Prudencia e institucionalidad

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  • 25/11/2025 00:00

Las declaraciones del presidente José Raúl Mulino en Costa Rica, donde relató que en 2024 advirtió al Tribunal Electoral que “prendería el país por las cuatro esquinas” si no le permitían correr como candidato, han generado una comprensible ola de preocupación. Más allá del contexto en que fueron dichas, se trata de expresiones desafortunadas para un jefe de Estado, especialmente cuando se refieren a un órgano cuya independencia es esencial para la estabilidad democrática del país. Las palabras pesan, y pesan más cuando provienen del Presidente de la República. Revivir un momento tenso del proceso electoral puede ser comprensible en términos narrativos, pero convertirlo en anécdota pública —y hacerlo desde un escenario internacional— coloca a la institucionalidad bajo un reflejo innecesario. La prudencia no es un lujo diplomático; es una responsabilidad inherente al cargo. Mulino ha defendido su actuación alegando que enfrentó presiones y un escenario adverso. No cabe duda de que la política panameña vivió meses complejos. Sin embargo, eso no justifica frases que puedan interpretarse como amenazas o presiones indebidas sobre el Tribunal Electoral. En democracia, las formas importan tanto como los hechos. El país necesita fortalecer la confianza ciudadana en sus órganos electorales, no reabrir dudas que ya fueron procesadas dentro del marco legal.