Vida y cultura

Drones y sensores revolucionan el cultivo del café de Chiriquí

Esta iniciativa nace de la necesidad crítica de adaptar la agricultura a los desafíos del siglo XXI. . Cedida
Trabajos de inspección del campo con los drones. Cedida
Los drones aplican diferentes productos de forma precisa. Cedida
Los equipos cuentan con diversos tipos de tecnologías. Cedida
La propuesta se basa en la eficiencia de recursos y sostenibilidad. Cedida
  • 15/08/2025 00:00

El proyecto “Finca Inteligente de Café” en Chiriquí emplea drones y sensores, el análisis de datos y otros componentes de la agricultura de precisión, para optimizar el uso de fertilizantes y plaguicidas y garantizar la sostenibilidad ambiental

En las tierras altas de Renacimiento, provincia de Chiriquí, avanza de forma silenciosa una propuesta tecnológica con el potencial de redefinir el futuro de la caficultura panameña.

Lejos de la imagen tradicional de cosechas manuales y prácticas ancestrales, la Finca Zambrano de la empresa Inversiones La Santa, S.A., se ha convertido en un laboratorio vivo de innovación, en el que drones y sensores de alta tecnología trabajan en mancuerna con la naturaleza para producir café de una manera más inteligente, eficiente y, sobre todo, sostenible.

Este ambicioso proyecto, denominado “Finca Inteligente de Café”, nace de la necesidad crítica de adaptar la agricultura a los desafíos del siglo XXI.

Liderada por el Dr. José Manuel Gallardo y con el respaldo financiero de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), a través de las convocatorias públicas de la Dirección de Innovación Empresarial (DINE), la iniciativa busca optimizar el uso de recursos y reducir drásticamente el impacto ambiental, sin sacrificar la productividad ni la calidad que caracteriza al café de Chiriquí.

De la tradición a la tecnología

La génesis del proyecto se encuentra en un problema común de muchas fincas cafetaleras: la variabilidad del terreno. Las diferencias en la composición del suelo, la exposición al sol y la disponibilidad de agua hacen que cada parcela sea única. Por tanto, la práctica tradicional de aplicar fertilizantes y plaguicidas de manera uniforme es ineficiente y derrochadora. “El manejo uniforme no era eficiente”, explica el Dr. Gallardo. “Identificamos que estábamos aplicando insumos en áreas que no los necesitaban, mientras que otras zonas del cultivo tenían deficiencias”.

Esta observación fue lo que impulsó a los responsables de la Finca Zambrano a dar el salto hacia la agricultura de precisión. Se dejaron atrás los métodos de prueba y error para adoptar un sistema integrado que combina la visión aérea de los drones, la medición precisa de los sensores y el análisis geoespacial.

Esta nueva metodología no solo promete resolver el problema de la heterogeneidad, sino que también establece un nuevo estándar de sostenibilidad y eficiencia para toda la industria.

Una coreografía aérea y terrestre

El corazón de este sistema innovador es la sinergia entre tres componentes tecnológicos clave: drones multiespectrales, drones de aspersión y sensores de campo.

El proceso empieza con el mapeo de la salud del cultivo, empleando un dron multiespectral DJI Mavic 3 que sobrevuela las plantaciones, capturando imágenes detalladas que van más allá de lo que el ojo humano puede ver. Estas imágenes se procesan para crear mapas de índice NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada), una herramienta que evalúa la salud de las plantas. Los mapas NDVI revelan con precisión milimétrica qué zonas del cultivo están saludables y cuáles muestran signos de estrés, ya sea por falta de nutrientes, problemas de riego o la presencia de plagas.

Esencialmente, el dron crea un diagnóstico detallado de la finca, identificando las áreas que requieren atención específica.

Con el diagnóstico en mano, entra en acción el dron de aspersión, el DJI Agras T40. A diferencia de la fumigación tradicional que cubre toda la superficie, este dron es programado para aplicar fertilizantes, plaguicidas o productos biológicos de forma selectiva, siguiendo las indicaciones precisas de los mapas generados por el dron multiespectral. “Esto reduce significativamente la cantidad de agroquímicos usados, disminuye el desperdicio y minimiza el riesgo de contaminación del suelo y las fuentes de agua”, afirma Gallardo.

Para asegurar que las aplicaciones se realicen en el momento óptimo, el sistema se complementa con una red de sensores de suelo y una estación meteorológica. Estos dispositivos proporcionan datos en tiempo real sobre la humedad del suelo, la temperatura y la precipitación, información vital que permite a los agricultores tomar decisiones informadas sobre cuándo y cómo intervenir en el cultivo.

El proyecto es un ejemplo de cómo la integración de la tecnología de vanguardia y la investigación científica pueden transformar una actividad tradicional como la agricultura y al generar un flujo constante de datos, también contribuye con conocimientos que pueden ser replicados por otros productores, elevando el estándar de toda la industria cafetalera panameña y estableciendo a Chiriquí como un centro de innovación agrícola a nivel regional.

Más allá de la eficiencia

Los beneficios de la “Finca Inteligente de Café” van mucho más allá de la simple optimización de recursos. El proyecto es un modelo de desarrollo sostenible con un impacto tangible en múltiples frentes, destaca el Dr. Gallardo.

En el renglón de sostenibilidad ambiental, la reducción en el uso de fertilizantes y plaguicidas es uno de los logros más importantes. Además, el proyecto ha adoptado un enfoque de economía circular, transformando la cáscara del café, un subproducto que tradicionalmente se descarta, en un abono orgánico. Este abono se aplica con los drones, enriquecen el suelo y cierran el ciclo productivo de manera ecológica.

En cuento a eficiencia y productividad, la aplicación precisa de insumos asegura que las plantas reciban exactamente lo que necesitan, lo que se traduce en un crecimiento más uniforme y vigoroso. A largo plazo, se espera que esta mejora en la salud del cultivo se traduzca en un aumento significativo tanto en el rendimiento como en la calidad final del café.

El uso de drones para la aspersión también mejora la seguridad de los trabajadores, al reducir su exposición directa a productos químicos.

Además, el proyecto incluye un componente clave de capacitación, que enseña a los empleados de la finca a operar los drones y a interpretar los datos, para garantizar que la innovación se arraigue y sea sostenible a largo plazo.