Mala leche: Acodeco y los comercios enredados entre multas y etiquetado
- 21/08/2025 06:00
El gobierno y la empresa privada trabajan para evaluar la Ley 113 de 2019, pero la Acovipa desconoce las multas en primera instancia de la Acodeco María, con sus dos hijas de la mano, busca lo mejor para su familia en el pasillo de lácteos del supermercado. Sabe que las niñas necesitan leche, pero la gran variedad de envases, entre productos originales e imitaciones, la confunde.
Hoy, la Acodeco, la industria y los comerciantes están en un enredo similar al de María, intentando descifrar cómo clasificar y etiquetar los productos sucedáneos para que en Panamá nadie se pierda. Este es el laberinto de la Ley 113 de 2019 y las multas que los agentes económicos parecen desconocer.
Los sucedáneos de lácteos son productos que imitan el color y el sabor de la leche, pero que provienen de grasas vegetales y otros elementos.
La Ley 113 de 2019 en evaluación Según Saúl Jaramillo, director nacional de Protección al Consumidor de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), la Ley 113 de 2019 obliga a los comercios a identificar con un letrero en español, el nombre, la procedencia y si un producto es sucedáneo. La Ley, sin embargo, no define qué es un sucedáneo ni establece los parámetros para fiscalizar.
La confusión, según Jaramillo, es el principal problema. Productos como la “leche de almendra” o “leche condensada de coco” no deberían llamarse así, ya que la leche es de origen animal.
Acodeco ha impuesto más de 100 sanciones y multado a negocios con $24.975 por incumplir la Ley 113. No obstante, el presidente de la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares De Panamá (Acovipa), Roberto Pretelt, manifestó a La Estrella de Panamá su desconocimiento sobre estas multas en primera instancia, un total de 103 sanciones, y dijo que investigaría al respecto.
La mesa de trabajo busca aclarar el panorama Para aclarar la situación, Acodeco, los ministerios de Salud, Comercio e Industrias y Desarrollo Agropecuario crearon una mesa de trabajo junto a la empresa privada. La meta es definir el concepto técnico y legal de los sucedáneos para, en un futuro, modificar la Ley 113 de 2019, que hoy solo exige el letrero a la vista del consumidor.
Uno de los principales desafíos, según Jaramillo, es que no existe un porcentaje definido de materia prima que clasifique a un producto como sucedáneo. El director de Acodeco explicó que, aunque un producto sucedáneo contenga un mínimo porcentaje de leche, la industria lo debería clasificar como bebida, no leche.
Es como el caso de las bebidas de frutas y los néctares. A manera de ejemplo —dijo— la bebida o jugo de frutas se diferencian de los néctares. El porcentaje de la pulpa de los néctares debe ser de 25 % hacia arriba dependiendo de la fruta, pero los jugos o las bebidas de fruta no tienen ese porcentaje de néctar sino mucho menos.
Al traerlo en el caso de la bebidas lácteas frente a la leche es complicado, indicó Jaramillo, inclusive para la entidad que otorga el registro sanitario. La razón, no hay un porcentaje que determine cuanta materia prima (leche) se requiere para su elaboración.
La industria propone y el consumidor se confunde La Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares De Panamá (Acovipa) aseguró que los productos sucedáneos son legales y que muchos consumidores los buscan por razones de salud, como la intolerancia a la lactosa, o por el precio. Pero, como le pasa a María, la falta de información es el verdadero problema.
Natzare Bermúdez, presidenta de la Asociación Nacional de Procesadores de Leche (Anaprole), aseveró que la Ley 113 se ha quedado corta, pues ni define qué es sucedáneo, por lo que es necesario revisarla y actualizarla.
La industria también propuso crear una ley de etiquetado general, nutricional y la de octágonos, para que el consumidor sepa qué está comprando y tenga ese poder de decisión.
Para familias como la de María, la falta de una normativa clara no solo se siente en el bolsillo, sino también en la salud. ¿Cree usted que la solución está en una nueva ley de etiquetado o en educar a los consumidores?
María, con sus dos hijas de la mano, busca lo mejor para su familia en el pasillo de lácteos del supermercado. Sabe que las niñas necesitan leche, pero la gran variedad de envases, entre productos originales e imitaciones, la confunde.
Hoy, la Acodeco, la industria y los comerciantes están en un enredo similar al de María, intentando descifrar cómo clasificar y etiquetar los productos sucedáneos para que en Panamá nadie se pierda. Este es el laberinto de la Ley 113 de 2019 y las multas que los agentes económicos parecen desconocer.
Los sucedáneos de lácteos son productos que imitan el color y el sabor de la leche, pero que provienen de grasas vegetales y otros elementos.
Según Saúl Jaramillo, director nacional de Protección al Consumidor de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), la Ley 113 de 2019 obliga a los comercios a identificar con un letrero en español, el nombre, la procedencia y si un producto es sucedáneo. La Ley, sin embargo, no define qué es un sucedáneo ni establece los parámetros para fiscalizar.
La confusión, según Jaramillo, es el principal problema. Productos como la “leche de almendra” o “leche condensada de coco” no deberían llamarse así, ya que la leche es de origen animal.
Acodeco ha impuesto más de 100 sanciones y multado a negocios con $24.975 por incumplir la Ley 113. No obstante, el presidente de la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares De Panamá (Acovipa), Roberto Pretelt, manifestó a La Estrella de Panamá su desconocimiento sobre estas multas en primera instancia, un total de 103 sanciones, y dijo que investigaría al respecto.
Para aclarar la situación, Acodeco, los ministerios de Salud, Comercio e Industrias y Desarrollo Agropecuario crearon una mesa de trabajo junto a la empresa privada. La meta es definir el concepto técnico y legal de los sucedáneos para, en un futuro, modificar la Ley 113 de 2019, que hoy solo exige el letrero a la vista del consumidor.
Uno de los principales desafíos, según Jaramillo, es que no existe un porcentaje definido de materia prima que clasifique a un producto como sucedáneo. El director de Acodeco explicó que, aunque un producto sucedáneo contenga un mínimo porcentaje de leche, la industria lo debería clasificar como bebida, no leche.
Es como el caso de las bebidas de frutas y los néctares. A manera de ejemplo —dijo— la bebida o jugo de frutas se diferencian de los néctares. El porcentaje de la pulpa de los néctares debe ser de 25 % hacia arriba dependiendo de la fruta, pero los jugos o las bebidas de fruta no tienen ese porcentaje de néctar sino mucho menos.
Al traerlo en el caso de la bebidas lácteas frente a la leche es complicado, indicó Jaramillo, inclusive para la entidad que otorga el registro sanitario. La razón, no hay un porcentaje que determine cuanta materia prima (leche) se requiere para su elaboración.
La Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares De Panamá (Acovipa) aseguró que los productos sucedáneos son legales y que muchos consumidores los buscan por razones de salud, como la intolerancia a la lactosa, o por el precio. Pero, como le pasa a María, la falta de información es el verdadero problema.
Natzare Bermúdez, presidenta de la Asociación Nacional de Procesadores de Leche (Anaprole), aseveró que la Ley 113 se ha quedado corta, pues ni define qué es sucedáneo, por lo que es necesario revisarla y actualizarla.
La industria también propuso crear una ley de etiquetado general, nutricional y la de octágonos, para que el consumidor sepa qué está comprando y tenga ese poder de decisión.
Para familias como la de María, la falta de una normativa clara no solo se siente en el bolsillo, sino también en la salud. ¿Cree usted que la solución está en una nueva ley de etiquetado o en educar a los consumidores?