Discusión salarial
- 18/11/2025 00:00
La instalación de una nueva mesa para revisar el salario mínimo vuelve a colocar al país frente a un espejo que muchos prefieren evitar: el alto costo de la vida y los salarios que no logran acompañar la realidad de los hogares panameños. La economía crece, sí, pero ese crecimiento no siempre se traduce en bienestar para quienes sostienen al país con su trabajo diario. En el debate, empresarios, trabajadores y Gobierno exponen preocupaciones válidas. El sector privado habla de la fragilidad de muchas empresas, del avance acelerado de la automatización y de la necesidad de evitar medidas que empujen más empleos hacia la informalidad. Por su parte, los trabajadores recuerdan que durante años la productividad nacional ha avanzado mientras el poder adquisitivo permanece estancado. Son dos miradas que chocan, pero que también pueden complementarse si se trabaja con visión de país. Esa visión —la que verdaderamente falta— debe mirar más allá de la próxima negociación. Panamá necesita comprender que el mundo laboral está cambiando a una velocidad inédita y que innovar ya no es una opción, sino un requisito para no quedar rezagados. Hablar solo de salarios sin hablar de innovación laboral, formación técnica y empleos del futuro es construir sobre arena. El país debe garantizar que la transformación tecnológica no se convierta en un nuevo factor de exclusión, sino en una oportunidad para generar trabajos más dignos, más productivos y mejor remunerados. Esa es la responsabilidad de un Estado moderno. La ministra de Trabajo recordó que el salario mínimo no es solo una cifra; es una decisión que afecta vidas reales. De igual manera, la apuesta por la innovación tampoco es un discurso: es el camino para asegurar un futuro sostenible.