‘Enmadrados’ convierte los traumas familiares en risas
- 28/08/2025 00:00
Del 14 al 31 de agosto se presenta la comedia que convierte las tensiones familiares en carcajadas, con un elenco de primer nivel Del 14 al 31 de agosto, el Teatro La Estación ha estado lleno de carcajadas con “Enmadrados”, una puesta en escena que aborda, con humor e ironía, aquello que casi nunca se dice en las reuniones familiares, pero que en las tablas se transforma en un espectáculo tan divertido como revelador.
La obra parte de una premisa sencilla: muchas de nuestras historias empiezan con un “Mi mamá...”. Desde la baja autoestima hasta la fobia a las mujeres o el miedo a tomar decisiones, todo parece tener un punto de partida en esa figura tan poderosa como cotidiana. El libreto original, escrito por Joaquín Bundó, retrata con gracia y ternura la maternidad intensa, las heridas familiares y los traumas heredados, recordando al espectador que, vistos desde la butaca, pueden resultar tan incómodos como hilarantes.
La trama reúne a tres desconocidos en una terapia grupal en busca de sanación. Lo que ignoran es que comparten un mismo epicentro en sus conflictos: sus madres. Entre culpas heredadas, reproches pasivo-agresivos y abrazos que asfixian, la risa se convierte en la mejor —y a veces única— terapia.
La dirección está a cargo de Diego Medina, ingeniero y profesor de Matemática y Física con más de una década de trayectoria en el teatro, donde ha participado en más de cincuenta producciones y cosechado cinco Premios Escena, incluyendo dos como Mejor Actor Principal. Con este montaje, el actor y director dedica el proyecto a la memoria de su madre, imprimiéndole un matiz personal y entrañable.
La producción corre por cuenta de Edixo Jiménez, ingeniero industrial y fundador de la agencia EBRAND, donde ha desarrollado campañas para marcas nacionales e internacionales. Su vínculo con el teatro es profundo: ha interpretado papeles en musicales como “Cats”, “Shrek”, “Rent” o “Come From Away”. Sin embargo, “Enmadrados” marca un antes y un después en su carrera, pues representa su debut como productor teatral.
“Este proyecto significa muchísimo para mí. Es el inicio de un sueño cumplido: pasar de producir eventos a ver materializada una obra de teatro en la que creo profundamente”, asegura Jiménez. Para él, la comedia es más que un espectáculo ligero: “Es mi primera apuesta como productor y la oportunidad de conectar con el público desde la risa, pero también desde la reflexión. Ha sido un reto, un aprendizaje y, sobre todo, una celebración de lo que el arte puede lograr cuando se hace con pasión”.
El elenco lo integran Hugo Víctor Rodríguez, Pablo Brunstein, Yimara Pérez Royko, Luis Eduardo Laguna, Rodrigo Farrugia, Flor Caminero y Juan Rangel. Ellos encarnan a madres dominantes, hijos en crisis, terapeutas con problemas propios y hasta a algún novio paciente que completa el retrato familiar. Según Jiménez, la selección fue casi natural: “Desde que el director leyó el libreto supo qué actores encajaban en cada papel, y no se equivocó. Son intérpretes capaces de provocar lágrimas... pero de la risa”.
La producción se distingue, además, por el cuidado puesto en cada detalle, desde el vestuario hasta el maquillaje y la escenografía. “Todo pasó por un control de calidad para garantizar un espectáculo de altura”, señala el productor. El proceso tomó casi un año de preproducción, tiempo durante el cual enfrentaron múltiples desafíos, como cambios de último momento en la escenografía o accidentes durante los ensayos. “Fueron retos que, al enfrentarlos, nos dieron resultados mejores de lo que esperábamos”, añade.
Más allá del montaje, “Enmadrados” plantea un mensaje claro: no todo debe recaer en las madres. “Queremos que el público entienda que no se les puede culpar de todos los traumas. Ellas hicieron lo mejor que pudieron con lo que tenían y con lo que les enseñaron. Nadie es perfecto”, reflexiona Jiménez.
Parte del éxito anticipado de la obra radica en la capacidad del tema para conectar con el público panameño. En la mayoría de las familias, las madres son el pilar principal, y sus frases típicas, repetidas generación tras generación, provocan risa y complicidad entre los asistentes. Esa familiaridad cultural es la que convierte a “Enmadrados” en un espejo en el que muchos podrán reconocerse.
Aunque la comedia predomina en la puesta en escena, el trasfondo no deja de ser profundo: la maternidad como figura central, los vínculos familiares que se heredan con sus luces y sombras, y la posibilidad de reírnos de aquello que más nos pesa. Como señala Jiménez, la obra busca entretener, pero también dejar una reflexión sobre la forma en que juzgamos —y a veces culpamos— a quienes nos criaron.
Con “Enmadrados”, el teatro panameño suma una propuesta fresca, irreverente y profundamente humana, que invita a los espectadores a mirarse en un espejo familiar desde la comodidad de la risa. La cita está hecha: del 14 al 31 de agosto, en el Teatro La Estación, las tensiones familiares se transformarán en carcajadas colectivas, recordándonos que casi todo en la vida empieza con un “Mi mamá...”.
Del 14 al 31 de agosto, el Teatro La Estación ha estado lleno de carcajadas con “Enmadrados”, una puesta en escena que aborda, con humor e ironía, aquello que casi nunca se dice en las reuniones familiares, pero que en las tablas se transforma en un espectáculo tan divertido como revelador.
La obra parte de una premisa sencilla: muchas de nuestras historias empiezan con un “Mi mamá...”. Desde la baja autoestima hasta la fobia a las mujeres o el miedo a tomar decisiones, todo parece tener un punto de partida en esa figura tan poderosa como cotidiana. El libreto original, escrito por Joaquín Bundó, retrata con gracia y ternura la maternidad intensa, las heridas familiares y los traumas heredados, recordando al espectador que, vistos desde la butaca, pueden resultar tan incómodos como hilarantes.
La trama reúne a tres desconocidos en una terapia grupal en busca de sanación. Lo que ignoran es que comparten un mismo epicentro en sus conflictos: sus madres. Entre culpas heredadas, reproches pasivo-agresivos y abrazos que asfixian, la risa se convierte en la mejor —y a veces única— terapia.
La dirección está a cargo de Diego Medina, ingeniero y profesor de Matemática y Física con más de una década de trayectoria en el teatro, donde ha participado en más de cincuenta producciones y cosechado cinco Premios Escena, incluyendo dos como Mejor Actor Principal. Con este montaje, el actor y director dedica el proyecto a la memoria de su madre, imprimiéndole un matiz personal y entrañable.
La producción corre por cuenta de Edixo Jiménez, ingeniero industrial y fundador de la agencia EBRAND, donde ha desarrollado campañas para marcas nacionales e internacionales. Su vínculo con el teatro es profundo: ha interpretado papeles en musicales como “Cats”, “Shrek”, “Rent” o “Come From Away”. Sin embargo, “Enmadrados” marca un antes y un después en su carrera, pues representa su debut como productor teatral.
“Este proyecto significa muchísimo para mí. Es el inicio de un sueño cumplido: pasar de producir eventos a ver materializada una obra de teatro en la que creo profundamente”, asegura Jiménez. Para él, la comedia es más que un espectáculo ligero: “Es mi primera apuesta como productor y la oportunidad de conectar con el público desde la risa, pero también desde la reflexión. Ha sido un reto, un aprendizaje y, sobre todo, una celebración de lo que el arte puede lograr cuando se hace con pasión”.
El elenco lo integran Hugo Víctor Rodríguez, Pablo Brunstein, Yimara Pérez Royko, Luis Eduardo Laguna, Rodrigo Farrugia, Flor Caminero y Juan Rangel. Ellos encarnan a madres dominantes, hijos en crisis, terapeutas con problemas propios y hasta a algún novio paciente que completa el retrato familiar. Según Jiménez, la selección fue casi natural: “Desde que el director leyó el libreto supo qué actores encajaban en cada papel, y no se equivocó. Son intérpretes capaces de provocar lágrimas... pero de la risa”.
La producción se distingue, además, por el cuidado puesto en cada detalle, desde el vestuario hasta el maquillaje y la escenografía. “Todo pasó por un control de calidad para garantizar un espectáculo de altura”, señala el productor. El proceso tomó casi un año de preproducción, tiempo durante el cual enfrentaron múltiples desafíos, como cambios de último momento en la escenografía o accidentes durante los ensayos. “Fueron retos que, al enfrentarlos, nos dieron resultados mejores de lo que esperábamos”, añade.
Más allá del montaje, “Enmadrados” plantea un mensaje claro: no todo debe recaer en las madres. “Queremos que el público entienda que no se les puede culpar de todos los traumas. Ellas hicieron lo mejor que pudieron con lo que tenían y con lo que les enseñaron. Nadie es perfecto”, reflexiona Jiménez.
Parte del éxito anticipado de la obra radica en la capacidad del tema para conectar con el público panameño. En la mayoría de las familias, las madres son el pilar principal, y sus frases típicas, repetidas generación tras generación, provocan risa y complicidad entre los asistentes. Esa familiaridad cultural es la que convierte a “Enmadrados” en un espejo en el que muchos podrán reconocerse.
Aunque la comedia predomina en la puesta en escena, el trasfondo no deja de ser profundo: la maternidad como figura central, los vínculos familiares que se heredan con sus luces y sombras, y la posibilidad de reírnos de aquello que más nos pesa. Como señala Jiménez, la obra busca entretener, pero también dejar una reflexión sobre la forma en que juzgamos —y a veces culpamos— a quienes nos criaron.
Con “Enmadrados”, el teatro panameño suma una propuesta fresca, irreverente y profundamente humana, que invita a los espectadores a mirarse en un espejo familiar desde la comodidad de la risa. La cita está hecha: del 14 al 31 de agosto, en el Teatro La Estación, las tensiones familiares se transformarán en carcajadas colectivas, recordándonos que casi todo en la vida empieza con un “Mi mamá...”.