Ley antimascotas y perros considerados impuros: ¿qué ocurre en Irán?
- 10/06/2025 13:03
Al menos 17 localidades iraníes han prohibido pasear perros en espacios públicos, alegando razones de higiene, seguridad y valores religiosos, en una medida que refuerza el rechazo a influencias culturales occidentales. Casi una veintena de ciudades en Irán han prohibido pasear perros en la vía pública, alegando motivos de higiene, seguridad y orden público, según informaron este domingo medios locales. Esta medida también responde a fundamentos religiosos.
En el islam, algunos sectores consideran que el contacto con los perros, especialmente su saliva, es impuro. Sin embargo, la legislación iraní no prohíbe tener mascotas, y muchas personas en el país poseen perros y otros animales domésticos.
Para ciertos líderes religiosos y políticos, la tenencia de perros representa un signo de ostentación y una influencia cultural occidental que debe ser rechazada.
Ciudades como Isfahán, Yazd, Kerman e Ilam han implementado recientemente esta prohibición. “Se tomarán medidas legales contra quienes incumplan la norma”, advirtió un funcionario de Ilam, citado por el diario reformista Etemad.
En Teherán, una directiva similar fue emitida por la policía en 2019, aunque su aplicación ha sido irregular. En los barrios acomodados de la capital, es común ver a personas paseando perros y visitar tiendas especializadas en mascotas.
El fiscal de Hamedan, Abbas Najafi, afirmó que pasear perros representa “una amenaza para la salud pública, la paz y el bienestar”, según declaraciones recogidas por el periódico oficial Irán.
Ya en 2021, 75 parlamentarios firmaron un proyecto de ley para restringir la tenencia de mascotas, a las que calificaron como un “problema social destructivo”.
El líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, declaró en 2017 que tener perros por motivos distintos a la caza, la protección o el cuidado de rebaños es “reprobable”. Según la agencia Tasnim, advirtió que si esta práctica se asemeja a la de los no musulmanes, promueve su cultura o causa conflictos vecinales, debe considerarse prohibida.
En 2016, la ciudad de Shahin Shahr fue duramente criticada tras confiscar animales domésticos como parte de una campaña contra lo que denominó la “vulgar cultura occidental”.
Casi una veintena de ciudades en Irán han prohibido pasear perros en la vía pública, alegando motivos de higiene, seguridad y orden público, según informaron este domingo medios locales. Esta medida también responde a fundamentos religiosos.
En el islam, algunos sectores consideran que el contacto con los perros, especialmente su saliva, es impuro. Sin embargo, la legislación iraní no prohíbe tener mascotas, y muchas personas en el país poseen perros y otros animales domésticos.
Para ciertos líderes religiosos y políticos, la tenencia de perros representa un signo de ostentación y una influencia cultural occidental que debe ser rechazada.
Ciudades como Isfahán, Yazd, Kerman e Ilam han implementado recientemente esta prohibición. “Se tomarán medidas legales contra quienes incumplan la norma”, advirtió un funcionario de Ilam, citado por el diario reformista Etemad.
En Teherán, una directiva similar fue emitida por la policía en 2019, aunque su aplicación ha sido irregular. En los barrios acomodados de la capital, es común ver a personas paseando perros y visitar tiendas especializadas en mascotas.
El fiscal de Hamedan, Abbas Najafi, afirmó que pasear perros representa “una amenaza para la salud pública, la paz y el bienestar”, según declaraciones recogidas por el periódico oficial Irán.
Ya en 2021, 75 parlamentarios firmaron un proyecto de ley para restringir la tenencia de mascotas, a las que calificaron como un “problema social destructivo”.
El líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, declaró en 2017 que tener perros por motivos distintos a la caza, la protección o el cuidado de rebaños es “reprobable”. Según la agencia Tasnim, advirtió que si esta práctica se asemeja a la de los no musulmanes, promueve su cultura o causa conflictos vecinales, debe considerarse prohibida.
En 2016, la ciudad de Shahin Shahr fue duramente criticada tras confiscar animales domésticos como parte de una campaña contra lo que denominó la “vulgar cultura occidental”.