Una ciudad colapsada por lluvías
- 16/09/2025 00:00
En la ciudad de Panamá, cada aguacero se traduce en caos. Las calles se convierten en ríos, los tranques se multiplican y la basura flota como testigo incómodo de la incapacidad de la políticas de recolección de basura. Lo que debería ser un simple fenómeno natural, se transforma en un colapso urbano que desnuda la fragilidad de la planificación. El sistema de alcantarillado pluvial, insuficiente y mal mantenido, colapsa con cada aguacero. Este problema no es nuevo ni sorprende a nadie; lo verdaderamente alarmante es que lleva décadas repitiéndose, sin que ninguna administración haya logrado enfrentarlo con soluciones duraderas. Las consecuencias son costosas y tangibles. Ciudadanos atrapados durante horas en el tráfico, comercios paralizados, familias afectadas en sus hogares. La ciudad se detiene, pierde productividad y credibilidad. Y mientras tanto, la respuesta oficial suele quedarse en la promesa de planes que nunca llegan o en parches temporales que se diluyen con la próxima tormenta. La lluvia no es culpable: es predecible, necesaria e inevitable. El verdadero problema es la desidia con que se ha manejado la infraestructura urbana y la falta de una cultura ciudadana que respete los espacios comunes. No podemos seguir normalizando este desorden. La capital del país, que aspira a ser referente regional, no puede colapsar con cada aguacero. Urge un plan integral, serio y sostenido que priorice drenajes eficientes, gestión de residuos y movilidad urbana inteligente. Lo contrario es condenarnos a vivir bajo la paradoja de una ciudad moderna que se hunde cada vez que llueve.