Cambios y reafirmaciones del 1 de julio
- 03/07/2025 00:00
Un bloque opositor de diputados ha logrado controlar la junta directiva de la Asamblea, y el presidente Mulino, en su Mensaje a la Nación, se ha reafirmado en las estrategias fundamentales de su gobierno. Son dos realidades discordantes que habrá que esperar para ver cuánto duran Las elecciones de la nueva junta directiva de la Asamblea transcurrieron en un escenario bochornoso que superó todo lo antes visto, y que llama a la reflexión sobre la velocidad de descomposición de las instituciones fundamentales del Estado.
Una derrota inesperada. En efecto, la candidata oficialista, diputada Shirley Castañeda, que gozaba del apoyo sin fisuras del partido Realizando Metas y del PRD, ambas organizaciones políticas dirigidas por Ricardo Martinelli y Benicio Robinson, supuestamente partidos enfrentados por ser el PRD de oposición y Realizando Metas de gobierno, en un acto sin precedentes, fue reclamada por el presidente Mulino para que asistiera a la Presidencia de la República, suponemos que para llegar a acuerdos políticos.
Lo cierto es que se retrasó el inicio de la votación por casi cinco horas, y no se puede descartar que para dichos acuerdos se hubiese consultado también a Ricardo Martinelli, presidente de Realizando Metas, hoy asilado en Colombia.
A nadie le cupo la menor duda de que la demora respondía a las dificultades para garantizar los 36 votos necesarios para ser elegida Shirley Castañeda como presidenta de la Asamblea, y que en ese largo lapso de tiempo los ofrecimientos y las presiones fueron los argumentos mediante los cuales se pretendía convencer a algunos diputados para cambiar su voto y lealtad.
Pese al vergonzoso espectáculo que se desarrollaba a la vista de toda la ciudadanía y de distintas autoridades e invitados especiales, la candidatura oficialista sufrió una espectacular derrota por tres votos, los suficientes para hacerle entender al bloque oficialista que era innecesario intentar elegir a un miembro de sus bancadas en la junta directiva, por lo que desistieron de hacer postulaciones.
Un nuevo bloque en el Poder Legislativo
El nuevo presidente de la Asamblea es el panameñista Jorge Herrera, quien lo logró gracias al apoyo del bloque integrado por los diputados de las bancadas de los panameñistas, de Vamos, MOCA (ahora Seguimos), Cambio Democrático y algunos de la Bancada Mixta. Acordaron hacer una reforma profunda del Reglamento Interno de la Asamblea, disminuir canonjías, planillas abultadas, gastos innecesarios, elaborar un nuevo reglamento de contratación legislativa, combatir la corrupción y actuar con transparencia. Todo ello está por verse, como por verse está si votarán como bloque ante leyes tan controvertidas como la 462 de la Caja de Seguro Social, puesto que entre sus miembros hay diputados que están por su derogación y otros por su reforma, por solo tomar ese ejemplo.
Sea como sea, le han propinado una derrota significativa al gobierno, lo que sin duda tendrá consecuencias en su conducción política, y además le han quitado un dulce de la boca a Ricardo Martinelli, que se veía negociando de tú a tú con el presidente de la República.
Las reafirmaciones del presidente Mulino
Después del bochornoso espectáculo generado por la infructuosa búsqueda de votos para la candidata oficialista, que demoró la votación casi por cinco horas, el presidente Mulino inició su discurso a la Nación señalando que la era de los “maletinazos” había terminado y que además no habría que tener temor a represalias, al parecer refiriéndose a la inmediata elección de la junta directiva de la Asamblea.
Acto seguido, pasó a describir la pesada herencia que ha recibido de los gobiernos anteriores. Ese pesado fardo con el que inició su gobierno lastra las posibilidades de sacar en corto tiempo al país del marasmo caótico con que lo recibió. De eso no cabe la menor duda y en su discurso lo dejó muy claro, utilizando para ello innumerables ejemplos.
Otra cuestión distinta es cómo manejó la crisis que heredó, y en ese sentido volvió a realizar una defensa sin paliativos de la Ley 462 del Seguro Social, advirtiendo que nada habría que cambiar en ella, ni para derogarla ni para reformarla. En esa misma línea de argumentación, el ministro Chapman declaró a su entrada en la Asamblea que el modelo de la Ley 462 “era el mejor que existía en el mundo”. Así, pues, es previsible un encontronazo con bancadas de la Asamblea que están planteando unas, la derogación, y otras, reformas de calado.
Reafirmando su posición, el presidente insistió en que “hubo un intento de desestabilización, aunque esta vez no les funcionó”. Lo que hace pensar que llevará su política de dureza hasta las últimas consecuencias, y por ello denuncia que la lucha de los docentes constituye “un secuestro de la educación”, invitándolos a volver a las aulas “porque aún están a tiempo”. Advertencia que no debe tomarse a la ligera.
En esa misma línea, justificó la declaración de estado de urgencia para la provincia de Bocas del Toro, distinguiendo lo que a su juicio son manifestantes de los que son delincuentes comunes.
También defendió la firma del memorando y otros documentos firmados con Estados Unidos, reafirmándose en que dichos acuerdos no violentan la soberanía de Panamá ni el Tratado de Neutralidad, asegurando, además, que el Tratado de Neutralidad es la mejor defensa del Canal. Otro signo de que tampoco sobre este tema hay ningún margen de variación en su política respecto a los acuerdos con Estados Unidos.
Igualmente, dejó claramente sentada su posición positiva sobre el proyecto de Río Indio, si bien aclaró que era un tema exclusivo de la Autoridad del Canal de Panamá, del que el gobierno, sin embargo, no puede sentirse ajeno.
Otro tema de enorme calado fue el de la asamblea constituyente, cuyo proceso se ha iniciado con la “alfabetización constitucional”, y al que Mulino le ha dado todo su respaldo, recordando que sería un proceso como el de la Constituyente de 1945-1946. Ciertamente se trata de un proyecto de gran envergadura al que habrá que prestarle la debida atención, porque permitiría valorar los distintos proyectos de país que están enfrentándose.
No menos importante ha sido su declaración de que pronto presentará una nueva ley de carrera administrativa, tema que podría transformarse en causa de desavenencia grave entre los ciudadanos, dependiendo de los objetivos del nuevo proyecto de ley.
Sorprendentemente, no tuvo una sola palabra sobre el proyecto minero del que ha dicho que no pasará por la Asamblea y que será una empresa estatal la que lo llevará adelante.
Genio y figura hasta la sepultura
Finalmente, el presidente hizo una defensa de su forma de ser personal, dejando muy claramente establecido, como en ocasiones anteriores, que él tiene un “carácter fuerte” y que le importan muy poco las opiniones que se tienen sobre su personalidad, de ahí su escasa preocupación por las encuestas. Hay que señalar que el presidente gobierna sin partido propio, y por ello sin bancada propia, y con un débil apoyo ciudadano, tal cual marcan las encuestas. En esas condiciones, su presidencia gobierna sostenida más por la coerción que por el consenso, y ahí encaja su personalidad.
Los encontronazos con el nuevo bloque en el Poder Legislativo no se harán esperar, dadas las iniciativas que sobre la reforma o derogatoria de la Ley 462 tienen preparadas docentes y varias bancadas de la Asamblea.
Las elecciones de la nueva junta directiva de la Asamblea transcurrieron en un escenario bochornoso que superó todo lo antes visto, y que llama a la reflexión sobre la velocidad de descomposición de las instituciones fundamentales del Estado.
Una derrota inesperada. En efecto, la candidata oficialista, diputada Shirley Castañeda, que gozaba del apoyo sin fisuras del partido Realizando Metas y del PRD, ambas organizaciones políticas dirigidas por Ricardo Martinelli y Benicio Robinson, supuestamente partidos enfrentados por ser el PRD de oposición y Realizando Metas de gobierno, en un acto sin precedentes, fue reclamada por el presidente Mulino para que asistiera a la Presidencia de la República, suponemos que para llegar a acuerdos políticos.
Lo cierto es que se retrasó el inicio de la votación por casi cinco horas, y no se puede descartar que para dichos acuerdos se hubiese consultado también a Ricardo Martinelli, presidente de Realizando Metas, hoy asilado en Colombia.
A nadie le cupo la menor duda de que la demora respondía a las dificultades para garantizar los 36 votos necesarios para ser elegida Shirley Castañeda como presidenta de la Asamblea, y que en ese largo lapso de tiempo los ofrecimientos y las presiones fueron los argumentos mediante los cuales se pretendía convencer a algunos diputados para cambiar su voto y lealtad.
Pese al vergonzoso espectáculo que se desarrollaba a la vista de toda la ciudadanía y de distintas autoridades e invitados especiales, la candidatura oficialista sufrió una espectacular derrota por tres votos, los suficientes para hacerle entender al bloque oficialista que era innecesario intentar elegir a un miembro de sus bancadas en la junta directiva, por lo que desistieron de hacer postulaciones.
Un nuevo bloque en el Poder Legislativo
El nuevo presidente de la Asamblea es el panameñista Jorge Herrera, quien lo logró gracias al apoyo del bloque integrado por los diputados de las bancadas de los panameñistas, de Vamos, MOCA (ahora Seguimos), Cambio Democrático y algunos de la Bancada Mixta. Acordaron hacer una reforma profunda del Reglamento Interno de la Asamblea, disminuir canonjías, planillas abultadas, gastos innecesarios, elaborar un nuevo reglamento de contratación legislativa, combatir la corrupción y actuar con transparencia. Todo ello está por verse, como por verse está si votarán como bloque ante leyes tan controvertidas como la 462 de la Caja de Seguro Social, puesto que entre sus miembros hay diputados que están por su derogación y otros por su reforma, por solo tomar ese ejemplo.
Sea como sea, le han propinado una derrota significativa al gobierno, lo que sin duda tendrá consecuencias en su conducción política, y además le han quitado un dulce de la boca a Ricardo Martinelli, que se veía negociando de tú a tú con el presidente de la República.
Las reafirmaciones del presidente Mulino
Después del bochornoso espectáculo generado por la infructuosa búsqueda de votos para la candidata oficialista, que demoró la votación casi por cinco horas, el presidente Mulino inició su discurso a la Nación señalando que la era de los “maletinazos” había terminado y que además no habría que tener temor a represalias, al parecer refiriéndose a la inmediata elección de la junta directiva de la Asamblea.
Acto seguido, pasó a describir la pesada herencia que ha recibido de los gobiernos anteriores. Ese pesado fardo con el que inició su gobierno lastra las posibilidades de sacar en corto tiempo al país del marasmo caótico con que lo recibió. De eso no cabe la menor duda y en su discurso lo dejó muy claro, utilizando para ello innumerables ejemplos.
Otra cuestión distinta es cómo manejó la crisis que heredó, y en ese sentido volvió a realizar una defensa sin paliativos de la Ley 462 del Seguro Social, advirtiendo que nada habría que cambiar en ella, ni para derogarla ni para reformarla. En esa misma línea de argumentación, el ministro Chapman declaró a su entrada en la Asamblea que el modelo de la Ley 462 “era el mejor que existía en el mundo”. Así, pues, es previsible un encontronazo con bancadas de la Asamblea que están planteando unas, la derogación, y otras, reformas de calado.
Reafirmando su posición, el presidente insistió en que “hubo un intento de desestabilización, aunque esta vez no les funcionó”. Lo que hace pensar que llevará su política de dureza hasta las últimas consecuencias, y por ello denuncia que la lucha de los docentes constituye “un secuestro de la educación”, invitándolos a volver a las aulas “porque aún están a tiempo”. Advertencia que no debe tomarse a la ligera.
En esa misma línea, justificó la declaración de estado de urgencia para la provincia de Bocas del Toro, distinguiendo lo que a su juicio son manifestantes de los que son delincuentes comunes.
También defendió la firma del memorando y otros documentos firmados con Estados Unidos, reafirmándose en que dichos acuerdos no violentan la soberanía de Panamá ni el Tratado de Neutralidad, asegurando, además, que el Tratado de Neutralidad es la mejor defensa del Canal. Otro signo de que tampoco sobre este tema hay ningún margen de variación en su política respecto a los acuerdos con Estados Unidos.
Igualmente, dejó claramente sentada su posición positiva sobre el proyecto de Río Indio, si bien aclaró que era un tema exclusivo de la Autoridad del Canal de Panamá, del que el gobierno, sin embargo, no puede sentirse ajeno.
Otro tema de enorme calado fue el de la asamblea constituyente, cuyo proceso se ha iniciado con la “alfabetización constitucional”, y al que Mulino le ha dado todo su respaldo, recordando que sería un proceso como el de la Constituyente de 1945-1946. Ciertamente se trata de un proyecto de gran envergadura al que habrá que prestarle la debida atención, porque permitiría valorar los distintos proyectos de país que están enfrentándose.
No menos importante ha sido su declaración de que pronto presentará una nueva ley de carrera administrativa, tema que podría transformarse en causa de desavenencia grave entre los ciudadanos, dependiendo de los objetivos del nuevo proyecto de ley.
Sorprendentemente, no tuvo una sola palabra sobre el proyecto minero del que ha dicho que no pasará por la Asamblea y que será una empresa estatal la que lo llevará adelante.
Genio y figura hasta la sepultura
Finalmente, el presidente hizo una defensa de su forma de ser personal, dejando muy claramente establecido, como en ocasiones anteriores, que él tiene un “carácter fuerte” y que le importan muy poco las opiniones que se tienen sobre su personalidad, de ahí su escasa preocupación por las encuestas. Hay que señalar que el presidente gobierna sin partido propio, y por ello sin bancada propia, y con un débil apoyo ciudadano, tal cual marcan las encuestas. En esas condiciones, su presidencia gobierna sostenida más por la coerción que por el consenso, y ahí encaja su personalidad.
Los encontronazos con el nuevo bloque en el Poder Legislativo no se harán esperar, dadas las iniciativas que sobre la reforma o derogatoria de la Ley 462 tienen preparadas docentes y varias bancadas de la Asamblea.