La anarquía en Bocas
- 20/06/2025 23:00
Bocas del Toro vive una jornada violenta en tiempos de incertidumbre y tensión social. Lo ocurrido entre la noche del jueves y la tarde de ayer no puede llamarse protesta. Es vandalismo, violencia e inquina. Destrozar instalaciones del aeropuerto, saquear oficinas y comercios, vehículos y destruir instalaciones públicas y privadas no es ejercer un derecho: es exterminarlo. La línea que separa la legítima expresión ciudadana del crimen se ha cruzado sin pudor. Ninguna causa —por justa que parezca— se defiende con encapuchados, con piedras, con saqueos ni con la retención de agentes de seguridad nacional. Tras este hecho condenable, el Consejo de Gabinete Extraordinario decidió suspender las garantías constitucionales, una decisión necesaria para establecer la paz social. Las autoridades deben actuar con contundencia y legalidad para restaurar el orden e investigar a los responsables, teniendo en cuenta siempre el resguardo a los derechos humanos. No se puede permitir que el miedo y la anarquía tomen las calles ni que la fuerza suplante al diálogo. Alzar la voz y rebelarse contra las injusticias han sido parte de toda historia democrática y libre. Pero lo que pasó en Changuinola no fue rebeldía con causa, fue saña y odio. Y eso debe ser condenado sin ambigüedades.