Turismo descontrolado y pesca ilegal fuerzan cierre de la isla ‘Escudo’ de Veraguas

El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, confirmó el cierre temporal por un año de la isla Escudo de Veraguas debido a una “situación caótica” de turismo descontrolado y prácticas ilícitas que estaban causando una grave destrucción del ecosistema.

La medida, dijo, se tomó a petición de las autoridades locales con el fin de permitir la recuperación del frágil hábitat.

El ministro detalló las serias problemáticas que llevaron a la decisión de clausurar el acceso a la isla, conocida como la “Galápagos panameña” por su biodiversidad única.

Entre esas, la entrada sin regulación de personas estaba generando un impacto negativo, incluyendo el lanzamiento de anclas directamente sobre arrecifes de coral.

Se identificó a personas matando pulpos y otra vida marina con cloro para su posterior venta, lo que representa un riesgo para la salud pública. Además, se estaba realizando pesca comercial de langosta, actividad totalmente prohibida en un paisaje protegido.

Se encontraron grandes cantidades de basura en la isla, afectando su belleza natural y el ecosistema.

Navarro enfatizó el valor incalculable de la isla, que alberga especies endémicas de flora y fauna que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Destacó especialmente la presencia del oso perezoso pigmeo, único de la isla Escudo de Veraguas.

“Escudo de Veraguas tiene especies endémicas de flora y fauna, incluyendo plantas que no hay en ningún otro lugar del mundo y una especie de oso perezoso, el oso perezoso pigmeo, que no hay en ningún otro lugar de la Tierra, solo en esa isla. Y por eso tenemos un compromiso de cuidarla”, mencionó el ministro.

El cierre de un año busca lograr varios objetivos cruciales para la conservación.

Recuperación del ecosistema: brindar el tiempo necesario para que la flora y fauna de la isla puedan regenerarse.

Limpieza integral: realizar la recogida de toda la basura acumulada.

Planificación comunitaria: trabajar con la comunidad Ngäbe y otras comunidades locales para establecer acuerdos sobre la buena administración y el uso sostenible de este patrimonio natural.