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Israel-Irán, las claves para entender el conflicto

Medio Oriente
Misiles iraníes sobre la Franja de Gaza antes de atacar objetivos dentro de Israel, el 15 de junio de 2025. | EFE
  • 16/06/2025 11:42

Las dos naciones fueron amigas por muchos años. Un historiador explica cómo llegamos a la situación actual y cuáles deben ser los objetivos

¿Cómo inicia el conflicto entre Israel e Irán? ¿Están justificados los ataques? El historiador argentino, Yoel Schvartz, comparte su análisis desde Israel. Reconoce que la ofensiva israelí a más de 100 objetivos en Irán, principalmente dirigido a puntos estratégicos de su programa nuclear y a su cúpula militar no tiene sustento en la ley internacional.

“Desde el punto de vista de la legislación internacional, es un ataque ilegal. No existe el concepto de ataque preventivo en la legislación internacional”, señaló Schvartz. “Sin embargo, países como Francia, que suelen ser muy críticos de Israel en otros temas, por ejemplo, en lo que tiene que ver con Gaza, salieron a defender esta postura”, añadió.

Para el historiador, hay 3 razones principales que motivaron la escalada del conflicto, que hasta entonces se había librado a través de “proxies” o intermediarios financiados o apoyados por ambas partes.

La primera de ella es el desarrollo del programa nuclear iraní. El pasado jueves, la junta de gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) emitió un voto de censura contra Irán, señalando que estaba incumpliendo con sus obligaciones para la no proliferación nuclear. “De alguna manera le da la razón a Israel en términos de que Irán efectivamente está enriqueciendo uranio y preparando misiles para poder llevar cabezas nucleares. Esto es algo reciente, pero sabemos que de alguna manera fortalece la posición israelí a nivel internacional”, destacó Schvartz.

La segunda causa es la guerra entre Israel y Hamás por la Franja de Gaza, que estalló con el atentado del 7 de octubre de 2023. “Si uno lo mira con lupa, desde el punto de vista interno de Israel, esta es una guerra que parece no tener fin y que parece no tener una salida clara. Si uno piensa en términos del gobierno de Israel, era necesario generar algún tipo de movida que cambie un poco las coordenadas de la guerra y que también recupere algo que Israel perdió el 7 de octubre del 2023, su capacidad de contención”, comentó.

Y el tercer factor tiene que ver con el entorno geopolítico. Irán se ha convertido en el gran foco de atención para Israel. “El cinturón de fuego que rodeaba a Israel, Hezbollah en el norte, el régimen de Assad en el norte también, Hamas en el sur, han sido básicamente neutralizados o destruidos. El régimen de Assad ha sido reemplazado en Siria por un régimen que busca congraciarse con Occidente, que busca congraciarse con el Estado de Israel, o por lo menos estar en buenos términos con sus vecinos. Hezbollah ha perdido totalmente su capacidad bélica y está completamente neutralizado por la política libanesa que le prohíbe inmiscuirse en el actual conflicto, Hamás está envuelto en un conflicto en el cual por el momento está llevando una derrota militar en la Franja de Gaza. Todo esto junto le da a Israel la posibilidad de poder atacar sin tener que sufrir las consecuencias directas de la guerra en estos frente”, explicó Schvartz.

Objetivos

Los ataques mantienen en vilo a la población de ambos países, los ciudadanos temen por su seguridad, no saben cuándo caerá el próximo misil, ni cuándo llegará la siguiente oleada de drones. Israel tomó la primera acción con su “ataque preventivo”, ¿cuál debe ser ahora el objetivo?

“Todo el logro militar que nosotros vemos, por lo menos en estos primeros días de Israel, no quiere decir que Israel esté realmente en condiciones de destruir el aparato nuclear o el desarrollo nuclear iraní. Hay quienes dicen que sí, hay quienes dicen que no es posible sin la intervención de Estados Unidos. Tal vez el gobierno israelí ha hecho una apuesta, una apuesta muy peligrosa a que esto fuerce la intervención de Estados Unidos o que esto fuerce a Irán y Estados Unidos a sentarse a negociar y a llegar a un acuerdo que realmente permita la neutralización de este problema”, opinó Schvartz.

El historiador y profesor universitario citó al general retirado del ejército israelí, Itzjak Brick, quien previó los ataques del 7 de octubre meses antes que ocurrieran. “El general escribió un artículo en uno de los periódicos de aquí de Israel, donde dice que el objetivo de Israel en este momento tendría que ser, en primer lugar, lograr una intervención mucho más masiva de Estados Unidos en el conflicto y al final de cuentas obligar a Irán a sentarse en una mesa de negociación para lograr un acuerdo”, detalló Schvartz. “Él considera que es muy difícil, prácticamente imposible que se pueda neutralizar el aparato militar nuclear iraní o el potencial nuclear israelí sin un acuerdo. Un acuerdo que implique garantías, que implique mecanismos de control, mucho más claros, mucho más específicos de los que se venían pidiendo hasta el día de hoy”, concluyó.

Historia del conflicto

Las relaciones entre Israel e Irán no siempre fueron de enemistad. Irán fue el segundo país islámico en reconocer la existencia del estado de Israel. Sin embargo, todo cambió con la revolución islámica.

“Hasta 1977, las relaciones entre Irán y el Estado de Israel eran relaciones muy buenas y muy cercanas. Había relaciones comerciales, había colaboraciones en áreas militares y de seguridad, inclusive en el área de la cultura, había vuelos directos entre Teherán y Tel Aviv. Con la Revolución Islámica, este proceso se cortó bruscamente. Israel fue acusado por el régimen islámico de haber sido uno de los países que sostenía al régimen del shah”, explicó Schvartz.

Con el pasar de los años, las tensiones siguieron aumentando. Irán llamó a Estados Unidos “Satán grande” y a Israel (a quien se refieren como entidad sionista) “Satán pequeño”. Además, Irán tomó la decisión de apoyar la causa palestina.

“Como suele suceder, cada vez que un país quiere transformarse en el abanderado del mundo islámico, recurre a la cuestión palestina como una cuestión unificadora de otros países. En el caso de Irán, esto no ha funcionado demasiado, dado que no ha logrado transformarse en el líder del mundo islámico, pero sí tiene sus países cercanos o acólitos, y sobre todo tiene sus proxys, que son las organizaciones militares o paramilitares que trabajan, digamos, mantenidas o sostenidas por Irán”, detalló el profesor.

Irán tiene una situación única dentro del mundo islámico. Su cultura es en buena medida persa, no árabe. Y su población es mayormente chiita, una rama del Islam que cuenta con menos seguidores que su contraparte suní. Históricamente, Irán ha buscado cómo fortalecer su posición en el mundo islámico, compitiendo muchas veces con Arabia Saudí, sede dónde se concentra el poder sunita.

“Hay un afán de Irán de colocarse a la cabeza de ese mundo islámico que lo persiguió”, opina el profesor Schvartz. “Países sunitas como Arabia Saudita, como Egipto, como los Emiratos, ven con muy malos ojos y con mucha preocupación la posibilidad de que Irán tenga armas de destrucción masiva, armas nucleares”.

El estudioso también destaca que Irán ha sido uno de los países más desarrollados en cuánto a ciencia y tecnología, hecho que se mantiene aún después de la llegada al poder del régimen islamista. “Esto hace que una de las formas con que el régimen de los ayatolas haya intentado transformarse en la cabeza del mundo islámico ha sido a través del desarrollo de la tecnología armamentista. Por lo tanto, Israel aparece como un objetivo, como un target perfecto para el desarrollo de esa tecnología armamentista, que hoy en día le da beneficios al régimen iraní vendiendo esa tecnología, por ejemplo, a Rusia,” acotó.