Casco peatonal
- 25/10/2025 00:00
La iniciativa del Casco Peatonal, impulsada por la Alcaldía de Panamá, ha demostrado su poder para dinamizar la economía local, pero su éxito creciente amenaza con convertirse en su mayor riesgo si no se impone orden, planificación y respeto patrimonial. Cada último domingo del mes, parte del sector gastronómico y cultural celebra incrementos de ventas, pero también crece la inquietud entre hoteles y restaurantes que ven cómo el consumo se traslada a la calle, afectando la operación de los locales formales. Mientras la música y la multitud llenan las plazas, muchos establecimientos observan mesas vacías y un entorno difícil de controlar. El desorden, lejos de sumar, erosiona la experiencia y debilita la economía que el evento busca fortalecer. El Casco Antiguo no puede transformarse en un “parking de carnaval”. No se trata de frenar la actividad, sino de dirigirla con criterio técnico. La conservación del patrimonio y el desarrollo económico no son opuestos: son partes de un mismo proyecto de ciudad que debe priorizar la sostenibilidad sobre la euforia pasajera. El disfrute no está reñido con el orden. Controlar el sonido, regular la venta informal, planificar la movilidad y garantizar condiciones equitativas para los comercios establecidos son pasos indispensables para preservar un espacio que pertenece no solo a los panameños, sino al mundo. El Casco Peatonal puede consolidarse como producto cultural emblemático, pero solo si se entiende que su principal activo no es la multitud, sino su memoria. Cuidar el patrimonio no es nostalgia: es visión de futuro.