‘Tenemos que quitarnos la mojigatería y el negacionismo’
- 22/06/2025 05:12
La directora de la Coalición Internacional de Mujeres y Familias habló sobre ser lesbiana en Panamá, educación sexual y el trabajo de las comunidades Es fácil hablar de Derechos Humanos y empoderamiento. Pero Samirah Armengol es una mujer que ha sabido llevar las palabras a la acción, desarrollando liderazgo en otras mujeres, ayudando a personas vulnerables, desde adolescentes perseguidas por su orientación sexual, a trabajadoras sexuales, hasta mujeres cabeza de familia que buscan protegerse a si mismas y sus hogares. Samirah conversó con La Estrella de Panamá en una escuela pública de Curundú, mientras mujeres de la comunidad recibían un taller para aprender a manejar un huerto comunitario y sus hijos y nietos hacían actividades con voluntarias de la Coalición Internacional de Mujeres y Familia (Cimuf) que preside. Habló sobre ser mujer, ser lesbiana y sobre cómo trabajar por un mejor país.
¿En qué consiste el trabajo que hacen en Curundú? Esta escuela es la tercera fase de un proyecto que venimos desarrollando ya hace dos años, este sería el tercer año, de una escuela de liderazgo comunitario para mujeres. Ha sido nuestro plan piloto y ha sido absolutamente exitoso.
Las mujeres son reconocidas en la comunidad. Lo que hay es que potenciar esos liderazgos y orientarlos hacia lo positivo. Y eso es lo que nosotras estamos haciendo.
El objetivo de estos procesos de escuela y de fortalecimiento de habilidades es promover el tejido social, la cohesión social positiva. La escuela, el huerto son herramientas, pero el fin real es fortalecer el tejido social de la comunidad.
¿Qué cambios has logrado observar en las participantes? Comenzando que muchas han dejado de reproducirse. Eso es significativo. Han traído a sus hijas menores de edad y sus sobrinas, que en otras situaciones no tendrían acceso a métodos anticonceptivos. Algunas han conseguido trabajo. Algunas han dejado de ser personas violentas. Algunas han dejado sus relaciones violentas porque las han identificado. Porque antes de ver la violencia afuera, tenemos que ver la violencia que vivimos las mujeres. Han aprendido de bancarización, alfabetización digital, porque tener un celular no es que tú sepas usarlo, porque no sabes usar las herramientas.
¿Qué opinas sobre la educación sexual en Panamá y las guías que se utilizan? Las guías no son efectivas porque son guías que tienen un sesgo no científico. No son integrales realmente y no se tomó en consideración de manera seria las voces de la sociedad civil ni de las organizaciones médicas y científicas. Entonces, no las están implementando y cuando las implementan no están apegadas a la realidad. La realidad es que nuestras adolescentes están siendo embarazadas por hombres adultos mayores, tiene que ver con una transacción de dinero, tiene que ver con una transacción de poder, tiene que ver con que un hombre adulto no tiene por qué estar con una niña, no decir que es que la niña lo sedujo. Tenemos que decirle a las niñas, cuídate, pero también hay que hacer un trabajo con los hombres adultos de no te acuestes con una niña.
¿Por qué hago énfasis en la educación sexual y en la salud reproductiva? Porque eso hace la diferencia en la vida de las mujeres. Tener un hijo o varios antes de los 20 años reduce o limita significativamente la capacidad de una mujer de ser productiva para la sociedad. No pueden estudiar, se le limita. Si ya las mujeres somos discriminadas, imagínate, con un bebé o embarazadas.
Lo que los hombres adultos están haciendo embarazando niñas de 8 y 10 años es abuso sexual. Que haya certeza del castigo de esos hombres. Porque si no aprenden a las buenas, que aprendan a las malas.
¿Por qué es importante el respeto a la diversidad sexual, enseñarle a los niños que existen distintos tipos de familia? Porque es la vida real. En Panamá vivimos en una ficción porque nos encanta tener actitud mojigata. Siempre hablamos de doble moral, pero realmente es que actuamos como mojigatos. Y no podemos ocultar la realidad con un dedo.
La diversidad sexual existe. Siempre ha existido. Las personas trans existen. Siempre han existido. El trabajo sexual de las mujeres trans existe. Y siempre ha existido. Tenemos familias de parejas del mismo sexo criando hijos. La exprimera ministra de Nueva Zelanda es hija de un matrimonio de dos lesbianas.
Mientras el gobierno, mientras el Estado y los grupos conservadores insistan en negar la realidad, lo que están es pasando pena porque quieren seguir tapando el sol con un dedo como han querido tapar los embarazos en adolescentes y en los últimos 20 años ahora estamos liderando la lista de embarazos en adolescentes en la región. Precisamente son esos grupos religiosos los que modificaron tanto y crearon el sesgo en el tema de las guías de educación sexual.
El hecho de que somos una organización de mujeres de la diversidad sexual y que podamos trabajar en Curundú, que las mujeres de Curundú se sumen a una iniciativa y que sepa que somos lesbianas y bisexuales es el claro ejemplo de que estamos aportando a la sociedad y que la sociedad una vez que entiende que no somos más que personas y se distancian del discurso de odio de los grupos conservadores entonces comenzamos a tratarnos como lo que somos, seres humanos.
¿Cuál es la realidad que enfrenta la comunidad LGBT en Panamá? La comunidad enfrenta no solamente la homofobia, la transfobia y la lesbofobia sino que nosotros enfrentamos más allá de la discriminación social y cultural la discriminación institucional. El estado no tiene ninguna ley que garantice los derechos humanos de la población de la diversidad, no existe ninguna penalización contra los crímenes de odio porque no reconocen ni la homofobia, ningún tipo de transfobia y lesbofobia como discriminación. La ley antidiscriminación no nos incluye como grupo discriminado, la propia ley estatal el país no reporta ni se ha acogido a ninguna de las recomendaciones internacionales que le han dado Naciones Unidas, en el examen periódico universal siempre fracasamos en esa parte, y en algunos casos incluso ha mentido frente a las autoridades internacionales.
¿Qué temas enfrenta particularmente la comunidad lesbiana en Panamá? Un tema que es bien silenciado e invisibilizado es el tema de las violaciones correctivas y la violencia obstétrica aquí en Panamá. El tema de yo te voy a hacer mujer porque a ti lo que te falta es que te cojan bien. Esto se da mucho en el campo, se da mucho en los pueblos y se da mucho en lugares en donde tú no vas a denunciar, porque donde sea que tú vayas a denunciar eso y digas que es por lesbofobia, te van a decir que eso fue una violación. Además los procesos son tan terribles para denunciar ya sea una violación común o una violación correctiva que muchas evitan hacerlo.
En la violencia obstétrica, cuando le dices a un ginecólogo o ginecóloga que eres lesbiana muchas veces no hacen la citología completa, no hacen el PAP porque dice que como no has tenido sexo o eres virgen no te pueden meter el espéculo, es una locura. Muchísimos casos de eso se han visto, yo misma una vez fui a sacar mi certificado de salud, dije que era lesbiana y el ginecólogo usó el espéculo más grande además que tenía, nos mandaba a desnudar completa no había una enfermera, y me lastimó. Hay otros que te dicen: pero tú no estás acostumbrada a usar juguetes, a ti no te lo han metido ni con un juguete. Eso es violencia obstétrica.
Luego en la violencia reproductiva, que si yo quiero hacer una reproducción asistida en el hospital público por ejemplo en el Santo Tomás, yo voy con mi compañero o con mi amigo, no tengo que estar legalmente casada hay una clínica de reproducción asistida, pero si yo voy con mi pareja mujer no me permiten hacer la reproducción asistida y si soy una mujer sola tampoco.
En el caso de los hogares temporales o hogares de acogida, no permiten a las mujeres solas o mujeres que tengamos antecedentes de lesbiana podamos ser hogares de acogida. Ser lesbiana es una causal para que no te permitan adoptar e incluso la corte lo utiliza como agravante para quitarle la custodia a las madres cuando generalmente nada quita la custodia a la mamá, siempre los hijos se quedan con la mamá. En el caso de las lesbianas es un agravante porque atentamos contra la moral y la buena costumbre como si eso se pegara. A ninguna de las personas gays y lesbianas que yo conozco se nos pegó la heterosexualidad de nuestros padres pero bueno, parece que la homosexualidad a la inversa sí se pega.
¿Algún mensaje a la sociedad? Crean en el trabajo en las comunidades. Vale la pena porque son Panamá, es su gente y su gente es toda. Panamá es clasista y es racista además de homofóbico. Tenemos que quitarnos la mojigatería, tenemos que quitarnos el negacionismo, tenemos que entender que la mayor cantidad de personas en Panamá no son esa ficción de la clase media pudiente, que la misma clase media se entere que cada vez están más empobrecidos, que nuestro tejido social depende de toda esa gente que uno dice que no sirve. Todos servimos para algo, solo hay que tener fe y ganas de trabajar con ese algo y encontrar lo mejor de la persona.
Es fácil hablar de Derechos Humanos y empoderamiento. Pero Samirah Armengol es una mujer que ha sabido llevar las palabras a la acción, desarrollando liderazgo en otras mujeres, ayudando a personas vulnerables, desde adolescentes perseguidas por su orientación sexual, a trabajadoras sexuales, hasta mujeres cabeza de familia que buscan protegerse a si mismas y sus hogares. Samirah conversó con La Estrella de Panamá en una escuela pública de Curundú, mientras mujeres de la comunidad recibían un taller para aprender a manejar un huerto comunitario y sus hijos y nietos hacían actividades con voluntarias de la Coalición Internacional de Mujeres y Familia (Cimuf) que preside. Habló sobre ser mujer, ser lesbiana y sobre cómo trabajar por un mejor país.
Esta escuela es la tercera fase de un proyecto que venimos desarrollando ya hace dos años, este sería el tercer año, de una escuela de liderazgo comunitario para mujeres. Ha sido nuestro plan piloto y ha sido absolutamente exitoso.
Las mujeres son reconocidas en la comunidad. Lo que hay es que potenciar esos liderazgos y orientarlos hacia lo positivo. Y eso es lo que nosotras estamos haciendo.
El objetivo de estos procesos de escuela y de fortalecimiento de habilidades es promover el tejido social, la cohesión social positiva. La escuela, el huerto son herramientas, pero el fin real es fortalecer el tejido social de la comunidad.
Comenzando que muchas han dejado de reproducirse. Eso es significativo. Han traído a sus hijas menores de edad y sus sobrinas, que en otras situaciones no tendrían acceso a métodos anticonceptivos. Algunas han conseguido trabajo. Algunas han dejado de ser personas violentas. Algunas han dejado sus relaciones violentas porque las han identificado. Porque antes de ver la violencia afuera, tenemos que ver la violencia que vivimos las mujeres. Han aprendido de bancarización, alfabetización digital, porque tener un celular no es que tú sepas usarlo, porque no sabes usar las herramientas.
Las guías no son efectivas porque son guías que tienen un sesgo no científico. No son integrales realmente y no se tomó en consideración de manera seria las voces de la sociedad civil ni de las organizaciones médicas y científicas. Entonces, no las están implementando y cuando las implementan no están apegadas a la realidad. La realidad es que nuestras adolescentes están siendo embarazadas por hombres adultos mayores, tiene que ver con una transacción de dinero, tiene que ver con una transacción de poder, tiene que ver con que un hombre adulto no tiene por qué estar con una niña, no decir que es que la niña lo sedujo. Tenemos que decirle a las niñas, cuídate, pero también hay que hacer un trabajo con los hombres adultos de no te acuestes con una niña.
¿Por qué hago énfasis en la educación sexual y en la salud reproductiva? Porque eso hace la diferencia en la vida de las mujeres. Tener un hijo o varios antes de los 20 años reduce o limita significativamente la capacidad de una mujer de ser productiva para la sociedad. No pueden estudiar, se le limita. Si ya las mujeres somos discriminadas, imagínate, con un bebé o embarazadas.
Lo que los hombres adultos están haciendo embarazando niñas de 8 y 10 años es abuso sexual. Que haya certeza del castigo de esos hombres. Porque si no aprenden a las buenas, que aprendan a las malas.
Porque es la vida real. En Panamá vivimos en una ficción porque nos encanta tener actitud mojigata. Siempre hablamos de doble moral, pero realmente es que actuamos como mojigatos. Y no podemos ocultar la realidad con un dedo.
La diversidad sexual existe. Siempre ha existido. Las personas trans existen. Siempre han existido. El trabajo sexual de las mujeres trans existe. Y siempre ha existido. Tenemos familias de parejas del mismo sexo criando hijos. La exprimera ministra de Nueva Zelanda es hija de un matrimonio de dos lesbianas.
Mientras el gobierno, mientras el Estado y los grupos conservadores insistan en negar la realidad, lo que están es pasando pena porque quieren seguir tapando el sol con un dedo como han querido tapar los embarazos en adolescentes y en los últimos 20 años ahora estamos liderando la lista de embarazos en adolescentes en la región. Precisamente son esos grupos religiosos los que modificaron tanto y crearon el sesgo en el tema de las guías de educación sexual.
El hecho de que somos una organización de mujeres de la diversidad sexual y que podamos trabajar en Curundú, que las mujeres de Curundú se sumen a una iniciativa y que sepa que somos lesbianas y bisexuales es el claro ejemplo de que estamos aportando a la sociedad y que la sociedad una vez que entiende que no somos más que personas y se distancian del discurso de odio de los grupos conservadores entonces comenzamos a tratarnos como lo que somos, seres humanos.
La comunidad enfrenta no solamente la homofobia, la transfobia y la lesbofobia sino que nosotros enfrentamos más allá de la discriminación social y cultural la discriminación institucional. El estado no tiene ninguna ley que garantice los derechos humanos de la población de la diversidad, no existe ninguna penalización contra los crímenes de odio porque no reconocen ni la homofobia, ningún tipo de transfobia y lesbofobia como discriminación. La ley antidiscriminación no nos incluye como grupo discriminado, la propia ley estatal el país no reporta ni se ha acogido a ninguna de las recomendaciones internacionales que le han dado Naciones Unidas, en el examen periódico universal siempre fracasamos en esa parte, y en algunos casos incluso ha mentido frente a las autoridades internacionales.
Un tema que es bien silenciado e invisibilizado es el tema de las violaciones correctivas y la violencia obstétrica aquí en Panamá. El tema de yo te voy a hacer mujer porque a ti lo que te falta es que te cojan bien. Esto se da mucho en el campo, se da mucho en los pueblos y se da mucho en lugares en donde tú no vas a denunciar, porque donde sea que tú vayas a denunciar eso y digas que es por lesbofobia, te van a decir que eso fue una violación. Además los procesos son tan terribles para denunciar ya sea una violación común o una violación correctiva que muchas evitan hacerlo.
En la violencia obstétrica, cuando le dices a un ginecólogo o ginecóloga que eres lesbiana muchas veces no hacen la citología completa, no hacen el PAP porque dice que como no has tenido sexo o eres virgen no te pueden meter el espéculo, es una locura. Muchísimos casos de eso se han visto, yo misma una vez fui a sacar mi certificado de salud, dije que era lesbiana y el ginecólogo usó el espéculo más grande además que tenía, nos mandaba a desnudar completa no había una enfermera, y me lastimó. Hay otros que te dicen: pero tú no estás acostumbrada a usar juguetes, a ti no te lo han metido ni con un juguete. Eso es violencia obstétrica.
Luego en la violencia reproductiva, que si yo quiero hacer una reproducción asistida en el hospital público por ejemplo en el Santo Tomás, yo voy con mi compañero o con mi amigo, no tengo que estar legalmente casada hay una clínica de reproducción asistida, pero si yo voy con mi pareja mujer no me permiten hacer la reproducción asistida y si soy una mujer sola tampoco.
En el caso de los hogares temporales o hogares de acogida, no permiten a las mujeres solas o mujeres que tengamos antecedentes de lesbiana podamos ser hogares de acogida. Ser lesbiana es una causal para que no te permitan adoptar e incluso la corte lo utiliza como agravante para quitarle la custodia a las madres cuando generalmente nada quita la custodia a la mamá, siempre los hijos se quedan con la mamá. En el caso de las lesbianas es un agravante porque atentamos contra la moral y la buena costumbre como si eso se pegara. A ninguna de las personas gays y lesbianas que yo conozco se nos pegó la heterosexualidad de nuestros padres pero bueno, parece que la homosexualidad a la inversa sí se pega.
Crean en el trabajo en las comunidades. Vale la pena porque son Panamá, es su gente y su gente es toda. Panamá es clasista y es racista además de homofóbico. Tenemos que quitarnos la mojigatería, tenemos que quitarnos el negacionismo, tenemos que entender que la mayor cantidad de personas en Panamá no son esa ficción de la clase media pudiente, que la misma clase media se entere que cada vez están más empobrecidos, que nuestro tejido social depende de toda esa gente que uno dice que no sirve. Todos servimos para algo, solo hay que tener fe y ganas de trabajar con ese algo y encontrar lo mejor de la persona.