Vida y cultura

Luis Mateo Díez tras recibir el premio Cervantes: ‘Nada me interesa menos que yo mismo’

Luis Mateo Diez recibe el aplauso de la mesa principal y de la audiencia al recibir el premio Cervantes.
El escritor Luis Matero Diez en su discurso de aceptación del premio.
Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y el escritor español Luis Mateo Díez (2d), premio Cervantes 2023, posan para una foto de grupo junto a familiares, autoridades de gobierno y el rector de la Universidad de Alcalá tras la ceremonia de entrega del premio Cervantes.
El rey Felipe VI finaliza su discurso en el almuerzo ofrecido al día siguiente de la entrega del premio.
Actualizado
  • 24/04/2024 23:00
Creado
  • 24/04/2024 15:47

El autor recibió el Cervantes por ‘ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios’

El escritor español Luis Mateo Díez, que recibió este martes de manos del rey de España el Premio de Literatura Miguel de Cervantes 2023, el máximo galardón de las letras en español, aseguró que vive entregado a sus personajes y que nada le interesa menos que él mismo.

En una ceremonia presidida por Felipe VI y la reina Letizia, el autor, nacido en León en 1942, repasó su vida literaria, sus lecturas y su escritura desde niño en el discurso posterior a recibir el galardón en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

En presencia del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, otras autoridades y personalidades de la cultura, el escritor reconoció su “precaria incapacidad para escribir” lo que le pasa.

“Lo que en mi existencia sucede, lo que mi biografía propone, nada me interesa menos que yo mismo, y lo digo con una radicalidad sospechosa”, aseguró el autor de obras como La fuente de la edad, La ruina del cielo y la trilogía El reino de Celama.

El escritor y miembro de la Real Academia Española, creador del mítico territorio de Celama, indicó que contar la vida ha sido siempre su aspiración, que ha vivido la literatura en la “conquista de lo ajeno” y que Don Quijote llegó a él de niño como un héroe “entrañable”.

Hasta que comenzó a saber que se trataba más bien de un “antihéroe” al que se fueron pareciendo sus propios personajes, que son, más bien, “héroes del fracaso”.

Precisamente, el autor recibió el Cervantes por “ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios”, según destacó el jurado en su momento.

Es el único que ha recibido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y el de la Crítica y que tiene también el Nacional de las Letras de España.

Vestido con chaqué, que como confesó ayer a los periodistas está acostumbrado a llevar en ocasiones por ser académico, pero que a veces le recuerda al conde Drácula, el escritor recordó que, desde niño, tuvo necesidad de escribir para contar lo más ajeno a lo que le sucedía y cómo esto le producía un efecto beneficioso.

Don Quijote, compañero de infancia y de creación

Y “el libro que escuché con mayor deleite y aprovechamiento, en alguna de aquellas versiones apropiadas de nuestros clásicos, fue Don Quijote de la Mancha, y puedo recordar muy bien la mañana de su primera lectura”, rememoró Luis Mateo Díez.

El hidalgo manchego llegó para quedarse, y poco a poco, en el mundo que fue creando como escritor, los seres de ficción tenían “una incierta imagen quijotesca, una atrabiliaria fisonomía de perdición y extravío, en la que no era accidental la fragilidad de su voluntad luchadora por la vida, el afán de vivirla y sobrellevarla con el rendimiento de la generosidad”.

No obstante, matizó, sus personajes, que no le pertenecen, tienen “una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo, acaso, héroes del fracaso”.

“A ellos vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí”, enfatizó el premio Cervantes.

Ahora, literariamente, se encuentra “con la inquietud de un octogenario de salud razonable, y conciencia de las ausencias correspondientes, ya que la edad que procura supervivencia hace irremediable a la vez el curso de las desapariciones”.

‘Un formidable creador de mundos imaginarios’

Felipe VI ensalzó la figura de Luis Mateo Díez como “un formidable creador de mundos y de territorios imaginarios”, que corrobora, con su escritura, que “la ficción es una parte imprescindible de la existencia”.

“Un novelista excepcional” que acrecienta “el legado de los grandes fabuladores de la literatura universal”, destacó el rey.

Además de su “calidad artística y dominio del lenguaje”, del escritor español destacó que haya practicado todos los géneros literarios con maestría, de ahí que “la hibridez sea un rasgo sobresaliente” a lo largo de su trayectoria.

“Novelas construidas a base de cuentos, ensayos intercalados de relatos o viceversa, fábulas unificadas en un ciclo y narraciones autónomas que agrupadas constituyen un sugerente mosaico narrativo”, sintetizó.

El tradicional almuerzo

El rey de España afirmó este miércoles que el idioma español vive “una pujanza indiscutible” que se ve favorecida por su naturaleza “mestiza y abierta” y su “potencial ilimitado” para adaptarse a la evolución de nuevos espacios como el digital y el de la inteligencia artificial.

Felipe VI, junto a la reina Letizia, presidió el tradicional almuerzo que ofrece cada año a los representantes del mundo de las letras con motivo de la entrega del Premio Cervantes 2023 al escritor leonés Luis Mateo Díez.

En “la fiesta de la lengua”, el monarca destacó la universalidad del idioma que comparten 600 millones de hablantes, así como su riqueza lingüística, literaria y cultural derivada de “su condición mestiza y abierta”.

“Nuestra lengua común se configura como un inmenso espacio diáfano que traspasa fronteras e integra las variedades, las tradiciones y los imaginarios de todos territorios en los que se desenvuelve”, remarcó el jefe del Estado ante el centenar de invitados asistentes a la comida.

En “un momento fascinante” de adaptación a los desafíos actuales, el rey se mostró convencido de que el español es un idioma con potencial para integrar cambios ante los nuevos ámbitos, en particular, el digital, el tecnológico y el de la inteligencia artificial.

También apuntó la necesidad de garantizar la claridad y la accesibilidad de la lengua para todos los ciudadanos.

“El imparable crecimiento numérico del español, con ya casi 600 millones de hablantes en todo el mundo, va unido a una diversificación de sus expresiones que lo fortalecen y enriquecen”, incidió.

Como ya hizo el día anterior, martes, tras entregar el premio Cervantes a Luis Mateo Díez, Felipe VI elogió al escritor leonés por su “singularidad y una potencia creadora excepcionales”, además de por abrir nuevos derroteros literarios y “movilizar conciencias por su profunda reflexión en torno al ser humano”.

“Brindemos con alegría por el futuro de nuestra lengua, por Luis Mateo Díez y por la continuidad de los ideales cervantinos”, remató su intervención el monarca antes del comienzo de la comida.