Pedradas de mediocridad
- 05/07/2025 00:00
Algunos caminan kilómetros para enseñar, otros ignoran el conocimiento al alcance de un clic. En este contraste se revela la verdadera crisis educativa del país: una falta de conciencia y responsabilidad compartida Quiero comenzar mi artículo con la icónica frase del científico estadounidense Issac Asimov: “La violencia es el último refugio del incompetente”. Una frase contundente que explica en pocas palabras que, cuando alguien es inepto, la violencia es su manera de intentar solucionar problemas a la desesperada usanza de lastimar al prójimo.
Desde ya quiero aclarar que la violencia no solo tiene que ser física, puede psicológica, verbal, no verbal, coercitiva hacia los deseos y necesidades de alguien que quiere aprender y superarse; es más, la violencia siempre tendrá muchas máscaras vestidas de cordura, de consignas vacías de carácter o razón lógica y de pensamientos cargados de terquedad.
Sin bien es cierto que existen algunos docentes a los cuales urge hacerles un examen para ver si aprueban tanto en lo profesional como en lo personal, gracias a Dios tenemos muchos docentes, los cuales aplaudo de pie, que, pese a que su salario es casi invisible, dan más de sí como profesionales o como personas y son todo un ejemplo a imitar. ¡MIL GRACIAS por ellos!
Algunos caminan largos trechos sin pavimento, navegan en lanchas a mar abierto, a caballo o a pie, y lo hacen con una sonrisa inspiradora porque saben que sus conocimientos impactarán positivamente la vida de otro ser humano.
También veámoslo desde la otra perspectiva: no se imaginan lo doloroso y frustrante que es, como docente, ver a jóvenes con talento y recursos desperdiciando la oportunidad de estar en una universidad o escuela y no sacarle el jugo al saber. Jóvenes sin alma, sin pasión, sin un plan o visión. Lo peor es que algunos profesores los pasan de año, dejándole el problema a otros docentes, instituciones educativas o al sector privado.
También conozco a estudiantes de vida, cuyos recursos no dan tan siquiera para un curso, y viven con ansias de aprender. Tal es el caso del conserje de mi edificio, el privilegio de recibir una buena educación no llegó a sus manos, pero todo libro o revista que caiga en ellas es devorada con pasión, y con él se puede hablar de cualquier tema gracias a la lectura.
En este siglo, si la ignorancia existe en la vida de algunos, sean docentes o estudiantes, es porque así lo decidieron, ya que la tecnología y los medios de esta era han facilitado el aprendizaje, más aún cuando se vive de inestabilidad en inestabilidad, cuando se trata de impartir clases en un aula, la tecnología es un recurso más que necesario.
Un dispositivo móvil, sea smartphone o tableta, es el medio perfecto para que a diario entre a páginas como RAE, National Geographic, Wikipedia, etc., para aprender lo que quiera. Pero algunos sólo usan estos medios para chatear bochinches, buscar el wichi del momento, ver pornografía, para crear más conflictos, pero, para aprender.... ¡naaada!
La violencia abordada en las calles por parte de algunos sectores profesionales es una espiral que nunca termina, pero la paz, cuando se desea buscar, es un círculo que siempre empieza de nuevo.
Que triste es cuando algunos, por egos inflados, testarudez y cerrazón de mente, hacen que toda una generación pierda a cántaros oportunidades de aprender, crecer, ser competitivos, aptos y capaces para enfrentar un futuro que cada vez más le encanta tragarse vivos a los mediocres o mal preparados, porque hoy, la excelencia no es un lujo, es una necesidad.
Ahora veámoslo otra vez desde el otro lado, el que un estudiante culpe a un maestro por el resultado desastroso de sus notas y su mediocridad latente, el poco compromiso a su única responsabilidad que es estudiar es la prueba más clara de la mentalidad limitada y poca visión de futuro que domina la vida de este o cualquier alumno.
Albert Einstein dijo: “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”. Si a esto le sumamos las sabias palabras de Confucio: “Donde hay educación no hay distinción de clases”, queda claro que aprender es la forma más inteligente de vivir.
Este párrafo se lo dedico a los docentes: ¡¡No limites como docente el potencial creativo de quien puede ser tu próximo maestro!! Y, si no le parece esto, entonces, le dejo una frase a Austin Kleon de su libro Roba como un artista, y esto se lo dedico a todos... “Finjan hasta lograrlo”.
País que no invierte en educación ¡no invierte en su futuro! Dejemos de poner excusas mediocres y veamos la raíz de nuestro propio sistema educativo y cómo mejorarlo. Si bien Panamá ha logrado ser el Hub de las Américas, tener un Canal ampliado y ser una zona atractiva para negocios, con todo y su deficiencia educativa, imagine dónde estaríamos si copiáramos los mejores modelos educativos del mundo. No habría nadie en el continente que compitiera con un país realmente poderoso.
Porque le cuento, hay poderes que no solo son económicos, también lo son en la rama de la educación y el saber. Qué tremendo sería que Panamá recuperara con gloria su título “la Tacita de Oro” que en algún momento de la historia ostentó con muchísimo orgullo. Porque de que se puede, se puede, solo se necesita voluntad y apertura de mente para hacerlo.
Cierro con la frase de este gran filósofo griego Epicteto de Frigia: “Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado”.
Quiero comenzar mi artículo con la icónica frase del científico estadounidense Issac Asimov: “La violencia es el último refugio del incompetente”. Una frase contundente que explica en pocas palabras que, cuando alguien es inepto, la violencia es su manera de intentar solucionar problemas a la desesperada usanza de lastimar al prójimo.
Desde ya quiero aclarar que la violencia no solo tiene que ser física, puede psicológica, verbal, no verbal, coercitiva hacia los deseos y necesidades de alguien que quiere aprender y superarse; es más, la violencia siempre tendrá muchas máscaras vestidas de cordura, de consignas vacías de carácter o razón lógica y de pensamientos cargados de terquedad.
Sin bien es cierto que existen algunos docentes a los cuales urge hacerles un examen para ver si aprueban tanto en lo profesional como en lo personal, gracias a Dios tenemos muchos docentes, los cuales aplaudo de pie, que, pese a que su salario es casi invisible, dan más de sí como profesionales o como personas y son todo un ejemplo a imitar. ¡MIL GRACIAS por ellos!
Algunos caminan largos trechos sin pavimento, navegan en lanchas a mar abierto, a caballo o a pie, y lo hacen con una sonrisa inspiradora porque saben que sus conocimientos impactarán positivamente la vida de otro ser humano.
También veámoslo desde la otra perspectiva: no se imaginan lo doloroso y frustrante que es, como docente, ver a jóvenes con talento y recursos desperdiciando la oportunidad de estar en una universidad o escuela y no sacarle el jugo al saber. Jóvenes sin alma, sin pasión, sin un plan o visión. Lo peor es que algunos profesores los pasan de año, dejándole el problema a otros docentes, instituciones educativas o al sector privado.
También conozco a estudiantes de vida, cuyos recursos no dan tan siquiera para un curso, y viven con ansias de aprender. Tal es el caso del conserje de mi edificio, el privilegio de recibir una buena educación no llegó a sus manos, pero todo libro o revista que caiga en ellas es devorada con pasión, y con él se puede hablar de cualquier tema gracias a la lectura.
En este siglo, si la ignorancia existe en la vida de algunos, sean docentes o estudiantes, es porque así lo decidieron, ya que la tecnología y los medios de esta era han facilitado el aprendizaje, más aún cuando se vive de inestabilidad en inestabilidad, cuando se trata de impartir clases en un aula, la tecnología es un recurso más que necesario.
Un dispositivo móvil, sea smartphone o tableta, es el medio perfecto para que a diario entre a páginas como RAE, National Geographic, Wikipedia, etc., para aprender lo que quiera. Pero algunos sólo usan estos medios para chatear bochinches, buscar el wichi del momento, ver pornografía, para crear más conflictos, pero, para aprender.... ¡naaada!
La violencia abordada en las calles por parte de algunos sectores profesionales es una espiral que nunca termina, pero la paz, cuando se desea buscar, es un círculo que siempre empieza de nuevo.
Que triste es cuando algunos, por egos inflados, testarudez y cerrazón de mente, hacen que toda una generación pierda a cántaros oportunidades de aprender, crecer, ser competitivos, aptos y capaces para enfrentar un futuro que cada vez más le encanta tragarse vivos a los mediocres o mal preparados, porque hoy, la excelencia no es un lujo, es una necesidad.
Ahora veámoslo otra vez desde el otro lado, el que un estudiante culpe a un maestro por el resultado desastroso de sus notas y su mediocridad latente, el poco compromiso a su única responsabilidad que es estudiar es la prueba más clara de la mentalidad limitada y poca visión de futuro que domina la vida de este o cualquier alumno.
Albert Einstein dijo: “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”. Si a esto le sumamos las sabias palabras de Confucio: “Donde hay educación no hay distinción de clases”, queda claro que aprender es la forma más inteligente de vivir.
Este párrafo se lo dedico a los docentes: ¡¡No limites como docente el potencial creativo de quien puede ser tu próximo maestro!! Y, si no le parece esto, entonces, le dejo una frase a Austin Kleon de su libro Roba como un artista, y esto se lo dedico a todos... “Finjan hasta lograrlo”.
País que no invierte en educación ¡no invierte en su futuro! Dejemos de poner excusas mediocres y veamos la raíz de nuestro propio sistema educativo y cómo mejorarlo. Si bien Panamá ha logrado ser el Hub de las Américas, tener un Canal ampliado y ser una zona atractiva para negocios, con todo y su deficiencia educativa, imagine dónde estaríamos si copiáramos los mejores modelos educativos del mundo. No habría nadie en el continente que compitiera con un país realmente poderoso.
Porque le cuento, hay poderes que no solo son económicos, también lo son en la rama de la educación y el saber. Qué tremendo sería que Panamá recuperara con gloria su título “la Tacita de Oro” que en algún momento de la historia ostentó con muchísimo orgullo. Porque de que se puede, se puede, solo se necesita voluntad y apertura de mente para hacerlo.
Cierro con la frase de este gran filósofo griego Epicteto de Frigia: “Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado”.