Carlo Acutis: el primer santo milennial que será canonizado el 7 de septiembre
- 05/09/2025 09:33
El joven beato es conocido como el “ciberapóstol de la eucaristía”, dedicó su corta vida a difundir la fe católica a través de la tecnología. Carlo Acutis nació en Londres en 1991, pero creció en Italia. Su vida fue breve, pero intensa: un joven común que amaba los videojuegos, los animales y la informática, y que al mismo tiempo dedicó cada día a la fe católica. El joven beato será canonizado el próximo 7 de septiembre de 2025.
Su testimonio, marcado por la devoción a la eucaristía y el uso de la tecnología para difundir el Evangelio, lo ha llevado a convertirse en el primer millennial en ser canonizado por la Iglesia católica.
Desde temprana edad mostró un compromiso religioso poco común. Tras su primera comunión, a los siete años, le dijo a su madre: “Estar unido a Jesús: ese es mi plan de vida”. Y lo cumplió. A partir de entonces asistía diariamente a misa en la iglesia frente a su escuela en Milán. Para él, la eucaristía era su “autopista al cielo”.
Su ejemplo pronto tuvo eco en su entorno. Inspiró a sus padres a retomar la práctica del catolicismo y a su niñera hindú a convertirse y bautizarse.
Fe y tecnología
Carlo descubrió en la informática una herramienta para la evangelización. Diseñó páginas web para su parroquia y su escuela, pero su proyecto más ambicioso fue la creación de un sitio digital que recopilaba milagros eucarísticos de todo el mundo. El portal fue lanzado apenas días antes de su muerte y hoy está traducido a varios idiomas.
Paralelamente, dedicó más de dos años a preparar una exposición sobre milagros eucarísticos. La muestra se inauguró en 2005 y desde entonces ha recorrido miles de parroquias en diferentes países, inspirando a miles de fieles.
El papa Francisco ha destacado este aspecto como parte esencial de su legado: “Supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza”, afirmó al beatificarlo en 2020.
Una vida interrumpida
La vida de Carlo cambió drásticamente cuando fue diagnosticado con leucemia. Falleció en Monza, Italia, en 2006, con apenas 15 años. Un año después, su cuerpo fue trasladado a Asís, donde permanece expuesto junto a reliquias que hoy atraen a peregrinos de todo el mundo.
Su testimonio de fe pronto comenzó a generar devoción. El Vaticano inició su proceso de beatificación y canonización tras la investigación de varios milagros atribuidos a su intercesión.
Los milagros reconocidos
En 2020 se le atribuyó su primer milagro: la curación de un niño brasileño con una enfermedad congénita en el páncreas. La recuperación fue considerada inexplicable desde el punto de vista médico y abrió la puerta a su beatificación.
El segundo milagro llegó en julio de 2022, cuando Valeria Valverde, una estudiante costarricense de 21 años, sufrió un accidente en bicicleta en Florencia que le provocó una grave hemorragia cerebral. Su pronóstico era casi nulo.
Su madre, Liliana, viajó hasta la tumba de Carlo en Asís, donde rezó y dejó una carta. Ese mismo día, Valeria mostró signos de recuperación: comenzó a respirar por sí misma y, al poco tiempo, recuperó movilidad y habla. El 18 de julio, los médicos confirmaron que la hemorragia había desaparecido. Un mes después, la joven estaba lista para iniciar terapia de rehabilitación y su recuperación completa fue evidente.
El papa Francisco aprobó oficialmente este segundo milagro en mayo de 2024, lo que abrió el camino a su canonización.
Un santo para la era digital
Con su canonización, Carlo Acutis será recordado como el primer santo millennial, una generación nacida entre los años 80 y 90. Muchos católicos lo consideran ya “el patrono de la web”, por su capacidad de unir fe y tecnología en una misma misión: acercar a otros a la eucaristía.
La Iglesia ha canonizado a lo largo de su historia a mártires, misioneros y religiosos de distintas épocas. El caso más reciente fue el de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, del siglo XVIII, convertida en la primera santa de Argentina.
La inclusión de Carlo en esta lista marca un nuevo capítulo: un joven del siglo XXI, con jeans y computadora, que utilizó Internet como herramienta para evangelizar.
Su vida, aunque corta, dejó un legado global. La exposición que organizó sigue recorriendo el mundo y su página web continúa activa, multiplicando su mensaje.
Carlo resumió su plan de vida en una frase simple: “Estar siempre unido a Jesús”. Hoy, la Iglesia lo reconoce como ejemplo de fe para las nuevas generaciones. Su canonización no solo lo eleva a los altares, sino que lo convierte en símbolo de cómo la espiritualidad puede habitar también en la era digital.
Carlo Acutis nació en Londres en 1991, pero creció en Italia. Su vida fue breve, pero intensa: un joven común que amaba los videojuegos, los animales y la informática, y que al mismo tiempo dedicó cada día a la fe católica. El joven beato será canonizado el próximo 7 de septiembre de 2025.
Su testimonio, marcado por la devoción a la eucaristía y el uso de la tecnología para difundir el Evangelio, lo ha llevado a convertirse en el primer millennial en ser canonizado por la Iglesia católica.
Desde temprana edad mostró un compromiso religioso poco común. Tras su primera comunión, a los siete años, le dijo a su madre: “Estar unido a Jesús: ese es mi plan de vida”. Y lo cumplió. A partir de entonces asistía diariamente a misa en la iglesia frente a su escuela en Milán. Para él, la eucaristía era su “autopista al cielo”.
Su ejemplo pronto tuvo eco en su entorno. Inspiró a sus padres a retomar la práctica del catolicismo y a su niñera hindú a convertirse y bautizarse.
Fe y tecnología
Carlo descubrió en la informática una herramienta para la evangelización. Diseñó páginas web para su parroquia y su escuela, pero su proyecto más ambicioso fue la creación de un sitio digital que recopilaba milagros eucarísticos de todo el mundo. El portal fue lanzado apenas días antes de su muerte y hoy está traducido a varios idiomas.
Paralelamente, dedicó más de dos años a preparar una exposición sobre milagros eucarísticos. La muestra se inauguró en 2005 y desde entonces ha recorrido miles de parroquias en diferentes países, inspirando a miles de fieles.
El papa Francisco ha destacado este aspecto como parte esencial de su legado: “Supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza”, afirmó al beatificarlo en 2020.
Una vida interrumpida
La vida de Carlo cambió drásticamente cuando fue diagnosticado con leucemia. Falleció en Monza, Italia, en 2006, con apenas 15 años. Un año después, su cuerpo fue trasladado a Asís, donde permanece expuesto junto a reliquias que hoy atraen a peregrinos de todo el mundo.
Su testimonio de fe pronto comenzó a generar devoción. El Vaticano inició su proceso de beatificación y canonización tras la investigación de varios milagros atribuidos a su intercesión.
Los milagros reconocidos
En 2020 se le atribuyó su primer milagro: la curación de un niño brasileño con una enfermedad congénita en el páncreas. La recuperación fue considerada inexplicable desde el punto de vista médico y abrió la puerta a su beatificación.
El segundo milagro llegó en julio de 2022, cuando Valeria Valverde, una estudiante costarricense de 21 años, sufrió un accidente en bicicleta en Florencia que le provocó una grave hemorragia cerebral. Su pronóstico era casi nulo.
Su madre, Liliana, viajó hasta la tumba de Carlo en Asís, donde rezó y dejó una carta. Ese mismo día, Valeria mostró signos de recuperación: comenzó a respirar por sí misma y, al poco tiempo, recuperó movilidad y habla. El 18 de julio, los médicos confirmaron que la hemorragia había desaparecido. Un mes después, la joven estaba lista para iniciar terapia de rehabilitación y su recuperación completa fue evidente.
El papa Francisco aprobó oficialmente este segundo milagro en mayo de 2024, lo que abrió el camino a su canonización.
Un santo para la era digital
Con su canonización, Carlo Acutis será recordado como el primer santo millennial, una generación nacida entre los años 80 y 90. Muchos católicos lo consideran ya “el patrono de la web”, por su capacidad de unir fe y tecnología en una misma misión: acercar a otros a la eucaristía.
La Iglesia ha canonizado a lo largo de su historia a mártires, misioneros y religiosos de distintas épocas. El caso más reciente fue el de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, del siglo XVIII, convertida en la primera santa de Argentina.
La inclusión de Carlo en esta lista marca un nuevo capítulo: un joven del siglo XXI, con jeans y computadora, que utilizó Internet como herramienta para evangelizar.
Su vida, aunque corta, dejó un legado global. La exposición que organizó sigue recorriendo el mundo y su página web continúa activa, multiplicando su mensaje.
Carlo resumió su plan de vida en una frase simple: “Estar siempre unido a Jesús”. Hoy, la Iglesia lo reconoce como ejemplo de fe para las nuevas generaciones. Su canonización no solo lo eleva a los altares, sino que lo convierte en símbolo de cómo la espiritualidad puede habitar también en la era digital.