Editorial

Justicia y privilegio

Entrelíneas
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  • 14/08/2025 00:00

Suspender no es eliminar. La Corte Suprema de Justicia ha decidido “congelar” —que no es derogar— el privilegio de una jubilación especial que les garantizaba a los magistrados retirarse con el 100 % de su salario. Un gesto insuficiente frente a un clamor ciudadano que exige igualdad, no pausas estratégicas. En un país donde la gran mayoría de los jubilados reciben pensiones que apenas cubren la canasta básica, la existencia de regímenes dorados para un pequeño grupo no es equitativo. La justicia no puede pedir respeto si, a la vez, protege privilegios que la colocan por encima de la ley que dice defender. La confianza en las instituciones —especialmente en el máximo tribunal de justicia— no se decreta, se gana. Y se gana con actos que demuestren que sus miembros están dispuestos a someterse a las mismas reglas que cualquier servidor público. La igualdad ante la ley no admite excepciones de toga. Suspender este beneficio especial es apenas un paso, pero no el único. La Justicia debe ser la primera en renunciar a privilegios indebidos, no la última en hacerlo forzada por la indignación pública. Un fallo histórico no se dicta solo en papel: se dicta con el ejemplo.