Caribe militarizado y apuesta por la paz marcan la Cumbre Celac-UE
- 10/11/2025 00:00
Los bombardeos de Trump en el Caribe y la guerra arancelaria acercan a Europa y América Latina en medio de crecientes tensiones geopolíticas. Una cobertura especial desde Colombia de la Cumbre Celca-UE de La Estrella de Panamá
En el mismo mar que alguna vez fue escenario de disputas entre imperios y colonias, América Latina y Europa ensayaron este domingo 9 de noviembre un nuevo intento de entendimiento, a la sombra de la ofensiva militar de Estados Unidos en el Caribe. Una apuesta que tuvo lugar en la ciudad colombiana de Santa Marta, con la cuarta Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), en la que, pese a las marcadas ausencias y cancelaciones de líderes europeos y latinoamericanos, se expresaron posturas claras en defensa del multilateralismo y la paz.
El encuentro, que reunió a representantes de 27 países europeos y 33 de América Latina y el Caribe, giró en torno al fortalecimiento de la cooperación, la renovación del multilateralismo y la consolidación de las alianzas birregionales.
El encuentro estuvo copresidido por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el canciller alemán, Friedrich Merz; y el presidente francés, Emmanuel Macron, fueron algunas de las figuras de alto perfil que no estuvieron presentes.
Otros líderes regionales, como el presidente chileno, Gabriel Boric; el presidente uruguayo, Yamandú Orsi; y la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, enviaron a sus respectivos cancilleres. Argentina, por su parte —en un gesto que refleja las tensiones ideológicas con los gobiernos de izquierda y en línea con Estados Unidos— optó por una representación de bajo perfil, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores ad interim, Juan Manuel Navarro.
Aun así, varios jefes de Estado respaldaron el evento. El de mayor peso económico fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien confirmó su asistencia a última hora, así como la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. También respaldaron la cumbre los primeros ministros de Portugal, Luís Montenegro; Finlandia, Petteri Orpo; Países Bajos, Dick Schoof; y Croacia, Andrej Plenković.
Desde el Caribe llegaron los representantes de Guyana, Mark Phillips; Belice, John Briceño; San Cristóbal y Nieves, Terrance Drew; y la primera ministra de Barbados, Mia Mottley.
La representación de Panamá estuvo a cargo del viceministro de Asuntos Multilaterales y Cooperación, Carlos Guevara Mann, quien, previo al evento, adelantó que llevaría la postura de defender el multilateralismo. “Es un encuentro oportuno y valioso para tratar temas de interés común que tienen una dimensión social, geopolítica y de seguridad internacional relevante”, sostuvo el diplomático panameño.
La reunión, que se desarrolló mayormente a puerta cerrada, inició con una fuerte carga simbólica, marcada por la participación de representantes de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ataviados con ropas tradicionales y en tono ceremonial, pidieron a los líderes reunidos que buscaran soluciones concretas a los problemas de la región.
Luego, el presidente Gustavo Petro tomó la palabra y planteó la necesidad de alcanzar diálogos para evitar caer en la “barbarie”, en alusión a varios conflictos en curso, entre ellos las guerras en Medio Oriente, Europa Oriental y América Latina.
“¿Qué hacemos con esta reunión en el mundo de hoy, en medio de los misiles? (...) Creo que deberíamos ser conscientes de que, en el mundo actual, donde avanza la barbarie —allá en Medio Oriente, en Ucrania y Rusia, aquí en el Caribe, donde nació para América la palabra libertad, democracia y poder popular: el Palenque, que era poder popular— lo que tenemos es que ser faro”, señaló el mandatario.
Por su parte, Lula —quien se retiró inmediatamente después de su intervención para regresar a Brasil, donde preside la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP 30), en la ciudad de Belém— abordó uno de los puntos de tensión con la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump: las políticas a favor de las energías sostenibles y la lucha contra el cambio climático.
“El Fondo para la Conservación de los Bosques Tropicales es una solución innovadora para garantizar que nuestros bosques valgan más en pie que talados. La transición energética es inevitable. Nuestra región es una fuente segura y fiable de energía limpia y puede acelerar la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles”, sostuvo.
Lula da Silva fue también uno de los más enfáticos en rechazar la creciente militarización del Caribe. Denunció las “maniobras retóricas” empleadas para legitimar acciones armadas en América Latina, en clara alusión a Estados Unidos, que mantiene bombardeos de embarcaciones en mar abierto bajo el argumento del combate al narcotráfico, una política que ha dejado al menos 70 muertos sin procesos judiciales ni identificación confirmada.
“La amenaza del uso de la fuerza militar volvió a formar parte del cotidiano en América Latina y el Caribe. Viejas maniobras retóricas son recicladas para justificar intervenciones ilegales (...) Somos una región de paz y queremos permanecer en paz. Las democracias no combaten el crimen violando el derecho internacional”, afirmó.
En el lado europeo, y siguiendo la línea de Lula, el presidente español, Pedro Sánchez, hizo un llamado al respeto del derecho internacional. También defendió el libre comercio, en clara alusión a Trump —sin mencionarlo— y a la guerra arancelaria impuesta por Washington a varios países, incluidos sus propios aliados de la UE.
Las tensiones escalaron después de que Estados Unidos amenazara a Madrid con imponer aranceles si no elevaba su gasto en defensa al 5% del PIB, en el marco de la OTAN. Frente a ello, la Comisión Europea aseguró que “respondería” de manera conjunta si la represalia se concretaba, defendiendo la unidad del bloque.
El presidente del Consejo Europeo destacó la necesidad de reforzar el diálogo birregional en un contexto marcado por la inestabilidad global. “Juntos somos más fuertes (...) vivimos en una era de competencia entre actores globales, alianzas cambiantes y presiones diplomáticas”, sostuvo António Costa.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, enfatizó que el bloque es “un socio predecible y confiable” y destacó los intereses de inversión. Señaló además la expectativa de avanzar en la firma del acuerdo con el Mercosur.
Los países de la UE y de América Latina, que juntos representan cerca del 20% del PIB mundial y concentran el 14% de la población global, hicieron hincapié en el potencial estratégico de la alianza. Aunque se esperaba la publicación de la declaración final al cierre de esta edición, aún no se había hecho pública, dejando en suspenso las conclusiones de un foro convocado para fijar la agenda birregional en tiempos de incertidumbre global.