Espina en el mapa del cine
- 07/12/2025 00:00
La película Espina (2025, Panamá/Estados Unidos) ha recorrido festivales internacionales de cine en Estados Unidos, Alemania, Argentina, España, México, Ecuador y Bangladés
Las buenas películas están hechas para andar. La idea es que vayan de pantalla en pantalla llevando consigo los mensajes que desean transmitir.
Si el sistema de viajero frecuente de las aerolíneas aplicara para los largometrajes, la comedia dramática Espina (Panamá/Estados Unidos) tendría millas de sobra para darle la vuelta al mundo, ya que ha participado en 23 festivales, por el momento, faltan más.
Espina es producida por Slay5, The New Yorker, Hello October y 12:30 Media. Su trama es sobre una venganza que planea en Ciudad de México Jonathan (Jonathan Benaim) y que desea llevar a cabo en Panamá. Convence que lo acompañen a Ángela, una actriz sin muchos triunfos (encarnada por Paulina Mondragón), y Eduardo, un cínico playboy (interpretado por Aaron Díaz).
El primer destino de Espina, dirigida por el panameño venezolano Daniel Poler, fue en abril de este 2025 cuando estuvo en el Miami Film Festival y su más reciente participación fue el pasado 29 de noviembre durante los Ícaro Film Festival (Guatemala).
Desde entonces ha sido invitada también al Guayaquil International Film Festival (Ecuador), Mar del Plata International Film Festival (Argentina), Internationale Hofer Filmtage (Alemania), Beijing International Film Festival (China), el Festival Internacional de Cine de Panamá, Girona Film Festival e Inclús Film Festival (ambos en España), el Dhaka International Film Festival (Bangladés) y el ECO Film Festival y Festival Internacional de Cine de Mérida y Yucatán (ambos en México).
En Estados Unidos, Espina participó en el Los Angeles Latino International Film Festival, New York Latino Film Festival, Bentonville Film Festival, Catalina Film Festival, Big Bear International Film Festival, Wilmington International Film Festival, Twin CITIES Film Fest, St. Louis Film Festival, Virginia Film Festival, Breaking Barriers Film Festival y en el Ashes To Ashes Film Festival.
En cuanto a distinciones, Espina va velocidad supersónica, ya que ha obtenido 15 premios en diversos certámenes fílmicos.
En Miami ganó el premio del público; en Guayaquil, mejor largometraje de ficción; en Girona, director (Daniel Poler); en el ECOFF, director, película, actor protagónico (Jonathan Benaim) y actor de reparto (Aarón Díaz); en Mar del Plata, segundo lugar de ficción; en el Ícaro, director, película, actriz protagónica (Paulina Mondragón), producción (Jorge Abarca, Gloria Ortega, Paulina Mondragón, Daniel Poler, Mariel García Spooner y Ari Tan) y diseño de sonido (Carlos Beto Urriola, Tomás Altamirano, Carlos E García y Blond Indian Films); en Catalina, mención en largometraje, y en el Breaking Barriers, actor protagónico (Benaim).
Para el cineasta Daniel Poler, la presencia en estos espacios y estos reconocimientos “representan lo universal que es la historia que contamos. Mostramos otra cara de la discapacidad sin provocar lástima, pero dentro de todo está la historia del viaje del personaje de Jonathan con Ángela y Eduardo, que no te los imaginas juntos en esta aventura de vivir primeras experiencias, de darle un sentido diferente a la vida que uno lleva viviendo tanto tiempo, que, en el caso de Jonathan, esa vida tan atrapante”.
“Las audiencias, desde Beijing hasta Bangladés, han logrado conectar con la historia a su propia manera, sin hablar el idioma español”, agrega este director, guionista, editor y productor.
“La experiencia con los festivales ha sido super gratificante. Ha sido muy especial evidenciar la emoción de la gente al disfrutarla. Este impacto ha sido por la forma tan diferente en la que hemos abordado un tema del que poco se habla. Somos la minoría menos representada en el cine (las personas con discapacidad) y la mostramos de una forma verdadera, sin victimismo, con muchísimo humor, pero también con mucho corazón”, resalta Jonathan Benaim.
Daniel Poler destaca como parte del éxito de Espina el carisma de Jonathan Benaim, como ser humano y artista, a quien ya dirigió en Tuesco (2022), el documental de The New Yorker que alcanzó millones de vistas a nivel global y que fue el punto de partida argumental de Espina.
Jonathan Benaim padece PVL (leucomalacia periventricular), una lesión neurológica “derivada de una mala praxis médica ocurrida cuando tenía apenas tres meses de vida. Nació prematuro extremo, de seis meses, y pasó sus primeras semanas en una incubadora. Días antes de recibir el alta, ya en condiciones óptimas, una enfermera omitió reemplazar la aguja del IV de alimentación. Ese descuido prolongó su uso más allá del límite seguro: debía retirarse a los 18 días, pero permaneció colocada durante 21. Esa diferencia, aunque pequeña, contribuyó a la condición con la que hoy vive”, explica Poler.
Espina orbita sobre la aceptación corporal, la búsqueda de la identidad, la discapacidad, la libertad individual, el poder de la amistad y la fortaleza que hay en el perdón.
“Las salas han estado llenas. Quedan enamorados de Espina, de Jonathan y de su historia personal. Cada vez que Jonathan está en las proyecciones encanta porque él habla muy bonito, tiene mensajes personales, más allá de la película, que conectan con el público y eso siempre hace que la película enganche”, anota Daniel Poler, quien ha creado contenidos para Vogue, Vanity Fair, GQ y Wired.
“Queremos demostrarle a la gente que se puede vivir feliz y aceptando cualquier diferencia y cualquier condición, sin que sea algo malo. Espina invita a aceptar las circunstancias personales de cada quien y que cada uno la lleve a su terreno y a su propia vivencia. Eso ha hecho que conectemos en muchos países, personas y circunstancias”, indica Jonathan Benaim.
Otro logro de Espina es su fotografía, su edición y su sonido, señala Poler. “Es una comedia de una gran poesía visual. Eso resuena, sin tener que leer subtítulos, o ver lo que dicen los personajes. Nos encontramos con gente que de verdad adora a la película y te encuentras con los que no conectan tanto. Y eso está bien. Pero todos la encuentra entretenida. Esas son las películas que uno quiere hacer, que provoquen opiniones y logren alguna diferencia sobre cómo están organizadas las ciudades en aspectos de accesibilidad”.
“Hemos recibido tantos premios técnicos por el amor que tiene cada toma y cada detalle. La cinematografía es mágica. Nosotros buscamos contar una historia sobre la discapacidad de manera vibrante, algo que no se ve por lo general en el cine. Estoy orgulloso de la historia, las actuaciones, la cinematografía y la narrativa visual. La gente siempre nos habla de que: ‘wow, esta toma no la puedo olvidar”, comenta Daniel Poler, quien está trabajando en un documental para ESPN y Tribeca Studios, con estreno previsto para mediados del 2026.
El siguiente paso de Espina, cuando pase la temporada de recorridos por festivales, es acercarse a una casa de streaming para que los viajes aumenten de manera exponencial y que esas travesías la hagan los espectadores sin salir de casa. Por la calidad de esta producción de seguro lo va a lograr.