Hato vacuno se redujo 18,9% desde 2011; porcino y avícola toman fuerza
- 03/07/2025 00:00
Según el INEC, el sector avícola creció 79,5 % en cantidad de gallinas, entre 2011 y 2024 y los cerdos reportaron aumento del 58 % en ese periodo. Productores expresan dudas de las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo Los resultados del VIII Censo Nacional Agropecuario 2024, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y publicado esta semana, dejaron en evidencia la significativa reducción de las cabezas de ganado vacuno que registra el país. La nación pasó de reportar 1.728.748 cabezas en 2011 a 1.401.169 el año pasado, lo que se traduce en una reducción del 18,9 % en los últimos 13 años.
Samuel Vernaza, presidente de la Asociación de Ganaderos de Panamá (Anagan), conversó con este medio para explicar los motivos de esta importante reducción en la cantidad de ganado bovino que tiene Panamá.
El líder de Anagan comentó que 2011 fue un año particularmente positivo para el sector, dado que se reportaron cifras muy por encima de las que el país tiene habitualmente. En 1981, la nación tenía 1.461.964 cabezas de ganado vacuno, cifra similar a los 1.438.965 reportados en 1991 y algo por debajo de las 1,555,455 que había en 2001. Por lo tanto, los datos de 2024 no están lejos de la tendencia habitual del sector.
“Los censos agropecuarios se hacen cada 10 años y, en medio de esa década, se realizan estimaciones que permiten tener una cifra de referencia, por lo que puede haber algún nivel de imprecisión. Además, muchos productores suelen ver los procesos censales como una herramienta para fiscalizar a los ganaderos en materia tributaria, por lo que algunos evitan brindar datos exactos”, analizó Vernaza.
Al analizar los factores que inciden en la reducción de las cabezas de ganado vacuno, Vernaza apuntó al cambio climático como un factor neurálgico. “El constante ataque de los fenómenos de El Niño y La Niña ha llevado a muchos productores a tener que ‘vaciar sus potreros’, sacrificando ganado para poder subsistir”, afirmó el ganadero, quien comentó que durante estos procesos se ha cometido el error de sacrificar más vacas que toros, o en igual proporción, lo que afecta directamente el nacimiento y la crianza de nuevos ejemplares.
“La sequía obliga a prescindir de cierto número de animales para poder contar con suficiente forraje (pasto seco conservado para alimentación del ganado) para las vacas y toros”, agregó.
Otros elementos a considerar son el alto costo del ganado, el impacto del gusano barrenador, el hurto pecuario, la falta de inversión y la carencia de una estrategia estatal para el crecimiento del hato bovino.
En 2011, la Anagan y el gobierno del entonces presidente Ricardo Martinelli trazaron la meta de alcanzar los dos millones de cabezas de ganado vacuno en 10 años. Esta iniciativa llevó a la siguiente administración (Juan Carlos Varela) a anunciar el Programa Nacional de Repoblación Ganadera el 6 de diciembre de 2017, con el objetivo de incrementar la cantidad de vacas y toros bajo tres pilares fundamentales: capacitación, mejoramiento genético e inversión en infraestructura. “El programa fue acogido por el gobierno de turno, pero no se le dotó de los recursos necesarios para su implementación, lo que ocasionó que muriera en su cuna”, justificó.
El pasado 19 de enero, la Anagan presentó ante el ministro de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Roberto Linares, el Proyecto de Desarrollo de Ganadería Integral Nacional 2025–2029, que plantea incrementar el hato vacuno hasta los dos millones en el plazo establecido, con una inversión de $75 millones en 10 años. Estrategia basada en los ejes de nutrición, sanidad, manejo y genética del ganado, la cual, según Vernaza, fue bien recibida.
A esto se suma el posible establecimiento de una oficina de equivalencia de Panamá con Estados Unidos, para facilitar la exportación de carne al mercado estadounidense. “Esto nos va a permitir volver a exportar carne a este mercado, algo que no hacemos desde hace más de 30 años”, destacó el ganadero, quien ve en esta acción la posibilidad de obtener mejores ganancias por la producción de carne bovina, incentivando a más productores.
El pasado 11 de junio, el viceministro de Comercio e Industrias, Eduardo Arango, se reunió con un equipo interinstitucional para avanzar en esta labor.
“Nuestra idea es que el plan que presentamos termine sustituyendo los subsidios que recibe nuestro sector, cuando se ejecute, a los cuales se les puede dar una mejor utilidad dentro de un plan estructurado por sector y rubro”, reveló.
El sector avícola y porcino Según el INEC, mientras que el sector bovino se encuentra reduciendo su hato, los sectores avícola y porcino experimentaron un incremento significativo en la última década, con aumentos del 79,5 % y 58 %, respectivamente.
Este porcentaje es puesto en duda por Luis Carlos Castroverde, presidente de la Asociación de Avicultores de Panamá (Anavip), quien explicó a este diario que, aunque los datos que manejan en el gremio evidencian que el sector se mantiene en crecimiento, no se asemejan al porcentaje dado por el INEC. “Decir que hemos crecido un 80 % desde 2011 no es realista de ninguna forma”, expresó.
El censo del INEC apunta a que el país pasó de tener 18.719.174 aves en el 2011 a 33.595.908 en 2024. “Puede que el INEC se esté refiriendo a otra cosa, pero, solo en 2024 hubo 107 millones de aves, lo que abarca tanto a gallinas como a los pollos de engorde, así que no lo entiendo. Puede que se estén refiriendo a los de engorde, pero no estoy seguro”, reiteró.
Este sentir es compartido por el presidente de la Asociación Nacional de Porcinocultores de Panamá (Anapor), Carlos Pitty, “Nosotros no sabemos de dónde sacan esos números. Ellos hacen sus censos, pero toda la vida se ha cuestionado el resultado”, aclaró, poniendo como ejemplo los datos de animales reproductores. “Esa cifra en Panamá no existe”, dijo.
El INEC plantea que el ganado porcino pasó de 322. 121 cabezas en el 2011 a 508.934 en el 2024. Aunque Pittí considera que estos números no son del todo exactos, concedió que el sector se encuentra en crecimiento debido a la oferta de un producto “fresco y de calidad”, acompañado de una campaña adecuada. Aun así, aclara que algunas de las cifras brindadas por INEC no son cónsonas con el registro que ellos llevan.
Sobre el incremento en el consumo, explicó que “Panamá era un país que solía consumir carne vacuna, pero al elevarse el precio de esta carne, se está optando por otras alternativas, como el cerdo”, y agregó que esta nación ingiere 18 kilos y medio per cápita, siendo uno de los cinco países de mayor consumo en América.
Otro aspecto que resaltó el porcicultor es que se trata de una carne de más fácil producción. “Criar un cerdo para el mercado tarda seis meses; una vaca demora más de un año. El cerdo se puede producir en mayor cantidad y en menos tiempo, lo que permite abastecer al país de mejor forma”, valoró.
Este sentir es compartido por Vernaza, quien explicó que la modalidad de producción del ganado vacuno implica una mayor “heterogeneidad”. “El cerdo y las gallinas se pueden criar en espacios controlados y cerrados. Nosotros estamos a expensas de la naturaleza y requerimos mayor cantidad de terreno, ya que solo podemos tener tres animales por hectárea, siendo extremadamente eficientes. El problema es que, con los niveles de eficiencia actuales, apenas alcanzamos un animal por hectárea”, remarcó.
DIU et num iustrud te dip naokdkakldasNumeros1524 que el mercado está más lleno de literatura extranjera que nacional, y la tendencia siempre es a leer más lo foráneo
Los resultados del VIII Censo Nacional Agropecuario 2024, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y publicado esta semana, dejaron en evidencia la significativa reducción de las cabezas de ganado vacuno que registra el país. La nación pasó de reportar 1.728.748 cabezas en 2011 a 1.401.169 el año pasado, lo que se traduce en una reducción del 18,9 % en los últimos 13 años.
Samuel Vernaza, presidente de la Asociación de Ganaderos de Panamá (Anagan), conversó con este medio para explicar los motivos de esta importante reducción en la cantidad de ganado bovino que tiene Panamá.
El líder de Anagan comentó que 2011 fue un año particularmente positivo para el sector, dado que se reportaron cifras muy por encima de las que el país tiene habitualmente. En 1981, la nación tenía 1.461.964 cabezas de ganado vacuno, cifra similar a los 1.438.965 reportados en 1991 y algo por debajo de las 1,555,455 que había en 2001. Por lo tanto, los datos de 2024 no están lejos de la tendencia habitual del sector.
“Los censos agropecuarios se hacen cada 10 años y, en medio de esa década, se realizan estimaciones que permiten tener una cifra de referencia, por lo que puede haber algún nivel de imprecisión. Además, muchos productores suelen ver los procesos censales como una herramienta para fiscalizar a los ganaderos en materia tributaria, por lo que algunos evitan brindar datos exactos”, analizó Vernaza.
Al analizar los factores que inciden en la reducción de las cabezas de ganado vacuno, Vernaza apuntó al cambio climático como un factor neurálgico. “El constante ataque de los fenómenos de El Niño y La Niña ha llevado a muchos productores a tener que ‘vaciar sus potreros’, sacrificando ganado para poder subsistir”, afirmó el ganadero, quien comentó que durante estos procesos se ha cometido el error de sacrificar más vacas que toros, o en igual proporción, lo que afecta directamente el nacimiento y la crianza de nuevos ejemplares.
“La sequía obliga a prescindir de cierto número de animales para poder contar con suficiente forraje (pasto seco conservado para alimentación del ganado) para las vacas y toros”, agregó.
Otros elementos a considerar son el alto costo del ganado, el impacto del gusano barrenador, el hurto pecuario, la falta de inversión y la carencia de una estrategia estatal para el crecimiento del hato bovino.
En 2011, la Anagan y el gobierno del entonces presidente Ricardo Martinelli trazaron la meta de alcanzar los dos millones de cabezas de ganado vacuno en 10 años. Esta iniciativa llevó a la siguiente administración (Juan Carlos Varela) a anunciar el Programa Nacional de Repoblación Ganadera el 6 de diciembre de 2017, con el objetivo de incrementar la cantidad de vacas y toros bajo tres pilares fundamentales: capacitación, mejoramiento genético e inversión en infraestructura. “El programa fue acogido por el gobierno de turno, pero no se le dotó de los recursos necesarios para su implementación, lo que ocasionó que muriera en su cuna”, justificó.
El pasado 19 de enero, la Anagan presentó ante el ministro de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Roberto Linares, el Proyecto de Desarrollo de Ganadería Integral Nacional 2025–2029, que plantea incrementar el hato vacuno hasta los dos millones en el plazo establecido, con una inversión de $75 millones en 10 años. Estrategia basada en los ejes de nutrición, sanidad, manejo y genética del ganado, la cual, según Vernaza, fue bien recibida.
A esto se suma el posible establecimiento de una oficina de equivalencia de Panamá con Estados Unidos, para facilitar la exportación de carne al mercado estadounidense. “Esto nos va a permitir volver a exportar carne a este mercado, algo que no hacemos desde hace más de 30 años”, destacó el ganadero, quien ve en esta acción la posibilidad de obtener mejores ganancias por la producción de carne bovina, incentivando a más productores.
El pasado 11 de junio, el viceministro de Comercio e Industrias, Eduardo Arango, se reunió con un equipo interinstitucional para avanzar en esta labor.
“Nuestra idea es que el plan que presentamos termine sustituyendo los subsidios que recibe nuestro sector, cuando se ejecute, a los cuales se les puede dar una mejor utilidad dentro de un plan estructurado por sector y rubro”, reveló.
Según el INEC, mientras que el sector bovino se encuentra reduciendo su hato, los sectores avícola y porcino experimentaron un incremento significativo en la última década, con aumentos del 79,5 % y 58 %, respectivamente.
Este porcentaje es puesto en duda por Luis Carlos Castroverde, presidente de la Asociación de Avicultores de Panamá (Anavip), quien explicó a este diario que, aunque los datos que manejan en el gremio evidencian que el sector se mantiene en crecimiento, no se asemejan al porcentaje dado por el INEC. “Decir que hemos crecido un 80 % desde 2011 no es realista de ninguna forma”, expresó.
El censo del INEC apunta a que el país pasó de tener 18.719.174 aves en el 2011 a 33.595.908 en 2024. “Puede que el INEC se esté refiriendo a otra cosa, pero, solo en 2024 hubo 107 millones de aves, lo que abarca tanto a gallinas como a los pollos de engorde, así que no lo entiendo. Puede que se estén refiriendo a los de engorde, pero no estoy seguro”, reiteró.
Este sentir es compartido por el presidente de la Asociación Nacional de Porcinocultores de Panamá (Anapor), Carlos Pitty, “Nosotros no sabemos de dónde sacan esos números. Ellos hacen sus censos, pero toda la vida se ha cuestionado el resultado”, aclaró, poniendo como ejemplo los datos de animales reproductores. “Esa cifra en Panamá no existe”, dijo.
El INEC plantea que el ganado porcino pasó de 322. 121 cabezas en el 2011 a 508.934 en el 2024. Aunque Pittí considera que estos números no son del todo exactos, concedió que el sector se encuentra en crecimiento debido a la oferta de un producto “fresco y de calidad”, acompañado de una campaña adecuada. Aun así, aclara que algunas de las cifras brindadas por INEC no son cónsonas con el registro que ellos llevan.
Sobre el incremento en el consumo, explicó que “Panamá era un país que solía consumir carne vacuna, pero al elevarse el precio de esta carne, se está optando por otras alternativas, como el cerdo”, y agregó que esta nación ingiere 18 kilos y medio per cápita, siendo uno de los cinco países de mayor consumo en América.
Otro aspecto que resaltó el porcicultor es que se trata de una carne de más fácil producción. “Criar un cerdo para el mercado tarda seis meses; una vaca demora más de un año. El cerdo se puede producir en mayor cantidad y en menos tiempo, lo que permite abastecer al país de mejor forma”, valoró.
Este sentir es compartido por Vernaza, quien explicó que la modalidad de producción del ganado vacuno implica una mayor “heterogeneidad”. “El cerdo y las gallinas se pueden criar en espacios controlados y cerrados. Nosotros estamos a expensas de la naturaleza y requerimos mayor cantidad de terreno, ya que solo podemos tener tres animales por hectárea, siendo extremadamente eficientes. El problema es que, con los niveles de eficiencia actuales, apenas alcanzamos un animal por hectárea”, remarcó.