‘Despierta salsero’, así suena el debut de Davián Raúl
- 16/06/2025 12:56
El artista puertorriqueño lanza su primera producción como solista, resaltando un género que sigue vivo en las calles de Lationamérica En tiempos en los que la música realizada con equipos digitales domina, Davián Raúl aparece con un objeto casi de colección: un CD físico. Lo sostiene entre sus manos con el mismo orgullo con el que un escritor mostraría su primer libro impreso.
“No pensaba hacerlo así, porque ya casi nadie usa CD, ni siquiera los carros nuevos”, dice entre risas. Pero luego, en un viaje a Colombia, se dio cuenta de algo que cambiaría su decisión: allá los CD siguen vivos, siguen sonando, siguen vendiéndose. Fue suficiente para convencerse de que lanzar su disco en ese formato todavía tenía sentido.
El álbum, titulado Despierta Salsero, no es solo una producción musical; es un manifiesto. Una declaración de amor por la salsa y un grito de resistencia en medio del auge arrollador de la música urbana. “Hace seis años empezamos este proyecto”, recuerda. “En ese tiempo, muchos salseros estaban muriendo: Cano Estremera, Cheo Feliciano, y más recientemente Lalo Rodríguez. Nos preguntábamos qué iba a pasar con la salsa”.
Davián y su hermano Irvin Raúl, con quien comparte no solo la sangre sino también la pasión por la música, comenzaron a trabajar en la idea de crear algo propio. “Siempre habíamos trabajado para otras orquestas, y la gente nos decía: ‘¿Cuándo van a hacer lo de ustedes?’. Eso me quedó grabado. Sabíamos escribir canciones, sabíamos hacer arreglos, conocíamos el negocio. Así que decidimos lanzarnos”.
No fue fácil. Financiar un disco de salsa no es lo mismo que producir música urbana. La salsa requiere músicos, ingenieros de sonido, arreglistas, tiempo y dinero. Tanto, que terminó vendiendo su carro para poder costear el proyecto. “Lo vendí para seguir invirtiendo en el álbum. Aquí no es como en el reguetón, que contratas a un DJ, escribes una letra y listo. Aquí todo cuesta: los músicos, el estudio, la producción. Pero lo hicimos. Gracias a Dios, lo hicimos”.
El resultado: diez temas que resuenan con fuerza y que llevan un mensaje claro. “El título del disco lo dice todo. Queremos que la gente no deje morir la salsa. En esos años no había tantos salseros nuevos como ahora. Nuestra preocupación era esa: que la salsa se estaba quedando dormida”.
Davián es salsero de cuna. Nació en una familia donde la salsa no solo se escuchaba, se vivía. Su papá, sus tíos, sus hermanos: todos músicos, todos salseros. En su infancia soñó con ser jugador de baloncesto, pero un día, su papá les preguntó si querían aprender un instrumento. Él, influenciado por las visitas de su tío trombonista, eligió la trompeta. “Me enamoré de la música y dejé el deporte. Además, de pequeño ya me pagaban por tocar en algunas orquestas. Ahí decidí que me iba a dedicar a esto”.
Su carrera lo llevó incluso a tocar con la Sonora Ponceña, una experiencia que lo marcó profundamente. Pero ni siquiera esa oportunidad lo desvió de su proyecto personal. Mientras giraba con La Sonora, seguía ahorrando y trabajando en su propio álbum.
El disco es, en esencia, una conversación con el salsero de hoy. “La salsa no está muerta. Puede que en Puerto Rico la música urbana esté dominando, pero uno va a Colombia, a México, a Venezuela, y la salsa está viva en todos lados. Lo que pasa es que quizás está dormida, pero muerta, jamás”.
El artista reconoce que muchos artistas urbanos, como Bad Bunny, han empezado a coquetear con la salsa. “Me dicen que él revivió la salsa, pero yo no creo eso. La salsa nunca ha muerto. El Gran Combo, Jerry Rivera, Gilberto Santa Rosa, Tito Nieves... ellos siempre han mantenido la salsa viva. Lo que pasa es que en los medios ha estado más dormida, pero en la calle la salsa siempre suena”.
Entre sus grandes influencias, Davián no duda en mencionar a Héctor Lavoe. “Es mi ídolo. También Rubén Blades, que es un maestro contando historias en sus canciones. Mi papá es fanático de Rubén y escribe en esa misma línea. Y claro, Cheo Feliciano, Lalo Rodríguez... yo soy fan de todos ellos”.
Hoy, además de ser músico, Davián es maestro de música en una escuela primaria. Enseña a niños pequeños, sembrando la semilla que a él le plantaron sus tíos y su padre. Está convencido de que la música puede salvar vidas. “La música transforma, te acompaña en los peores momentos, te da fuerza. Por eso para mí es muy importante que las letras que escribamos no sean vulgares ni ofensivas. Queremos letras con respeto, profundas, que conecten con el público adulto y con los jóvenes también”.
El futuro inmediato lo encuentra haciendo una gira de medios, promoviendo el álbum y abriéndose paso para empezar a presentarse en vivo con su orquesta. “Ya vienen propuestas, gracias a Dios. Estoy loco por arrancar para que la gente escuche esto en vivo”.
La música transforma, te acompaña en los peores momentos, te da fuerza. Por eso para mí es muy importante que las letras que escribamos no sean vulgares ni ofensivas. Queremos letras con respeto, profundas, que conecten con el público adulto y con los jóvenes también”, Davián Raúl Músico
En tiempos en los que la música realizada con equipos digitales domina, Davián Raúl aparece con un objeto casi de colección: un CD físico. Lo sostiene entre sus manos con el mismo orgullo con el que un escritor mostraría su primer libro impreso.
“No pensaba hacerlo así, porque ya casi nadie usa CD, ni siquiera los carros nuevos”, dice entre risas. Pero luego, en un viaje a Colombia, se dio cuenta de algo que cambiaría su decisión: allá los CD siguen vivos, siguen sonando, siguen vendiéndose. Fue suficiente para convencerse de que lanzar su disco en ese formato todavía tenía sentido.
El álbum, titulado Despierta Salsero, no es solo una producción musical; es un manifiesto. Una declaración de amor por la salsa y un grito de resistencia en medio del auge arrollador de la música urbana. “Hace seis años empezamos este proyecto”, recuerda. “En ese tiempo, muchos salseros estaban muriendo: Cano Estremera, Cheo Feliciano, y más recientemente Lalo Rodríguez. Nos preguntábamos qué iba a pasar con la salsa”.
Davián y su hermano Irvin Raúl, con quien comparte no solo la sangre sino también la pasión por la música, comenzaron a trabajar en la idea de crear algo propio. “Siempre habíamos trabajado para otras orquestas, y la gente nos decía: ‘¿Cuándo van a hacer lo de ustedes?’. Eso me quedó grabado. Sabíamos escribir canciones, sabíamos hacer arreglos, conocíamos el negocio. Así que decidimos lanzarnos”.
No fue fácil. Financiar un disco de salsa no es lo mismo que producir música urbana. La salsa requiere músicos, ingenieros de sonido, arreglistas, tiempo y dinero. Tanto, que terminó vendiendo su carro para poder costear el proyecto. “Lo vendí para seguir invirtiendo en el álbum. Aquí no es como en el reguetón, que contratas a un DJ, escribes una letra y listo. Aquí todo cuesta: los músicos, el estudio, la producción. Pero lo hicimos. Gracias a Dios, lo hicimos”.
El resultado: diez temas que resuenan con fuerza y que llevan un mensaje claro. “El título del disco lo dice todo. Queremos que la gente no deje morir la salsa. En esos años no había tantos salseros nuevos como ahora. Nuestra preocupación era esa: que la salsa se estaba quedando dormida”.
Davián es salsero de cuna. Nació en una familia donde la salsa no solo se escuchaba, se vivía. Su papá, sus tíos, sus hermanos: todos músicos, todos salseros. En su infancia soñó con ser jugador de baloncesto, pero un día, su papá les preguntó si querían aprender un instrumento. Él, influenciado por las visitas de su tío trombonista, eligió la trompeta. “Me enamoré de la música y dejé el deporte. Además, de pequeño ya me pagaban por tocar en algunas orquestas. Ahí decidí que me iba a dedicar a esto”.
Su carrera lo llevó incluso a tocar con la Sonora Ponceña, una experiencia que lo marcó profundamente. Pero ni siquiera esa oportunidad lo desvió de su proyecto personal. Mientras giraba con La Sonora, seguía ahorrando y trabajando en su propio álbum.
El disco es, en esencia, una conversación con el salsero de hoy. “La salsa no está muerta. Puede que en Puerto Rico la música urbana esté dominando, pero uno va a Colombia, a México, a Venezuela, y la salsa está viva en todos lados. Lo que pasa es que quizás está dormida, pero muerta, jamás”.
El artista reconoce que muchos artistas urbanos, como Bad Bunny, han empezado a coquetear con la salsa. “Me dicen que él revivió la salsa, pero yo no creo eso. La salsa nunca ha muerto. El Gran Combo, Jerry Rivera, Gilberto Santa Rosa, Tito Nieves... ellos siempre han mantenido la salsa viva. Lo que pasa es que en los medios ha estado más dormida, pero en la calle la salsa siempre suena”.
Entre sus grandes influencias, Davián no duda en mencionar a Héctor Lavoe. “Es mi ídolo. También Rubén Blades, que es un maestro contando historias en sus canciones. Mi papá es fanático de Rubén y escribe en esa misma línea. Y claro, Cheo Feliciano, Lalo Rodríguez... yo soy fan de todos ellos”.
Hoy, además de ser músico, Davián es maestro de música en una escuela primaria. Enseña a niños pequeños, sembrando la semilla que a él le plantaron sus tíos y su padre. Está convencido de que la música puede salvar vidas. “La música transforma, te acompaña en los peores momentos, te da fuerza. Por eso para mí es muy importante que las letras que escribamos no sean vulgares ni ofensivas. Queremos letras con respeto, profundas, que conecten con el público adulto y con los jóvenes también”.
El futuro inmediato lo encuentra haciendo una gira de medios, promoviendo el álbum y abriéndose paso para empezar a presentarse en vivo con su orquesta. “Ya vienen propuestas, gracias a Dios. Estoy loco por arrancar para que la gente escuche esto en vivo”.