De la desconfianza a la oportunidad

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Ciudad de Panamá Pixabay
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  • 03/10/2025 00:00

La encuesta Vea Panamá nos entrega una radiografía honesta del país: la ciudadanía atraviesa un periodo de desencanto, marcado por la preocupación económica, la desconfianza institucional y un ánimo colectivo menos optimista que hace quince meses. En julio de 2024 predominaban la calma, la expectativa y el optimismo. Hoy, esos sentimientos han perdido fuerza y han sido reemplazados por la incertidumbre y la frustración. El 63,9% de los panameños percibe su situación económica como mala, y siete de cada diez admiten que sus ingresos no les permiten cubrir regularmente los gastos básicos. Estas cifras no son solo estadísticas: reflejan la tensión diaria de miles de hogares que luchan por mantener la estabilidad. La agenda de preocupaciones está encabezada por la corrupción, el desempleo y el alto costo de la vida. Son los temas que la ciudadanía coloca al frente y que deben convertirse en prioridades para todos los sectores: Estado, empresa privada, sociedad civil y comunidades. Pero esta fotografía, aunque desafiante, también abre una ventana de oportunidades. La encuesta muestra que, pese al desencanto, una parte significativa de los panameños aún conserva calma y expectativa. Ese espacio emocional puede convertirse en un punto de partida para reconstruir la confianza. El país cuenta con fortalezas que no deben pasarse por alto: una democracia que, aunque cuestionada, sigue siendo el marco de convivencia; una ciudadanía cada vez más consciente de sus derechos y dispuesta a expresarse; y un potencial económico que, con políticas acertadas, puede traducirse en empleo y bienestar. El reto, entonces, es transformar el desencanto en acción constructiva. Escuchar a la ciudadanía, atender sus preocupaciones más urgentes y devolverle certezas sobre principios básicos como la igualdad ante la ley y la lucha contra la corrupción. La encuesta Vea Panamá de este diario no es un simple registro de cifras o un golpe para el Gobierno Nacional. Es un llamado de alerta. No solo muestra los problemas: señala el camino. La respuesta está en manos de todos —gobierno, instituciones, empresas y ciudadanos— que hoy tienen la oportunidad de convertir la desconfianza en confianza renovada y la incertidumbre en esperanza.