Claves para la prevención del deterioro cognitivo en personas mayores
- 24/10/2025 00:00
Una investigación presentada durante la Jornada de Iniciación Científica, evaluó cómo las actividades cognitivas, físicas y sociales pueden contribuir a retrasar el deterioro de funciones como la memoria, atención o el lenguaje, además de influir positivamente en el bienestar emocional y psicológico de las personas mayores
Un reciente estudio realizado en Panamá analizó cómo la combinación de actividad física y estimulación cognitiva puede potenciar las capacidades mentales y mejorar el bienestar emocional en adultos mayores, desempeñando un papel fundamental en la prevención del deterioro cognitivo.
Se trata de un estudio pionero de intervención no farmacológica enfocado en prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores, mejorar la calidad de vida de los panameños y promover un envejecimiento saludable, desarrollado por el Grupo de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat AIP), entidad que forma parte del ecosistema de Asociaciones de Interés Público (AIP) de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).
Coordinada por la psicóloga Elianne Pauli Quirós junto a la Dra. Diana Oviedo y la Dra. Gabrielle Britton, la investigación se enmarca en la Iniciativa de Investigación Enfocada en el Envejecimiento en Panamá – Disparidades en Salud (PARI-HD), impulsada por el Grupo de Neurociencias de Indicasat AIP y la Universidad Católica Santa María La Antigua.
El proyecto, expuesto durante la reciente Jornada de Iniciación Científica (JIC), consistió en evaluar cómo las actividades cognitivas, físicas y sociales pueden contribuir a retrasar el deterioro de funciones cognitivas además de influir positivamente en el bienestar emocional y psicológico de las personas mayores en el país.
“Nuestro propósito como equipo fue generar evidencia y acción concreta frente a uno de los mayores desafíos del envejecimiento en nuestra región: la prevención del deterioro cognitivo. Queríamos demostrar que cuando se incorporan herramientas basadas en evidencia al día a día de las personas mayores, es posible generar cambios significativos en la mente, el cuerpo y las relaciones sociales”, explica Pauli Quirós.
”Nos impulsaba un compromiso humano y social con las personas mayores de Panamá. Queríamos acompañarlas en el mantenimiento y fortalecimiento de su autonomía, su autoestima y su sentido de pertenencia. En un contexto donde el envejecimiento suele asociarse con dependencia, incapacidad o aislamiento, buscamos mostrar que un programa de estimulación multidominio en comunidad puede tener efectos verdaderamente transformadores”, añade la joven investigadora.
Para desarrollar la investigación se reclutaron personas mayores entre los 60 y 80 años, sedentarios y sin discapacidades que limitaran su participación.
Los participantes fueron evaluados antes y después del programa mediante pruebas cognitivas, clínicas y físicas, y fueron asignados aleatoriamente a tres grupos: uno combinado que realizó ejercicios cardiovasculares (caminatas) y entrenamiento cognitivo individual con la plataforma CogniFit, además de sesiones grupales de estimulación cognitiva; un segundo grupo físico, que solo realizó actividades cardiovasculares; y un tercer grupo de control activo, que asistió a charlas mensuales sobre temas de salud, como cuidado del sueño, nutrición y factores de riesgo cardiovasculares.
Al cabo de cuatro meses, 43 participantes completaron el programa de intervención mutidominio.
Entre los principales hallazgos, el grupo combinado (actividad física y cognitiva) mostró mejoras significativas en pruebas de cognición global, constructo que combina memoria, atención, lenguaje y funciones ejecutivas, así como en la función de abstracción, que es la capacidad de entender ideas generales.
El grupo físico también obtuvo progresos relevantes en pruebas de memoria (a corto y largo plazo) y en habilidades visoespaciales.
Mientras que el grupo control activo experimentó mejoras en subpruebas de memoria a corto plazo y en inhibición.
El grupo combinado fue el único en mostrar mejoras en variables clínicas: aumento en autopercepción sobre calidad de vida y reducción de síntomas depresivos.
Estos resultados respaldan la hipótesis de que un programa multidominio que combina ejercicio y estimulación cognitiva puede generar un impacto positivo global en la salud cognitiva y el bienestar integral de las personas mayores.
El estudio destacó que la socialización fue clave: las actividades grupales no solo mejoraron el rendimiento cognitivo y emocional, sino que también fortalecieron los lazos comunitarios y el sentido de pertenencia, favoreciendo el bienestar integral en la vejez.
El Grupo de Neurociencias propone aumentar la muestra, la duración y la frecuencia del programa, incorporar intervenciones nutricionales y de control vascular, así como incluir más actividades sociales. Actualmente se encuentran en fase de planificación de esta propuesta. El objetivo es obtener efectos más consistentes y robustos, en consonancia con la línea de los estudios multidominio impulsados por la Asociación de Alzheimer en distintos países.
En Panamá no existen cifras oficiales sobre la cantidad de personas que viven con demencia u otros trastornos neurodegenerativos, aunque los especialistas estiman que los casos irán en aumento conforme crezca la población mayor.
Información de la Organización Mundial de la Salud destaca que la demencia afecta a casi 50 millones de personas en todo el mundo y se proyecta que ese número aumentará a 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.
Panamá cuenta con 563,641 personas mayores de 60 años, lo que representa alrededor del 13% de los habitantes, según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2023. Las proyecciones indican que para el año 2050, una de cada cuatro personas será un adulto mayor.
Ante esta situación, investigaciones como las del Grupo de Neurociencias de Indicasat AIP, con el apoyo de la Senacyt, son fundamentales para construir políticas públicas basadas en evidencia y establecer programas con impacto real en la vida de las personas mayores. Este tipo de proyectos buscan generar un impacto real: promover la prevención, la actividad física y mental, y fortalecer los lazos sociales que hacen la diferencia en el bienestar de las personas mayores.
A nivel global, los científicos han identificado 14 factores de riesgo que, si se abordan de manera individual y mediante estrategias de promoción de la salud pública, podrían retrasar o incluso prevenir el deterioro cognitivo, entre ellos la depresión, inactividad física y aislamiento social, entre otros. De acuerdo con los estudios, alrededor del 54% de los casos de demencia están vinculados a estos factores de riesgo, prevenibles en la vejez.
Hallazgos de este tipo han dado lugar a un creciente interés en las intervenciones no farmacológicas, las cuales han mostrado resultados prometedores y un bajo nivel de riesgo. En contraste, las intervenciones farmacológicas han tenido resultados limitados y una evidencia aún inconclusa.
En octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad, establecido por las Naciones Unidas para invitar a reflexionar sobre el papel de las personas mayores en la sociedad y la necesidad de garantizarles una vejez digna, activa y saludable.