnológico: requiere una visión estratégica de largo plazo que promueva el desarrollo de un ecosistema digital con estándares internacionales. Esto implica invertir en capital humano altamente calificado, establecer alianzas entre el sector público y privado, y generar un entorno institucional que fomente la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica.

Uno de los impactos más transformadores de la IA se está dando en los altos cargos de liderazgo dentro de las organizaciones. Los directores ejecutivos y líderes empresariales enfrentan un entorno marcado por riesgos geopolíticos, presiones de los mercados financieros, exigencias regulatorias y una revolución tecnológica acelerada. En este contexto, la IA se ha convertido en un eje esencial de las estrategias corporativas, tanto para anticipar riesgos como para tomar decisiones más ágiles, informadas y precisas.

Los países que lideran la carrera por la IA están construyendo organizaciones más resilientes, orientadas por datos y centradas en la experiencia del cliente. La automatización, la personalización a escala y el uso estratégico de la analítica se han vuelto elementos diferenciadores en un mercado global cada vez más competitivo. Además, la evolución de la Cuarta Revolución Industrial ha puesto en relieve la necesidad de fortalecer la ciberseguridad como prioridad estratégica, asegurando la protección de los datos sensibles y la integridad de los procesos impulsados por IA.

La inteligencia artificial no sólo ha redefinido el modelo de hacer negocios, sino también el perfil del liderazgo empresarial contemporáneo, que ahora exige competencias interdisciplinarias, visión sistémica y una mentalidad proactiva frente al cambio. Para Panamá, este es el momento de actuar. El desarrollo de políticas públicas orientadas a fortalecer el ecosistema de IA, la inversión sostenida en talento nacional y la promoción de la innovación abierta son pasos indispensables para evitar el rezago. La IA no es solo una herramienta tecnológica: es un activo estratégico para el desarrollo económico y social del país. ¿Se seguirá remodelando el rol de los líderes latinoamericanos y en especial en Panamá para prepararse ante la carrera global por la Inteligencia Artificial?

Irina Hollendoner
SubCoordinadora de la Comisiones de Estudio del Colegio de Economista
El reto para Panamá no es exclusivamente tecnológico: requiere una visión estratégica de largo plazo que promueva el desarrollo de un ecosistema digital con estándares internacionales. Esto implica invertir en capital humano altamente calificado, establecer alianzas entre el sector público y privado, y generar un entorno institucional que fomente la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica”,