Corrupción, mal histórico
- 26/12/2025 00:00
La corrupción ha sido una constante en la historia política de Panamá, marcada por escándalos que, pese a su magnitud, rara vez han derivado en condenas efectivas. Durante décadas, numerosas denuncias por malos manejos, contratos opacos y desvío de fondos han salido a la luz, pero la justicia ha sido lenta y poco contundente para quienes ocuparon altos cargos. Desde administraciones posteriores a la invasión de 1989 hasta gobiernos recientes, los casos de corrupción se han sucedido sin resoluciones firmes ni sanciones ejemplares. El caso Odebrecht, que implicó sobornos millonarios en proyectos estatales, evidenció no solo la penetración de la corrupción en las altas esferas, sino también la ineficiencia de la justicia para sancionar a los responsables. Este proceso, que ha sido pospuesto por quinta vez, será clave el próximo año, pues se espera que finalmente se presenten resultados concretos y se determine la responsabilidad de los implicados. La impunidad ha minado la confianza ciudadana en las instituciones y debilitado el Estado de derecho. Romper este ciclo requiere pasos claros por parte de las autoridades: fortalecer la independencia judicial, agilizar los procesos penales, proteger a los denunciantes y consolidar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. Sin acciones concretas, la corrupción seguirá siendo un lastre que obstaculiza el desarrollo democrático y social de Panamá. Solo con justicia efectiva y compromiso real se podrá recuperar la confianza pública y garantizar que los recursos del Estado beneficien a toda la ciudadanía, no a intereses particulares.