¿Perdido en Netflix? La película ‘Un fantasma en la batalla’ es una buena recomendación
- 07/11/2025 09:40
La película española ‘Un fantasma en la batalla’, inspirada en hechos reales, se estrenó en Netflix el pasado 17 de octubre.
¿Qué película ver? Es la pregunta que nos hacemos cada vez que enfrentamos al monstruo de las plataformas de streaming. Si no tenemos claro lo que buscamos, o una buena recomendación de un amigo, la búsqueda puede convertirse en horas de mover el control remoto o el mouse sin rumbo. Peor aún, podemos dejarnos llevar por una buena imagen, un tráiler atractivo o un título llamativo y terminar decepcionados.
Si no quieres caer en ese dilema, te recomiendo la nueva película española del director Agustín Díaz Yanes: Un fantasma en la batalla, que se estrenó fuera de la selección oficial en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, España. Aquí te dejo tres razones por las cuales creo que te va a gustar:
El contexto de la película
La cinta es ideal para los amantes del thriller político y policiaco. Latrama se desarrolla entre las décadas de 1990 y 2000, en el contexto de la lucha del gobierno democrático español contra la banda terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna), cuyo nombre significa ‘País Vasco y Libertad’.
Las fuerzas policiales recurrieron a diferentes métodos para acabar con la organización. La Guardia Civil diseñó un plan para infiltrarse en ETA y entender sus movimientos, así como localizar sus arsenales y recursos logísticos. De hecho, la película culmina con la operación ‘Santuario’, uno de los mayores golpes contra ETA, en la que se descubrieron cinco zulos donde la banda escondía sus municiones. Para muchos, este operativo marcó el inicio del fin de ETA, que finalmente anunció el cese definitivo de su actividad armada en 2011.
El guión
La película fue escrita y dirigida por Agustín Díaz Yanes, un veterano del cine español que ha estado detrás de títulos como Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, galardonada en el Festival de San Sebastián y los Premios Goya, entre otras muchas películas. Un fantasma en la batalla tiene una premisa sencilla pero poderosa. Narra la historia de Amaia (Susana Abaitua), una agente de la Guardia Civil de bajo perfil y vida solitaria, que se infiltra en un comando de ETA con el objetivo de obtener información sobre sus miembros y movimientos.
Es una película de espías, un género que apasiona a Díaz Yanes, como él mismo reconoció durante la presentación del filme en la Universidad de Navarra. Lo interesante es que aquí no vemos a una heroína tipo James Bond o Misión Imposible; Amaia es humana, vulnerable y empática. Siente miedo, duda, y evita recurrir a la violencia. Es una heroína de carne y hueso, y eso hace que el espectador se mantenga pegado a la pantalla durante casi dos horas, preguntándose: ¿lo logrará o no?
El director aclaró que no buscaba hacer una película de guerra, porque lo que se vivió en la lucha contra ETA no fue una guerra. Quiso mostrar que existían otras formas de combatir el terrorismo, a través de la inteligencia y la estrategia, en un país que vivía en democracia y que había vivido los horrores del franquismo. La cinta toca brevemente temas como las torturas en el cuartel de Intxaurrondo, un aspecto que, a mi criterio, pudo haberse desarrollado más.
La edición
“Tuvimos tres películas: una en el guión, otra en el rodaje y otra en el montaje. El cine es dinámico y de eso se trata”, aseguró la productora Belén Atienza, quien junto a Sandra Hermida Muñiz participó en elconversatorio en el Museo de la Universidad de Navarra. También estuvo presente el actor Andrés Gertrúdix.
Uno de los grandes logros de la cinta está en su montaje, a cargo de Bernat Vilaplana. El propio director ha destacado que las escenasmás potentes, así como el uso de imágenes de archivo insertadas enla narrativa, fueron fruto del trabajo creativo del montajista. La decisión de incluir noticieros reales sobre los atentados de ETA fue acertada. Según Atienza, cada fragmento fue elegido para haceravanzar la historia y reforzar su ritmo, un mérito que todo montajista busca alcanzar.
Entre las escenas mejor logradas destacan dos:
Cuando Amaia decide volver a infiltrarse en ETA, donde un juego de manos simboliza el rechazo a la violencia y el asesinato del diputado Miguel Ángel Blanco (julio de 1997).
El clímax final, con un montaje paralelo entre el teniente coronel Castro (Andrés Gertrúdix) tratando de advertir a Amaia mediante una canción en la radio, el descubrimiento de su infiltración, la persecución de ETA, y la operación “Santuario”. Una secuencia que hereda la tensión y el paralelismo teórico del cine ruso, capaz de generar ritmo, desesperación y emoción.
Finalmente ¡no te pierdas en el algoritmo de Netflix!. Si este fin de semana buscas una película con historia, contenido, y emoción, mi recomendación es ‘Un fantasma en la batalla’.