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“El doble es para todos, no solo para actores”

Loreto Araya-Ayala:
Loreto Araya-Ayala se consagra como una de las voces más reconocidas en el ámbito actoral de Latinoamérica. Voice Talent
  • 20/08/2025 00:00

La experta actriz de doblaje y pionera en la industria, fundadora de Pro Voz Chile, conversó con ‘La Decana’ en vísperas del Voice Talent Panamá, sobre su carrera, su pasión por la comunicación y su trascendencia en el doblaje español-turco para telenovelas

La afamada actriz de doblaje chilena, Loreto Araya-Ayala se presenta en Panamá este 20 y 21 de agosto como parte de la grilla de invitados internacionales del Voice Talent Panamá, evento dedicado a destacar y educar a profesionales en la industria de la comunicación comercial, corporativa y el doblaje en todas sus facetas. En el marco de su preparación para este evento, la actriz chilena conversó con La Estrella de Panamá sobre su carrera, sus aspiraciones y la historia detrás de una de las voces más reconocidas de Latinoamérica.

Loreto también es una destacada actriz de teatro, televisión, cine y doblaje chilena. Conocida por dar voz a Rose en la serie animada “Jake Long: El dragón occidental” de Disney Channel, y por su interpretación como Bither en la novela turca ‘Amor prohibido’ (2008). A su vez, es creadora, directora y profesora de ProVoz, la primera escuela de Voz y de Doblaje en Chile certificada por S.E.N.C.E. convirtiéndola en O.T.E.C, que cuentan con la exclusividad para desarrollar actividades de capacitación.

Primero quería empezar hablando de cómo fueron sus inicios en el doblaje y la locución. ¿Cómo llegó a esta industria?

Yo soy actriz de profesión. Estudié actuación y, al egresar de la escuela, pensé: si yo soy tan feliz siendo actriz, ¿cómo serán de felices quienes no son actores y aprenden las herramientas teatrales? Así comencé a escribir cursos de expresión corporal y de voz, mientras hacía teatro y televisión.

En una obra de Romeo y Julieta —yo era Julieta— un productor me invitó a un programa de televisión. Más tarde, vi un aviso en el diario que decía: “Se buscan voces”. No especificaba si era canto o actuación, pero pensé: “Soy actriz, tengo dominio vocal”. El lugar quedaba justo frente al canal donde trabajaba y era DINT, Doblaje Internacional Chile.

Hice la fila, grabé un texto cómico, uno noticioso y uno dramático. De cientos de personas, quedamos 15 para siete semanas de instrucción. La verdad, no entendí nada al principio: ponerte los audífonos, escuchar el idioma original, leer el libreto con código de tiempo... ¡Me parecía un mundo! Pero me atrapó: la actuación, el lipsync, la dicción, el acento neutro.

Ahora es fundadora de ProVoz, ¿Cómo nace esta institución?

Con el tiempo, estudié mucho. Compré libros en Argentina y México, inventé mi propia metodología —“doblaje de interpretación”— y la puse en práctica. Sin darme cuenta, terminé con cinco cuadernos de apuntes y decidí abrir una escuela. Así nació Provoz, que este año cumple 20 años. Hemos formado a más de 9,000 actores y actrices de voz y viajado por toda Latinoamérica.

Y entre tantos proyectos, ¿recuerda alguno que haya sido especialmente importante o emotivo para usted?

Sí, varios. Uno que me marcó fue ‘Amor prohibido’, una teleserie turca disponible en Prime Video. Fue curioso porque participé en el casting casi de casualidad y terminé quedándome con la protagonista, Beren Saat.Ese personaje era fascinante: delicada, amorosa, pero con un trasfondo de dolor y venganza. Era buena y mala al mismo tiempo. Para mí fue un reto dar con la voz justa que transmitiera toda esa complejidad. El público la recibió bien, y eso me hizo muy feliz.

¿Cuál es la diferencia entre doblar producciones en inglés y hacerlo en idiomas menos familiares, como el turco?

La clave está en el tempo. Los turcos, por ejemplo, se toman su tiempo en las escenas, mientras que en inglés los ritmos son distintos. Como actriz de doblaje, debo acoplar mi propio ritmo interno al del personaje. No basta con el lipsync; hay que sentir el tempo del otro. Mi metodología propone un estudio tridimensional: físico, social y psicológico. Solo así puedes entrar realmente en el personaje y actuar con autenticidad.

Usted ha doblado personajes memorables, desde heroínas hasta antagonistas. ¿Qué le enseñan estos roles a nivel personal?

Mucho. Cuando doblas un villano, es fascinante poder ser malo a través de la voz, aunque en la vida real no lo seas. Te da una libertad expresiva inmensa. Y con las caricaturas, es al revés: sales feliz, con energía. El doblaje me ha enseñado que lo más importante es la verdad. No importa si el actor original es de Rusia, Turquía, México o Chile: cuando actúa con verdad, se siente. Y nuestro desafío es transmitir esa verdad solo con la voz.

En estos 20 años también ha sido docente. ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo en su camino?

Ser mujer. Hace dos décadas, muchos dudaban de mí: “¿Quién te va a creer? Además, eres mujer”. Pero yo tenía clara mi misión y mi metodología. Fui pionera en declarar que el doblaje es para todos, no solo para actores y locutores. Eso al principio generó críticas, pero con el tiempo abrimos las puertas a abogados, ingenieros, profesores, gente que soñaba con actuar pero no se atrevía. La escuela se llenó de historias maravillosas. Mi mayor aprendizaje es que el trabajo en equipo lo es todo. Yo sola no habría podido; gracias al apoyo de mi familia, amigos y colegas, ProVoz es lo que es hoy.

Ahora que vendrá a Panamá como invitada del Voice Talent, ¿qué mensaje quisiera dejar al público?

Queridos amigos y amigas de Panamá y Latinoamérica, los invito al Voice Talent Panamá, el 20 y 21 de agosto. Será un espacio donde hablaremos del arte de la voz, del doblaje y de cómo la voz es una herramienta poderosa para todos: actores, periodistas, empresarios, abogados, profesores. El doblaje no solo entretiene: desarrolla habilidades sociales, expresivas y comunicativas.