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Martín Torrijos: ‘La intolerancia del presidente Mulino nos tendrá de protesta en protesta’

El Polígrafo
Martín Torrijos, expresidente de Panamá Erick Marciscano | La Estrella de Panamá
  • 28/06/2025 18:52

El expresidente Martín Torrijos advierte sobre una creciente fractura social en Panamá y critica la confrontación como método de gobierno del presidente Mulino.

El diálogo no está mal y el camino no es la confrontación. Este es el mensaje del expresidente (2004-2009) Martín Torrijos Espino al hacer un análisis de la realidad nacional y los retos del país a un año del gobierno del presidente José Raúl Mulino.

A su juicio, el país nunca estuvo más dividido y en una guerra de clases sociales, por lo que vaticinó que el país irá “de tumbo en tumbo” y de “protesta en protesta”, debido a que el mecanismo del gobierno actual es la confrontación e imposición.

Esto, aseguró que se dará no importa el tema que se aborde, ya sea el sistema de pensiones, la reforma de la Caja de Seguro Social (CSS), la reapertura de la mina de cobre en la provincia de Colón o cualquier otro asunto.

El país está convulso, y uno de los motivos para exacerbar las protestas ha sido la ley que reforma el sistema de seguridad social. ¿Qué apreciaciones tiene sobre ella?

Este país ya venía fragmentado de un ciclo de gobierno donde el avance institucional se había pausado. En la época de Martinelli se concentró en obras, que se pudieron dar porque dejamos unas finanzas públicas sanas, cuando venía la hora de la inversión en las personas y capital humano y empañadas por actos de corrupción de los cuales han sido algunos sancionados.

Luego viene un periodo de incompetencia, pero sobre todo, este ciclo de 20 años es un ciclo de indiferencia ante las necesidades de las familias panameñas y su día a día. El país ha venido creciendo, pero las familias no han venido creciendo igual al país.

Escuchas de crecimiento económico, pero no crecimiento social, que se roban 1.800 millones de dólares, pero por otro lado no encuentras empleo.

A pesar de que las familias gastan dinero en la educación los jóvenes no encuentran cómo ganarse la vida, es muy difícil casarse, establecer un hogar.

Para Torrijos la Caja de Seguro Social era un tema que se ignoró y a este gobierno no le quedaba otra opción que atenderlo.

¿La ley 462, que reforma el sistema de pensiones es una cereza en el pastel del hastío acumulado?

Hay un hastío social acumulado por esa indiferencia y poco que hacer de los gobiernos. Nosotros hicimos un gran esfuerzo para darle 20 años de vida a la CSS y no fue una ley perfecta y se nos fue la gente, obviamente, las protestas a la calle y tuvimos la capacidad de rectificar, sentarnos en una mesa de diálogo, fueron meses de protestas, meses de negociación, de conversación, pero de diálogo y logramos la ley que era posible.

En la Seguridad Social no hay una ley perfecta.

Se cuestiona que la crisis del Seguro Social se agravó con las reformas de su gobierno al establecer el sistema mixto. ¿Qué consideraciones tiene de eso?

No. El tema es que lo que no podemos dejar es que la gente no cobre pensiones y ese es un debate que se da en el mundo.

Hicimos la ley que era posible, la que se negoció, la que la gente se pudo encontrar de que efectivamente no es todo nada, la vida no es todo nada, hay que llegar a acuerdos para que esto funcione, pero, además, funcionó por 20 años, nadie dejó de cobrar pensiones.

Los que tienen ahorros se da gracias a las reformas a esa ley, quedaron temas pendientes y no es solo el tema de las pensiones, los gobiernos que venían desde el expresidente Ricardo Martinelli, Juan Carlos Varela, Laurentino Cortizo, tenían que ir haciendo aportes a la CSS que realmente no lo hicieron y cuando lo hicieron no fue con la urgencia del tema y de la necesidad de capitalización, pero ese es un aspecto.

El otro es la salud, los panameños sienten más la CSS porque no hay cita, no encuentran un especialista, no hay medicamento, porque tienes un trato inhumano y de eso en esta ley no se toca nada. La nuestra quedó con deficiencias, pero pusimos recursos para que se elaborara un programa de cómo ir mejorando el sistema de salud y eso se abandonó y en esta ley no hay nada.

Porque se enfoca más en el sistema de pensiones

Era la deuda acumulada. Pero este gobierno no tenía remedio. No fue una decisión valiente, sino la única para enfrentar el problema, porque si no, le costaba 1.200 millones de dólares empezando el primer año.

Yo creo que toda ley se puede perfeccionar, pero no es la ley: es la actitud del presidente José Raúl Mulino sobre la intolerancia, la intransigencia de pensar que rectificar es una señal de debilidad, y no lo es.

Torrijos cuestionó al presidente Mulino por su manera de reaccionar ante los críticos de la ley de la Caja de Seguro Social.

Si en este país no somos capaces de empezar a entendernos, lo que vamos a tener es una crisis en cada evento, sea lo que sea: el aumento de la gasolina, los temas que están pendientes o la ley de la Seguridad Social. Vamos a ir de tumbo en tumbo, de protesta en protesta, ante la incapacidad de crear mecanismos para que los panameños podamos hablar sobre el futuro.

¿Qué hubiera hecho usted con este escenario siendo el presidente?

Diálogo. Yo tuve la capacidad de rectificar. Cada momento es distinto y venimos de un gobierno totalmente ausente, donde la incapacidad y la corrupción fueron las características del periodo de Cortizo. Y los otros se metieron en actos de corrupción, de los cuales solo se habla de que han puesto miles de denuncias, pero nada se ve en la justicia.

Nosotros tuvimos un mecanismo de diálogo donde la sociedad se ponía de acuerdo. Te hablaba de la falta de atención médica y de cómo tener un sistema eficiente. Un país que gasta, con dos sistemas de salud, muchísima plata, pero que los ciudadanos no lo ven. Entonces, allí se hicieron mecanismos de diálogo en distintos periodos que marcaban un camino de cómo mejorar el sistema de salud.

Lo que faltó fue la voluntad cuando había el dinero para corregirlo. No solo se lo robaron en las obras de infraestructura, sino que no resolvieron los problemas de la educación y los temas básicos como el agua, que seguimos sin tenerla en un montón de lugares. Eso, en la medida en que no se atienda, va a ser la motivación constante para que los panameños no encuentren otra forma que no sea la protesta.

Justamente, esos gobiernos que nos antecedieron fueron del Partido Revolucionario Democrático (PRD), el partido que fundó su padre. ¿No?

No, fue Cambio Democrático. Hay un periodo de Cortizo que es algo aparte y difícil de calificar lo que se vio ahí. Nada se ha corregido, porque igual el dinero hacia la descentralización se sigue dando. Hay una culpa de todos los partidos políticos. Yo no pertenezco al PRD.

Lo sabemos. ¿Cree usted que el partido que fundó su padre perdió su esencia?

Hace tiempo, y por eso salí. Todos los partidos políticos perdieron su esencia. No hay una agenda que realmente dirija al país hacia un progreso compartido. Es la ley del embudo: el que tiene plata se hace una ley en la Asamblea Nacional; el que no tiene, no tiene opción y ve cómo, día a día, su familia se sigue empobreciendo, deteriorando, y no hay futuro para la juventud.

No hay duda de que este ha sido un periodo donde la gente está decepcionada. Empezó raro, para llamarlo de alguna forma. Aquí ganó Martinelli, pero gobernaba Mulino. Y ahora Martinelli está gozando de la libertad y no de la justicia en Colombia.

El presidente no se ha dado cuenta de que necesitaba legitimar los votos (34%) con los que había ganado. Con ese otro 65%, poco ha hecho. No trató de extenderle una mano, porque tiene la concepción de que si te equivocas, vuelves a mandar. Cree que el autoritarismo, la imposición y la fuerza son los métodos que hacen que los países avancen. Ese es un enfoque y un liderazgo totalmente equivocado.

Al final de cuentas, eso trae división, odios y la imposibilidad de ponerse de acuerdo en temas básicos para que el país pueda prosperar. No quiere decir que uno va a gobernar por consenso, pero el diálogo no está mal. No se debe satanizar el diálogo.

¿Considera que el país ahora está más dividido que antes?

Muchísimo más. Se está generando una división social que no se veía antes: de ricos contra pobres. Un odio que tú no veías anteriormente.

Estas divisiones constantes promueven una fractura social. Esa división social que antes no se veía, ahora se está dando, y todo el mundo está buscando un culpable.

Mientras no sepamos hacia dónde vamos, y sea la imposición y la fuerza el método para que todos lo asuman —porque ahora todo el mundo es más rofión o tiene el mismo corte del presidente—, si ese es el estilo de gobernar, vamos a vivir de crisis en crisis, de confrontación en confrontación, y no vale.

Torrijos destaca que hay un discurso de clases sociales que no se veía antes.

El uso de la fuerza, la imposición y la intimidación pueden servir por un momento, pero eso no va a resolver los problemas. Esto va a seguir surgiendo de manera intermitente, sistemática, y va a explotar a raíz de cualquier tema, que no es predecible.

¿Es conocido popularmente que hay diputados que manejan más allá de una provincia, fueron copartidarios suyos. ¿Cuál es su vinculación con esa dirigencia del PRD?

Ninguna, y tengo diferencias que no me interesa ni siquiera saldarlas, porque ellos no representan los intereses del país. Pero eso pasa en todos los partidos políticos. En el periodo pasado, por la falta de liderazgo, de gobierno y por la corrupción, fue un periodo propicio para que esta gente pudiera seguir llenándose de plata. Pero no solo fueron ellos. En esta descomposición hay empresas, empresarios, políticos... el juega vivo encontró una manera de apoderarse del país.

Tenemos que recuperar el país para los que todavía esperan, impacientemente, que la vida de sus hijos cambie. Si no nos dirigimos a cambiarle la vida a los panameños que la están pasando mal, que se están deteriorando, no vamos a tener un país que sea gobernable.

¿Cómo va la conformación de su partido con miras a las próximas elecciones?

Lo que estamos viviendo nos obliga a reflexionar sobre la necesidad que tenemos de crear nuevas organizaciones políticas que realmente estén en sintonía con las aspiraciones y las demandas del pueblo panameño. Eso me reitera la voluntad y disposición de crear esa nueva organización política.

Yo había considerado prudente darle al gobierno un año para que tuviera su propia historia. Bueno, ya sabemos cuál es la historia de este año: imposición, improvisación, incapacidad. Y eso no va a cambiar.

La manera de cambiar este país es a través de la buena política que no se practica.

¿Por qué pareciera, señor Torrijos, que una vez que los presidentes salen de sus gobiernos como que tuvieran la varita mágica para solucionar todos los problemas?

La experiencia cuenta. Uno no llega sabiendo, o por lo menos yo no soy el que se cree que se la sabe todas. Pero avancé bastante, no es que ahora yo estoy hablando cosas que no hice.

Nosotros levantamos las finanzas públicas, sabíamos hacer un presupuesto adecuado a la realidad y, cuando hicimos una contención de gastos, lo hicimos al principio. Logramos que el gobierno ordenara las finanzas públicas, tanto que permitió que no se notara el despilfarro y los robos que se dieron en la época de Ricardo Martinelli.

Torrijos cuestionó el despilfarro que se vivió durante la administración del expresidente Ricardo Martinelli.

Establecimos un programa social, empezamos a crear una política social, creamos un ministerio social. Y se tiene que entender que las políticas públicas logran que esto se dé, y que el liderazgo debe ser capaz de unificar, de calmar, de darle tranquilidad, de armonizar la relación entre los panameños para que se puedan dar estos cambios que son necesarios.

¿Qué opinión le merece que el gobierno de Estados Unidos tenga esta intención de que se le devuelva el Canal de Panamá? Usted tuvo una repercusión con el tema de su visa para entrar a EE.UU.

No solo yo, muchos otros panameños han levantado la voz porque consideramos que los acuerdos que firmó este gobierno con el secretario de Defensa de los EE.UU. son lesivos a la soberanía nacional.

Ha sido tan mal interpretada la complacencia del gobierno del presidente Mulino con Estados Unidos que todavía siguen pidiendo que las naves militares pasen gratuitamente, cuando eso es violatorio al Tratado de Neutralidad. Yo aprendí desde hace mucho tiempo que, con Estados Unidos, el sí es sí y el no es no. No puedes decir: “no, pero tal vez”, porque eso es un enredo.

México, Canadá y otros países han tomado actitudes para defender sus intereses y su soberanía. Pero el gobierno de Panamá no ha llegado a una buena estrategia para defender los intereses nacionales.

¿Cómo debería ser esta estrategia ante estas injerencias de EE.UU. que son cada vez más notables?

Con cooperación podemos atender preocupaciones sobre el Canal, la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo. Pero lo atendemos nosotros y explicando cuáles son las sensibilidades y la línea que no podemos pasar. En la medida en que vulneramos y no obedecemos el Tratado de Neutralidad —producto de la firma de los tratados Torrijos-Carter—, en esa misma medida exponemos al país.

Yo, como panameño, como expresidente, pero además como hijo de Omar Torrijos, es algo que no voy a dejar pasar por alto. Y si el costo es que me quiten la visa, lo voy a pagar, y lo voy a pagar con mucho orgullo. Para que exista cooperación no tiene que haber una presencia militar extranjera, que va en contra de todo lo que acordamos con EE.UU. y su expresidente Jimmy Carter.

¿Cuál es la diferencia entre los acuerdos que usted firmó con Estados Unidos (EE.UU.) y los memorándum de esta administración?

Uno, los acuerdos nos daban plata; aquí están pidiendo que les paguemos el peaje de los barcos, para empezar. Nunca delimitaron un área específica: eran todos acuerdos de cooperación. Esos mismos acuerdos que muchas veces utilizan para decir: “bueno, es que les daban inmunidad”... hay temas con EE.UU. que, para poder hacerse, son cajoneros.

Eran parte de acuerdos regionales. El Plan Mérida, que era un acuerdo que venía de México hasta Panamá, y los otros eran de cooperación en intercepción de droga, pero no implantaban un área de seguridad militar conjunta. Eso pasó en el siglo pasado, cuando teníamos la colonia y un montón de bases militares. Por eso murieron nuestros mártires del 9 de enero de 1964, y a nosotros no se nos puede olvidar. Sería impensable; por lo menos yo no puedo.

Primera página del Memorándum de entendimiento entre Panamá y Estados Unidos.

No sé si otros querrán plantear que uno vive de la historia, pero así decían que uno no vivía de la soberanía. Y si no hubiera sido por recuperar la soberanía, no tendríamos un Canal ampliado y la perspectiva panameña de ser una nación que pueda jugar un papel importante, pero con sus propias características.

Uno de los temas más álgidos que tiene que enfrentar este gobierno es la apertura de la mina de cobre en la provincia de Colón. El presidente ha indicado que lo va a hacer de forma directa. ¿Cuáles son sus apreciaciones al respecto?

Entendiendo la sensibilidad que existe en la sociedad, lo ideal sería hacer una discusión sobre el tema de la minería y después abordar este tema. Pero bueno, repito, aquí pensarán que es la imposición... Los gobiernos no se miden por el carácter, los gobiernos se miden por la efectividad.

Una cosa es mandar y otra es gobernar. Mientras no se entienda eso, vamos a ir de tumbo en tumbo. Yo espero que, teniendo las lecciones de este momento, que no ganó nadie... si alguien piensa que derrotando los movimientos sociales o eliminando las dirigencias de los sindicatos el país gana, no. Este país necesita de empresarios, de sindicatos, de gremios para que podamos ir adelante.

Que impere la prudencia y que podamos tener una discusión que no genere nuevamente esta confrontación y la paralización del país como la estamos viendo ahora. Porque la cosa está mal económicamente, a nadie le está yendo bien. No vaya a ser que por matar la pulga terminemos eliminando al perro.

Nos quedan todavía cuatro años de la administración actual. ¿Cómo lo vaticina?

Depende de la capacidad que tenga el gobierno de aprender. No tengo duda de que dentro del gobierno hay personas con capacidad. Si esa capacidad se pierde ante la intimidación o las características del presidente, estamos mal, estamos jodidos.

Yo creo que el gobierno podría estar a tiempo de recapacitar y enrumbar nuevamente este país por senderos que no sean los de la confrontación que vivimos.

Perfil de Martín Torrijos Espino

Martín Torrijos durante al conferencia donde anunciaba que le quitaron la visa de Estados Unidos.

Nombre completo: Martín Erasto Torrijos Espino

Nacimiento: 18 de julio de 1963, ciudad de Panamá

Ocupación: Expresidente de Panamá

Creencias religiosas: Católico

Resumen de su carrera: Cursó estudios secundarios en la St. John’s Northwestern Military Academy, en Wisconsin, Estados Unidos, y luego obtuvo licenciaturas en Ciencias Políticas y Economía en la Universidad Texas A&M, en 1987. Antes de dedicarse a la política, trabajó como gerente administrativo y de operaciones en un restaurante McDonald’s en Chicago y, más adelante, se desempeñó como asesor económico para empresas internacionales en sectores como construcción, energía, agroexportación, comunicaciones e industria marítima.

Su carrera política tomó impulso en los años 90 como viceministro de Gobierno y Justicia, donde impulsó reformas al sistema penitenciario. Aspiró por primera vez a la presidencia en 1999, con 35 años de edad, pero fue electo presidente de la República de Panamá en 2004, obteniendo el 47 % de los votos.