Dengue es ascenso
- 08/11/2025 00:00
Panamá enfrenta, una vez más, una amenaza que se multiplica en cada gota de agua estancada. El dengue, una enfermedad que conocemos desde hace décadas, vuelve a desbordar las estadísticas: más de 13 mil casos y 22 muertes confirman que la lucha contra el mosquito Aedes aegypti está lejos de ganarse. Lo más alarmante no es solo el número, sino la inercia social y política que acompaña esta epidemia silenciosa. Mientras las cifras suben, los criaderos siguen ahí, en patios, calles y descuidos. La región Metropolitana y San Miguelito concentran miles de casos, y no por casualidad: son territorios donde la urbanización desordenada, la basura acumulada y la falta de conciencia forman el caldo perfecto para la reproducción del vector. El problema no es únicamente sanitario, es también ambiental y social. El Ministerio de Salud cumple su parte al emitir alertas y campañas, pero las fumigaciones y los comunicados no bastan cuando la corresponsabilidad ciudadana es débil. Cada lata, botella o neumático abandonado es una incubadora en potencia. Y cada hogar que no limpia sus alrededores se convierte en un eslabón más de una cadena mortal. El país necesita actuar con la misma urgencia con la que el virus se propaga. No podemos normalizar que 13,536 panameños enfermen en menos de un año por una enfermedad prevenible. La prevención no puede ser un eslogan: debe ser una práctica diaria, una responsabilidad compartida. Panamá está en alerta, y la solución no vendrá de arriba ni de afuera. Depende de cada ciudadano romper el ciclo del descuido antes de que el dengue se vuelva una constante estacional más. La verdadera vacuna contra el dengue se llama conciencia colectiva.