Un viaje sin licencia cultural

Sábado de compras para muchos, sábado de hemeroteca y búsqueda crítica para mí. Un mapa mental en la biblioteca.
  • 25/10/2025 00:00
Dumas Alberto Myrie Sánchez

Especialidad: Geografía Regional de Panamá. Licenciatura en Geografía e Historia. Maestría en Geografía Regional de Panamá. Docente en el Ministerio de Educacióny en instituciones de educación superior. Artículos de opinión en “El Panamá América”, “La Estrella de Panamá” y revista cultural “Lotería”. Autor de los libros “Memorias de un bardo” y “Escritos de un sobreviviente”.

Esta aventura inicia en una mañana de invierno dibujando en mi mente la enfermera, alta y blanca, que me transporta a la tierra del arco seco. Ella impacto solo al mirar una vez por su toque risueño y carismático. Entre el juego de una sabana húmeda, por el calor de la noche, se escucha el canto de las casangas, en medio del comején que usurpa el árbol de marañón.

El tiempo es corto para conversar. Iniciar la escritura, pasa por mirar las notas del periódico digital. Es sábado de compras para muchos. Este pequeño bardo, inicia la jornada cultural, con un viaje a las historias del libro de bolsillo. La lectura profunda apoyada por el diccionario esclarece los tecnicismos. Esta lectura se hace, con las sacudidas de un bus en movimiento.

Al llegar a la biblioteca trazo un mapa en mi cabeza, sobre la rutina heurística del día. Son pocas las opciones de lectura silenciosa, ya que los hijos de José Manuel Hurtado aprovechan este día para dar tutorías. Es corto el tiempo para revisar la hemeroteca con su colección de periódicos, boletines y memorias como la sección de tesis. Esa búsqueda critica de fuentes escritas confiables lleva mi mente, lectora y escrita, a los episodios donde las aceitunas flotaban en medio de estanques. Aceitunas no redondas sino cuadradas, que con el pasar del tiempo descubren como llegar a las orillas del agua, en medio del oficio de remar contra corriente.

Al mediodía armo un rompecabezas, en mi mente, de la bitácora de la semana. Es seguro, en semana la visita a la casa de Ernesto J. Castillero, buscar cualquiera fuente escrita valiosa, en medio de las lluvias de octubre y el dolor en mi ingle por caminar. Al partir del terminal continuo la lectura. No es de extrañar, en el viaje cualquier soñador, que entre notas a panceta y bofe no permita leer. Cerca de mi destino disfruto de la conversación con algún posible trabajo, el fin de semana, que permita viajar a Panamá entre semana. Igualmente, saco cuentas para comprar algún libro o llevar víveres usados en el desayuno.

Finalmente, estos recintos terminen en el abandono de las autoridades centrales y pensar que brindar buena atención a diplomáticos extranjeros es más importante. Al caminar esta vida académica doy cuenta el dejo mobiliario a museos y bibliotecas del hinterland por los gobiernos. El reflejo de una esponja seca, con una cubierta porosa, que se inunda con miel. Gente amable, carismática con todas las ganas de ayudar, en medio de lobos hambrientos. Es un mal que no prima el profesionalismo, sino el ser ocupado con fines determinados.