Vida y cultura

Danny Ocean en Panamá: un paraíso de palmeras y sudor

El artista venezolano Danny Ocean comenzó su gira en Panamá. Milagros Montenegro
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Para interpretar “Caracas en el 2000”, Ocean invitó a Elena Rose, artista también venezolana. Milagros Montenegro
  • 06/09/2025 00:00

En esta última entrega del Blog Aguacate, asistimos al concierto de Danny Ocean, el artista tres veces nominado a los Latin Grammy, para disfrutar del sabor a playa y la emoción de la era del Babylon Club

Eran las diez de la noche y de las bocinas salían ritmos de samba que hacían temblar el cuerpo. Los fanáticos miraban a su alrededor, esperando que una figura emergiera de la oscuridad y arrancara el concierto. En las pantallas laterales se asomó un “¿Están listos?” que despertó los gritos del público, rugiendo en medio del calor que se acumulaba como una nube en el centro de convenciones Amador (antiguo Figali).

Un círculo azul rebotó en la pantalla central del escenario. “Tin, tin”, parpadeó. Unas palmeras fluorescentes se dibujaron, el humo sopló sobre las personas que daban saltitos de emoción por el contorno del hombre de camisa morada estilo hawaiano y un durag negro. Danny Ocean sonrió a la multitud y entonó “Imagínate”, la primera canción de su cuarto álbum de estudio Babylon Club.

“No pudo haber mejor lugar para empezar”, expresó el cantante y compositor venezolano, saludando a su audiencia, en la que figuraban niños, parejas, grupos de amigos y chamos que ondeaban su bandera en lo más alto que permitían sus brazos. Algunos lloraban y otros se abrazaban entre sí; las paredes del Figali se iluminaban con luces y reflectores de colores. El estilo playero se reflejaba en los leis hawaianos y gafas oscuras. Sobre el escenario, había un sol que se rellenaba de luces rojas, como en un paraíso alternativo. Del piso nacían lenguas de fuego que surgían como volcanes, entre ritmos y pausas.

El concierto fue el epicentro de temas como “Vitamina”, “Crayola”, “Priti”, “Epa Wei”, “Swing” y la emblemática “Me rehúso”, que lo lanzó al estrellato mundial. Más de 25 canciones fueron interpretadas por Danny Ocean, mezclando éxitos de sus discos anteriores con los de Babylon Club. Para interpretar “Caracas en el 2000”, Ocean invitó a Elena Rose, artista también venezolana que tuvo una participación especial antes de la salida de Danny. Durante su presentación, cantó “Pa’ qué volviste?”, “Qué es estar enamorado”, “Un beso menos” y su característica “Me lo merezco”. Su vestuario rezaba mientras interpretaba “Aleluya”, canción inédita que se estrenó en el territorio panameño, la cual además inauguró la gira de Ocean en Latinoamérica.

Carlos Vallarino, artista local, fue el telonero que con su guitarra y sentimiento acústico interpretó canciones de su autoría como “Viajeros”, su primer tema en sobrepasar el millón de oyentes, y “Se siente cabrón”.

Entre temas, se realizó una Dance cam y una Kiss cam, que colocaron en el foco de las pantallas a mujeres y parejas que demostraron su entusiasmo y afecto. Eso fue antes de que las luces se apagaran y Danny Ocean se mostrara caminando entre el público, al borde del Platinum y el VIP. Las sillas fueron la tarima de los fanáticos y una masa de personas se aproximó a las vallas, buscando acercarse al cantante lo más posible. Sobre una plataforma, rodeado por un público conmocionado, interpretó el sencillo “Fuera de mercado”, ya sin su pieza hawaiana. El calor de Panamá lo había obligado a quitársela y permanecía en una camiseta negra sin mangas, ceñida al cuerpo, bañado en sudor y con la piel enrojecida.

Regresando a su escenario principal, después de “Miedito o qué”, que originalmente canta junto con Ovy On The Drums y Karol G, apareció el artista de la casa, Sech, que se sumó a la fiesta de soles y palmeras para presentar “Priti”, que interpreta junto a Danny Ocean. Su presentación fue una sorpresa para el público, que gritó de principio a fin y coreó la letra del tema a viva voz, entre uno que otro trago que saltaba al aire, como una cisterna de carnaval.

Del techo cayeron pelotas de playa que rebotaron sobre la gente, el confeti se disparó como si fuera espuma, el fuego en el pie de la tarima repiqueteó y Danny Ocean dedicó sus últimas palabras de agradecimiento. Se dirigió a sus hermanos venezolanos y esperó regresar a su tierra sin sentir miedo, en un futuro no tan lejano. Agradeció a Panamá por guardar las actas de su país y desapareció entre humo.

El sold out de Danny Ocean terminó a eso de las 12 y cuarto; las luces no se apagaron y la música de fondo tampoco. El ambiente seguía encendido y la alegría en ascenso. Varios fanáticos continuaron bailando, algunos sobre unas sillas, otros en grupos y círculos. El Figali se vaciaba como un reloj de arena, a paso lento y casi forzoso. Cuando el silencio se sentó sobre los que quedaban, los predios del centro de convenciones Amador se bordearon de fanáticos con pelotas de playa y murmullo de personas que seguían cantando, y en hombros que bailan y una madrugada de calor, el “Babylon Club” regresó a tierra firme.

Sobre el Blog Aguacate

En esta última entrega del Blog Aguacate, nos infiltramos en el concierto de Danny Ocean para cerrar con broche de oro este pequeño proyecto editorial que surgió por el deseo de celebrar la cultura, el talento y el carisma que existe en Panamá. En cinco entregas, entrevistamos a una autora literaria de talla internacional, al actor que hace la voz de Shrek, hablamos sobre el teatro universitario en Panamá y sobre los bebés que están en el cielo.