La Ruta del Calypso
- 26/10/2025 00:00
Más allá de su función de recreación, entretenimiento y diversión, de su dimensión comercial, como espectáculo, o como producto de la industria de la música, el calypso es cultura viva, es identidad
Como toda ley, la Ley 426 de febrero del 2024 que establece el 17 de octubre como el Día Nacional del Calypso y el Calypsonian Panameño, es resultado del proceso histórico sustentado en la práctica por el impacto y significado que tiene en la vida de la sociedad panameña, esa expresión que legaliza la ley. En este caso, se trata de un bien cultural, surgido en el seno de la comunidad Afropanameña; sobre todo, la afroantillana que le ha otorgado su sentido, contenido e inspiración creativa.
Más allá de su función de recreación, entretenimiento y diversión, de su dimensión comercial, como espectáculo, o como producto de la industria de la música, el calypso es cultura viva, cuyo contenido, lenguaje y sentido rítmico, está condicionado por el contexto social y cultural adonde se produce, y que permite que los sectores sociales del país se identifiquen con él, la sostengan, la promuevan, la consumen y la glorifiquen. El calypso se convierte en referencia, que le da ritmo, a las alegrías, celebraciones, retos, frustraciones, deseos, sentimientos y aspiraciones a los sectores populares.
Las familias, se apropian, recrean y ayudan a preservar en el tiempo ese bien cultural, no solo como temas y sellos nombres, que se enumera como “discografía”, sino como expresión íntima, profunda, de su manera de ser, de vivir, cotidianamente, de generación en generación. Este es el contexto que fundamenta el proceso, que lleva a Panamá, como en otros países de la región centroamericana y del Caribe, a reconocer y valorar el calypso, como parte de su identidad cultural como nación.
Es por eso que la Ley de nuestro “Día Nacional del Calypso” es recibida con enrome satisfacción, por la comunidad Afropanameña, por ser una parte de su experiencia popular vivida; y como agradecimiento a una aspiración largamente sentida. Por ello, nuestra comunidad se hace parte del contenido de la ley, donando, apoyando como sector cultural depositario, las actividades conmemorativas en su primera versión del 2024 y este año 2025.
En el fondo, este apoyo decidido de la comunidad Afropanameña, también expresa el reconocimiento a un Derecho Cultural sobre ese Patrimonio Cultural, que nos ha tenido como actores y protagonistas esenciales. Ese Derecho Cultural tiene especial significado, igualmente en la recreación y preservación de la memoria. Precisamente la Ruta del Calypso para llegar a la ley 426, nos permite revivir la memoria de los hechos, y esfuerzos desarrollados para mantener viva esta expresión musical popular.
No habría ley, que legítimamente el calypso como patrimonio cultural panameño sin antecedentes como:
Las Épocas Iniciales:
Para los años 1990 – 2000 el Calypso vivió también otra época intensa.
Las entrevistas a los principales calypsonian vivos en esos momentos, nutrió el documental y revivió la pasión por la música en la Ciudad de Panamá, Colón y Bocas del Toro.
En el Cine Universitario de la Universidad de Panamá, se realizó el estreno del documental y posteriormente fue estrenado en la Ciudad de Nueva York para la comunidad de panameños residentes en Estados Unidos.
Radio y Televisora Educativa Canal Once, para el período de los años 90 realiza en noviembre la serie “Mas Patria... Más Nación”, un espacio permanente para proyectar la cultura popular del país y las presentaciones de calypso encuentran una importante ventana para llegarle al público.
Durante los 5 años anteriores a la Pandemia, el Foro Afropanameño mantuvo en el aire, en la cadena de radio La Exitosa, su programa Radial Inclusión, una revista cívica, cultural y educativa de gran audiencia. El calypso tuvo un espacio especial, al lado de la música africana y otras expresiones musicales en la diáspora.
Estos antecedentes, entre otros, son las que fundamentan la necesidad de establecer por ley, la legitimidad de este aporte cultural al país, y gracias a la iniciativa de la Fundación Pipo Navarro, el Centro de Estudios Afropanameños (CEDEAP) y la comunidad Afropanameña organizada, en el Foro Afropanameño se realizan las gestiones necesarias que llevan a feliz término la aprobación de la Ley. Que también significa una nueva etapa, en nuestra labor de años para ir dotando a nuestro país de una verdadera interculturalidad que significa hacer justicia cultural mediante el respeto y valoración de nuestra diversidad étnica y cultural.
El autor es Sociólogo. Profesor Emérito de la Universidad de Panamá