Un voto de confianza

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Ciudad de Panamá Pixabay
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  • 14/11/2025 00:00

La decisión de Moody’s de mantener el grado de inversión a Panamá llega como un soplo de optimismo en un escenario marcado por desafíos. Conservar la calificación Baa3 no solo evita una caída costosa para el país: confirma que la economía panameña aún posee anclas y capacidad para sostener su estabilidad. El Gobierno lo celebra: no es común recibir un guiño de confianza en medio de tensiones fiscales y presiones externas. Sin embargo, este respaldo llega acompañado de una advertencia silenciosa pero determinante. Es importante no perder de vista que Panamá avanza, pero en terreno condicionado. Porque mientras el litigio internacional por la mina de cobre permanezca abierto, los inversionistas extranjeros permanecerán escépticos. El cierre de la mina dejó un vacío económico y jurídico que sigue siendo una sombra presente en cada análisis crediticio. El Gobierno, con metas fiscales estrictas, deberá dar un paso necesario para sostener la credibilidad. Si Panamá no demuestra con hechos que puede resolver uno de los conflictos económicos más grandes de su historia reciente, los pequeños logros no serán sostenibles. La comparación con Fitch —que retiró el grado de inversión meses atrás— resalta que Panamá se mueve entre la confianza y la duda. Moody’s ha optado por darle al país tiempo para ordenarse, y ese tiempo debe aprovecharse. Hoy Panamá recibe un voto de confianza, sí, pero un voto condicionado. La clave para transformarlo en confianza plena es resolver, con transparencia y firmeza, el tema de la mina. Solo entonces el país podrá retomar su camino de fortaleza económica sin reservas.