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MIDA encuentra 8 cancerígenos en río La Villa

Contaminación del río La Villa
Imagen del río La Villa. Cortesía del Idaan
  • 17/06/2025 21:11

Varios agroquímicos tienen un largo período de permanencia en el suelo. Tercera entrega sobre la crisis del agua en Azuero

El río La Villa tiene 24 ingredientes activos de pesticidas, de los cuáles 6 producen cáncer y 8 afectan el sistema endocrino. Así lo revela un compendio de resultados de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), publicado en 2023.

La atrazina, el clorpirifós, la bifentrina y el etoprofós fueron los principales ingredientes activos detectados en la cuenca, sobre todo en su parte media. La atrazina se usacomo controlador de malezas y los otros tres, como insecticidas. Los cuatro productos gozan de una gran demanda por parte del sector agropecuario nacional”, detalla el documento. Del río La Villa se extrae agua cruda para plantas potabilizadoras que abastecen a miles de panameños y panameñas de las provincias de Herrera y Los Santos.

Aunque las concentraciones de plaguicidas encontradas estaban dentro de los valores guías aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas inglés), estos químicos se suman a otros contaminantes como metales pesados hallados en un estudio de 2021 publicado en el International Journal of Plant & Soil Science, dónde se detectó cobre, cromo y manganeso. Además, la presencia de microorganismos coliformes (producto de las heces de cerdos), entre otros contaminantes han forzado a las autoridades a decretar un estado de emergencia en la región e instruir a la población a no tomar el agua que sale de la pluma.

Ocho de esos 24 agroquímicos están prohibidos en otras parte del mundo y cinco están restringidos y sin embargo acá se utilizan sin el menor reparo y sin la menor consideración se sigue permitiendo que al país entren estas sustancias”, advirtió Isaías Ramos, del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM). “En el caso de la atrazina, una característica que tiene esa sustancia es que se puede acumular en el suelo y se va al manto freático. Cuando viene la lluvia, ese material vuelve a surgir, vuelve a contaminar y vuelve a afectar a todo. Entonces las personas que utilizan esa agua, que comen peces de eso, camarones, utilizan los recursos que hay en esa zona, se ven expuestos”, acotó.

Sin embargo, el uso de estos agroquímicos está enraizado en las técnicas de producción y cultivo. El porcinocultor y agricultor, Luis Martínez, apuntó que existe mucho desconocimiento sobre el uso adecuado de estos químicos y que no se conocen alternativas viables. “¿Cómo hacemos para hacer la dosificación correcta? La gran mayoría no lo sabemos. Nos dicen, tantas onzas con bombadas y le metemos. El glifosato es un quemante que se prohibió en Europa, pero que tuvieron que rescatarlo porque no hay ninguna posibilidad de producir si nosotros no quemamos el pasto y la hierba mala que hay ahí para poder producir”, comentó.

Incluso Francisco Smith, el dirigente bananero de Bocas del Toro que dirigió el movimiento para lograr una ley que les permitiera beneficios de seguridad social especiales a los bananeros a causa de los efectos adversos que sufren en su salud, aceptó resignado el uso de agroquímicos y pesticidas. “Las leyes eran por temas de salud. Un trabajador aquí empieza a trabajar a los 19, 20 años y con agroquímicos, plaguicida, herbicida, nematicida, más el clima a veces el trabajador ya a los 25, 30 años de edad, y con 12 o 13 años de servicio, tiene afectaciones de salud. A los 40 años los trabajadores de edad ya no tienen rendimiento y no llegan a la edad de jubilación de 57, la mujer ni 52”, declaró durante una entrevista con Radio Panamá. “El tema que la empresa usa plaguicidas es por la plantación. Pero el tema aquí es la atención de salud que no se brinda. Estamos dispuestos a estos productos químicos que utiliza la empresa para poder mantener la planta”, aseguró.

En el caso de Azuero, la cuenca del río La Villa se extiende por más de 1.297 kilómetros. Por ello, la respuesta a la contaminación debe contemplar estrategias integrales a corto, mediano y largo plazo. Una parte fundamental es recuperar los bosques. “Durante años, esa zona perdió más de 3,000 hectáreas de bosque en los últimos 25 años. Nadie le prestó atención a ese asunto. Cuando se habla de que hay que restituir toda la estructura del bosque, estamos hablando de una zona que perdió el 83% de los bosques que tenía cercanos”, destacó Ramos. “Realmente nunca hubo un ordenamiento territorial. Básicamente lo que funciona en el terreno es una ley del oeste donde el que tiene más dinero puede decidir qué se hace con el territorio.

El biólogo detalla que hay dos tipos de contaminación, la puntual por las aguas negras y residuales que vienen de barriadas, tanques sépticos y fincas como porquerizas; y la contaminación difusa por el mal manejo de los residuos, mal manejo del alcantarillado público y falta de controles al uso de agroquímicos. “Ahí no hay ningún tipo de planificación por el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial. No hay ningún tipo de ordenamiento por los municipios, los cuales no les dejan establecer una guía. No hay ningún tipo de vigilancia por parte del MIDA. Vemos que la principal causa de pérdida de cobertura vegetal es a causa de actividades agropecuarias y ellos son responsables de la introducción, manejo y disposición final de los agroquímicos”, resaltó.

El director Nacional de Sanidad Vegetal del MIDA, Emmeris Quintero, aseguró que la actual administración está tomando medidas como prohibir el uso de ciertos químicos y explicó que muchos de estos pesticidas tienen un largo período de permanencia en el ambiente, por lo que la contaminación que se encuentra hoy puede haberse originado hace muchos años.

“Este año, ya el ministro firmó también una lista de 11 productos que están prohibiendo”, reveló Quintero. “Ahorita mismo existe una ley que es la ley 11 que tiene que ver con las buenas prácticas agrícolas que está bajo el paraguas de la sanidad vegetal también, en la que todo productor debe registrarse para comenzar a trabajar en un plan de manejo de su finca y dentro de ese manejo está la parte del manejo integrado de plagas, dentro del manejo que se le da a las plagas y enfermedades lo último entre los pasos a seguir es utilizar un plaguicida para control de alguna enfermedad o plaga”, comentó.

Quintero reconoce que existe un riesgo para la salud, pero considera que el uso de pesticidas es necesario para la producción y que lo que debe primar es mantener los controles adecuados. “Es cierto que existe ese riesgo, pero se están haciendo los mecanismos, los pasos de las normativas para mitigarlo. Acuérdate que comida siempre hay que seguir produciendo y las plagas siempre van a estar presentes y hay que controlarlas. Pero hay que hacerlo ordenadamente a la dosis recomendada, esperar los períodos de reingreso y los periodos de carencia que son los periodos de cuándo debo cosechar después de una aplicación de un plaguicida para que los productos no hayan contaminado”, concluyó.