Torpezas diplomáticas
- 21/11/2025 00:00
Desde que Panamá alcanzó un tratado con los Estados Unidos en 1977 —mediante el cual se pactó la salida de las bases militares y el establecimiento de un régimen de neutralidad sobre el Canal—, el país ha buscado, pese al paso de distintos gobiernos, mantener ese status quo que garantiza, por el momento, que el Estado no termine involucrado en conflictos geopolíticos que no nos corresponden, como la actual guerra fría entre Washington y Pekín. Sin embargo, pareciera que no todos los políticos y cargos públicos panameños entienden esa razón de Estado que nos exige, pese a las diferencias políticas e ideológicas, mantener una postura común en defensa de la neutralidad y la paz. Los diputados independientes y de partidos que, de manera inusitada, viajaron a Taiwán —una isla que está precisamente en el ojo de la tormenta del conflicto chino-estadounidense— han provocado una crisis diplomática y abren dudas sobre la comprensión de las amenazas que se ciernen sobre un país con un Canal que es pieza clave del enfrentamiento entre potencias. Los argumentos de buscar “oportunidades comerciales” son excusas baladíes. La población merece una explicación honesta de las razones de este viaje, que ha comprometido al Estado panameño. El presidente José Raúl Mulino señaló directamente a Washington como responsable del viaje y, al mismo tiempo, recriminó con dureza a la embajadora china en Panamá por sus injerencias en asuntos que solo los panameños tienen derecho a decidir. Además, reiteró que el país es neutral y que no permitirá ser arrastrado a un conflicto que no es nuestro. Cuando se trata de políticas que involucran amenazas directas a la nación panameña —como el posible involucramiento de Panamá en un conflicto entre potencias nucleares—, el país necesita una política nacional en la que los tres órganos del Estado estén alineados, bajo estricto respeto a la separación de poderes. En un contexto mundial tan convulsionado, no estamos para torpezas ni oportunismos diplomáticos.