Una fotografía disponible el 7 de julio de 2025 muestra a la acusada Erin Patterson (derecha) en Melbourne, Australia, el 15 de abril de 2025 (publicada el 7 de julio de 2025).
JAMES ROSS / EFE
El motivo de la convocatoria fue que Erin quería contarles que padecía cáncer, enfermedad que posteriormente se demostró que nunca le fue diagnosticada.
La australiana Erin Patterson, de 50 años, fue hallada culpable este lunes por un jurado de tres delitos de asesinato y uno de tentativa, tras servir solomillos Wellington con setas tóxicas a cuatro familiares, en un mortal banquete en su casa al sureste de Melbourne en julio de 2023.
Un jurado de 12 miembros que comenzaron a deliberar el pasado 30 de junio alcanzó hoy un veredicto y declaró culpable a la mujer de todos los delitos de los que la Fiscalía la acusó -por lo que podría llegar a recibir cadena perpetua-, según la cadena pública australiana ABC.
Estas son algunas de las claves del caso, que ha recibido gran atención mediática internacional.
Erin Patterson convocó a sus exsuergos, Don y Gail Patterson, y a la hermana y al cuñado de Gail, Heather e Ian Wilkson, a una cena en su casa de la localidad rural de Leongatha, al sureste de Melbourne, el 29 de julio de 2023.
Su exmarido, Simon Patterson, con quien tiene dos hijos en común, también fue invitado a la reunión, pero finalmente no acudió.
Los comensales degustaron solomillos Wellington individuales, compuestos de costosas piezas de carne cubiertas con setas, envueltas en hojaldre y acompañadas con puré de patatas y judías, que preparó Patterson.
El equipo de defensa de Erin Patterson (de izq. a der.): la abogada Sophie Stafford, la abogada Ophelia Holloway y el abogado Colin Mandy SC salen del Tribunal de Magistrados de Latrobe Valley en Morwell, Victoria, Australia, el 7 de julio de 2025.
Tras sentirse gravemente enfermos después del banquete, los cuatro invitados acudieron al hospital.
Don y Gail Patterson, de 70 años, y Heather Wilkinson, de 66, fallecieron entre el 4 y el 5 de agosto de 2023, mientras que Ian Wilkinson fue el único superviviente.
Informes de toxicología revelaron que la mujer empleó uno de los hongos más letales, ‘amanita phalloides’, también conocida como oronja verde, en la preparación de los Wellington que sirvió a los familiares de su expareja.
La decisión llega tras un juicio de más de diez semanas en un tribunal de la pequeña ciudad de Morwell, en el estado de Victoria, durante el que declaró más de medio centenar de testigos, entre ellos por vídeo los dos hijos de Patterson (de 14 y 9 años), que según ella comieron sobras de la cena fatídica.
La mujer, que mantuvo su inocencia desde que fue arrestada en noviembre de 2023, declaró como primer testigo de la defensa, respondiendo a las preguntas de su abogado, y alegó que empezó a interesarse por los hongos silvestres durante la pandemia, y que cocinaba con ellos porque “tienen buen sabor y son muy saludables”.
Mientras, el único superviviente, Ian Wilkinson, apuntó en su declaración que la acusada comió de un plato de color tostado, distinto al los de los demás, que eran grises.
Asimismo, Ian, pastor de profesión, sostuvo que Erin se negó a que sus invitados la ayudaran a emplatar la comida que preparó, y que se mostró “reacia” a mostrarles su despensa.
Erin Patterson podría enfrentarse a una pena máxima de cadena perpetua tras haber sido hallada culpable de tres delitos de asesinato y uno de tentativa.
El siguiente paso previsto en el proceso es una audiencia en la que se dicte sentencia, para lo cual todavía no hay fecha anunciada.
Antes, Erin todavía puede recurrir la decisión del jurado.
“Estoy triste, pero es lo que es”, dijo a la salida de la sesión en la que dio a conocer el veredicto una acompañante de Erin.