Pinta Panamá, anhelado visitante
- 18/05/2025 00:00
Dieciséis años después de la última Bienal de Arte de Panamá, una nueva ola de entusiasmo artístico se vive con la llegada de Pinta Panamá, una semana dedicada a exaltar las prácticas artísticas locales y generar un diálogo con la escena internacional Desde la última Bienal de Arte de Panamá, en 2008, a cargo de Mónica Kupfer y Walo Araújo, no había visto tanto entusiasmo entre los artistas, curadores y galerías del patio. La causa del alboroto es la celebración, del 21 al 25 de mayo, de Pinta Panamá Art Week, la primera semana del arte en Panamá organizada por Pinta, la feria de arte latinoamericano de proyección internacional que este año nos visita por primera vez. Llega justo tras haberse presentado en Lima y antes de viajar a Asunción y a Miami.
Pinta, cuyo director global es Diego Costa Peuser, gestor argentino que también dirige la conocida revista Arte al Día, cuenta con un experimentado equipo de curadores para este capítulo panameño: la argentina Irene Gelfman como curadora global; el guatemalteco Emiliano Valdés como curador general y quien junto al español Juan Canela, curador jefe del MAC Panamá, organizan la exposición inaugural en la Ciudad de las Artes; y la panameña Mónica Kupfer como la coordinadora de “Foro”, espacio de debates entre curadores y coleccionistas locales e internacionales.
El objetivo de Pinta Panamá es que “los muchos esfuerzos que se hacen para fortalecer la escena artística se compaginen una semana en el año. Que la ciudad sienta un momento de celebración de las prácticas artísticas, respetando las particularidades de cada institución”, nos explica Emiliano Valdés. “Pinta no quiere imponer contenidos ni formas de trabajar, sino que compartamos las posibilidades de estas prácticas en conjunto y darle a la ciudad de Panamá unos días para congregarnos alrededor de exposiciones, hablar de arte, conocer expositores internacionales e incitar a una fiesta en torno al arte. La primera Pinta Panamá –concluye Valdés– se plantea como un piloto para proponer ideas en ediciones posteriores y, especialmente, como una reflexión sobre lo que ocurre en Panamá”.
Pinta comenzó en 2007 en Nueva York, y al poco tiempo viajó a Londres, la principal plataforma del arte contemporáneo en Europa. Allá la visité en compañía de artistas y curadores, en una época en que el arte contemporáneo de nuestra región, salvo contadas excepciones, era desconocido en el viejo continente. En esta entrega, “El Visitante” pasa revista a algunas de las exposiciones que abrirán al público la próxima semana en el marco de Pinta Panamá, ofreciendo propuestas innovadoras en muchos casos.
La ciudad de Ana Elena Garuz Una de las muestras individuales más esperadas se titula “Greetings from Panama” y presenta una nueva serie de la artista panameña Ana Elena Garuz. Curada por Johann Wolfschoon, se inaugura el sábado 24 de mayo en Diablo Rosso. Fundada en 2006, esta galería se ha consolidado como una de más respetadas en la región por sus propuestas curatoriales de gran originalidad y peso contemporáneo. Uno de los temas constantes de Garuz es la ciudad de Panamá, reflejada en sus lienzos, paisajes escondidos, cuadrículas y mapas con formas geométricas sepultadas con rigor y precisión bajo capas de pintura, como las paredes de edificios comerciales, antaño lujosos, de la avenida Central. En esta nueva serie pictórica, que comenzó con un encuentro casual con antiguas postales de Panamá, la artista busca reinventar estos paisajes que una vez fueron icónicos, actualizándolos y rescatando su memoria a la vez. Postales de antaño que miles de turistas estadounidenses que pasaron por la antigua Zona del Canal enviaban o guardaban como recuerdo romántico y exótico de su visita o residencia, ahora se han convertido en portales entre el presente y el pasado, aunque ya libres de nostalgia.
Garuz presenta unas dos docenas de postales intervenidas con papeles pintados con acrílico de colores rotundos, cuyas formas abstractas por momentos evocan ciertas obras de su producción anterior. En otras postales, su aplicación del papel y la pintura se inspira, por ejemplo, en el diseño de telas con motivos gunas que encontró cuando pasaba frente a una sedería popular. En estos collages, la artista sobrepone capas de formas geométricas y de fortuitos encuentros urbanos para crear una nueva realidad pictórica hecha de hallazgos y pigmentos.
Nuevas realidades que Garuz crea, por ejemplo, al cubrir una vieja fotografía de un grupo de hombres y mujeres emberá con una pintura abstracta, como si hubiese diseñado y coloreado sobre celuloide; o al levantar trozos superpuestos de las panameñísimas galletas María (¿una escultura de azúcar y harina?) bajo la mirada de la niña sentada en una banca del que fue uno de los parques más admirados de la ciudad de Colón. Junto a estas complejas y pequeñas obras que nos ofrecen saludos y guiños panameños, la artista también presenta pinturas, dibujos y una nueva escultura con la que promete recobrar este medio con que sorprendió hace unas décadas al mundo del arte local por su uso de materiales inusuales y descabellados.
Migrantes y quimeras La galería Arteconsult, en el barrio bohemio de El Cangrejo presenta desde el 22 de mayo “Universos paralelos”, una colectiva centrada en el tema de la migración y la pertenencia, con la participación de artistas locales e internacionales de distintas generaciones y bajo la curaduría de su directora, Ana Berta Carrizo. Sobre la exposición comenta Carrizo: “Las inquietudes de cada uno reflejan distintas problemáticas y curiosidades, o bien diferentes maneras de existir en el mundo, y en esta exhibición los juntamos a conversar a través de sus obras y presentar un Panamá contemporáneo desde la colección de sus visiones encapsuladas en un mismo espacio.” Los artistas participantes son Maia Alfaro, Ruth Bethancour, Megan Carrera-Raleigh, Milko Delgad, Gabriela Esplá, Hugo González, Walter Hurtado, Esviel Jeffers, Rubel Lozano, Alexandra Rosas, Andrea Santos, Fernando Toledo, Tabo Toral, Arístides Ureña Ramos, Alicia Viteri, Vanessa Orelli y Emily Zhukov.
“Quimeras caribeñas” se titula la muestra individual del conocido artista cubano-pacoreño Esviel Jeffers. que inaugura el 21 de mayo en Fiera, nueva galería dedicada a impulsar artistas emergentes y de mediana carrera, bajo la dirección de Gabriel Kardonski. Curada por Jonathan Harker, artista panameño reconocido internacionalmente, “Quimeras caribeñas” presenta dibujos, bocetos y croquis que muestran el proceso de creación de una nueva escultura de Jeffers: otra de sus imaginarias máquinas de transporte y escape a la vez. Mitad voladora, mitad terrestre, esta obra se llama “La esperanza me suena a comparsa”. Después de 18 años –la última vez que el artista pudo construir una de sus ingeniosas concepciones escultóricas– pronto tendremos el privilegio de ver materializarse su más reciente quimera.
La Lecuona” hace referencia a la música y composición de Ernesto Lecuona, un reconocido compositor cubano, y su obra más famosa, “La Comparsa”. Lecuona es un nombre muy conocido en la música cubana y a nivel internacional por sus composiciones, incluyendo “La Comparsa”, que evoca el carnaval de La Habana.
La escultura, hecha en hierro, representa una guagua, o autobús cubano, como el titán Atlas, carga, no el cielo, pero sí un gigantesco avión. En vez de llantas, a la guagua le han crecido numerosas piernas listas para un escape desesperado, pero sin salida, de la isla. Nos dice Esviel Jeffers que este guaguavión podría haberse llamado La Lecuona, en referencia al gran músico cubano Ernesto Lecuona (1875-1963), cuya pieza más conocida es “La comparsa”. Y es que la idea para la movilidad del autobús surge de las congas cubanas que el artista veía desfilar de niño, extasiado, en los hombros de su tío, sorteando una multitud de escultóricas piernas en constante y rítmico movimiento.
Lo que sueña la Ciudad de las Artes “lo que sueña toda la vida” se llama la exposición, curada por Canela y Valdés,
que inaugurará Pinta Panamá en la Ciudad de las Artes el próximo miércoles a las 6pm.
Nos cuenta Canela que en esta colectiva de apertura se busca entrelazar todas las obras temática y formalmente de alguna manera. Por ejemplo, la danza del grupo de jóvenes bailarines del barrio de Santa Ana, que forman parte del programa Enlaces, de la fundación Espacio Creativo, llamada “La vida” y dirigida por José Leonardo Amaya y Analida Galindo, se relaciona con la poética instalación sonora titulada “El espacio que nos dieron”, de Jonathan Harker y Felipe González en La Galería, la grandiosa nave de la Ciudad de las Artes, con la colaboración de los músicos Carlos Urriola e Inaki Iriben. Para esta obra se registraron los sonidos emitidos por la música y los cuerpos en movimiento de “La vida”.
Libertad Rojo presenta “Protocolos poéticos para caminar”, una acción que propone recorridos personales autogestionados en el Parque Natural Metropolitano, que colinda con la Ciudad de las artes, como una extensión imaginaria de sus espacios y, a la vez, de los nuestros, como habitantes de esta urbe. Humberto Vélez, conocido por sus acciones colaborativas con grupos y comunidades, presentará “Ciudadanos”, performance dedicada a los estudiantes y profesores de la Ciudad de las Artes, tomándose las escalinatas de la entrada combinando la participación de las escuelas nacionales de música, danza, teatro y artes plásticas y con el apoyo de Arístides Burgos, Eiby Marimed Sanchez y Elda Sanson, para hablar sobre las aspiraciones y sueños de esos artistas comprometidos con el arte y ahora, más que nunca, con los valores ciudadanos.
“Las obras dialogan” –nos dice Canela– “inciden, reflexionan o cuestionan de forma poética y de formas distintas, desde distintas prácticas y formatos, el contexto de la Ciudad de las Artes y sus alrededores. Pinta Panamá es una respuesta de los artistas a lo que hoy significa habitar en este país desde propuestas con fuerza poética y performática”.
El autor es cineasta, artista visual y educador.
Panamá acoge esta semana la primera edición de Pinta Panamá Art Week, un encuentro que activa la escena del arte contemporáneo en el país.Datos Último evento similar: la Bienal de Arte de Panamá en 2008, organizada por Mónica Kupfer y Walo Araújo.
Desde la última Bienal de Arte de Panamá, en 2008, a cargo de Mónica Kupfer y Walo Araújo, no había visto tanto entusiasmo entre los artistas, curadores y galerías del patio. La causa del alboroto es la celebración, del 21 al 25 de mayo, de Pinta Panamá Art Week, la primera semana del arte en Panamá organizada por Pinta, la feria de arte latinoamericano de proyección internacional que este año nos visita por primera vez. Llega justo tras haberse presentado en Lima y antes de viajar a Asunción y a Miami.
Pinta, cuyo director global es Diego Costa Peuser, gestor argentino que también dirige la conocida revista Arte al Día, cuenta con un experimentado equipo de curadores para este capítulo panameño: la argentina Irene Gelfman como curadora global; el guatemalteco Emiliano Valdés como curador general y quien junto al español Juan Canela, curador jefe del MAC Panamá, organizan la exposición inaugural en la Ciudad de las Artes; y la panameña Mónica Kupfer como la coordinadora de “Foro”, espacio de debates entre curadores y coleccionistas locales e internacionales.
El objetivo de Pinta Panamá es que “los muchos esfuerzos que se hacen para fortalecer la escena artística se compaginen una semana en el año. Que la ciudad sienta un momento de celebración de las prácticas artísticas, respetando las particularidades de cada institución”, nos explica Emiliano Valdés. “Pinta no quiere imponer contenidos ni formas de trabajar, sino que compartamos las posibilidades de estas prácticas en conjunto y darle a la ciudad de Panamá unos días para congregarnos alrededor de exposiciones, hablar de arte, conocer expositores internacionales e incitar a una fiesta en torno al arte. La primera Pinta Panamá –concluye Valdés– se plantea como un piloto para proponer ideas en ediciones posteriores y, especialmente, como una reflexión sobre lo que ocurre en Panamá”.
Pinta comenzó en 2007 en Nueva York, y al poco tiempo viajó a Londres, la principal plataforma del arte contemporáneo en Europa. Allá la visité en compañía de artistas y curadores, en una época en que el arte contemporáneo de nuestra región, salvo contadas excepciones, era desconocido en el viejo continente. En esta entrega, “El Visitante” pasa revista a algunas de las exposiciones que abrirán al público la próxima semana en el marco de Pinta Panamá, ofreciendo propuestas innovadoras en muchos casos.
Una de las muestras individuales más esperadas se titula “Greetings from Panama” y presenta una nueva serie de la artista panameña Ana Elena Garuz. Curada por Johann Wolfschoon, se inaugura el sábado 24 de mayo en Diablo Rosso. Fundada en 2006, esta galería se ha consolidado como una de más respetadas en la región por sus propuestas curatoriales de gran originalidad y peso contemporáneo. Uno de los temas constantes de Garuz es la ciudad de Panamá, reflejada en sus lienzos, paisajes escondidos, cuadrículas y mapas con formas geométricas sepultadas con rigor y precisión bajo capas de pintura, como las paredes de edificios comerciales, antaño lujosos, de la avenida Central. En esta nueva serie pictórica, que comenzó con un encuentro casual con antiguas postales de Panamá, la artista busca reinventar estos paisajes que una vez fueron icónicos, actualizándolos y rescatando su memoria a la vez. Postales de antaño que miles de turistas estadounidenses que pasaron por la antigua Zona del Canal enviaban o guardaban como recuerdo romántico y exótico de su visita o residencia, ahora se han convertido en portales entre el presente y el pasado, aunque ya libres de nostalgia.
Garuz presenta unas dos docenas de postales intervenidas con papeles pintados con acrílico de colores rotundos, cuyas formas abstractas por momentos evocan ciertas obras de su producción anterior. En otras postales, su aplicación del papel y la pintura se inspira, por ejemplo, en el diseño de telas con motivos gunas que encontró cuando pasaba frente a una sedería popular. En estos collages, la artista sobrepone capas de formas geométricas y de fortuitos encuentros urbanos para crear una nueva realidad pictórica hecha de hallazgos y pigmentos.
Nuevas realidades que Garuz crea, por ejemplo, al cubrir una vieja fotografía de un grupo de hombres y mujeres emberá con una pintura abstracta, como si hubiese diseñado y coloreado sobre celuloide; o al levantar trozos superpuestos de las panameñísimas galletas María (¿una escultura de azúcar y harina?) bajo la mirada de la niña sentada en una banca del que fue uno de los parques más admirados de la ciudad de Colón. Junto a estas complejas y pequeñas obras que nos ofrecen saludos y guiños panameños, la artista también presenta pinturas, dibujos y una nueva escultura con la que promete recobrar este medio con que sorprendió hace unas décadas al mundo del arte local por su uso de materiales inusuales y descabellados.
La galería Arteconsult, en el barrio bohemio de El Cangrejo presenta desde el 22 de mayo “Universos paralelos”, una colectiva centrada en el tema de la migración y la pertenencia, con la participación de artistas locales e internacionales de distintas generaciones y bajo la curaduría de su directora, Ana Berta Carrizo. Sobre la exposición comenta Carrizo: “Las inquietudes de cada uno reflejan distintas problemáticas y curiosidades, o bien diferentes maneras de existir en el mundo, y en esta exhibición los juntamos a conversar a través de sus obras y presentar un Panamá contemporáneo desde la colección de sus visiones encapsuladas en un mismo espacio.” Los artistas participantes son Maia Alfaro, Ruth Bethancour, Megan Carrera-Raleigh, Milko Delgad, Gabriela Esplá, Hugo González, Walter Hurtado, Esviel Jeffers, Rubel Lozano, Alexandra Rosas, Andrea Santos, Fernando Toledo, Tabo Toral, Arístides Ureña Ramos, Alicia Viteri, Vanessa Orelli y Emily Zhukov.
“Quimeras caribeñas” se titula la muestra individual del conocido artista cubano-pacoreño Esviel Jeffers. que inaugura el 21 de mayo en Fiera, nueva galería dedicada a impulsar artistas emergentes y de mediana carrera, bajo la dirección de Gabriel Kardonski. Curada por Jonathan Harker, artista panameño reconocido internacionalmente, “Quimeras caribeñas” presenta dibujos, bocetos y croquis que muestran el proceso de creación de una nueva escultura de Jeffers: otra de sus imaginarias máquinas de transporte y escape a la vez. Mitad voladora, mitad terrestre, esta obra se llama “La esperanza me suena a comparsa”. Después de 18 años –la última vez que el artista pudo construir una de sus ingeniosas concepciones escultóricas– pronto tendremos el privilegio de ver materializarse su más reciente quimera.
La Lecuona” hace referencia a la música y composición de Ernesto Lecuona, un reconocido compositor cubano, y su obra más famosa, “La Comparsa”. Lecuona es un nombre muy conocido en la música cubana y a nivel internacional por sus composiciones, incluyendo “La Comparsa”, que evoca el carnaval de La Habana.
La escultura, hecha en hierro, representa una guagua, o autobús cubano, como el titán Atlas, carga, no el cielo, pero sí un gigantesco avión. En vez de llantas, a la guagua le han crecido numerosas piernas listas para un escape desesperado, pero sin salida, de la isla. Nos dice Esviel Jeffers que este guaguavión podría haberse llamado La Lecuona, en referencia al gran músico cubano Ernesto Lecuona (1875-1963), cuya pieza más conocida es “La comparsa”. Y es que la idea para la movilidad del autobús surge de las congas cubanas que el artista veía desfilar de niño, extasiado, en los hombros de su tío, sorteando una multitud de escultóricas piernas en constante y rítmico movimiento.
“lo que sueña toda la vida” se llama la exposición, curada por Canela y Valdés,
que inaugurará Pinta Panamá en la Ciudad de las Artes el próximo miércoles a las 6pm.
Nos cuenta Canela que en esta colectiva de apertura se busca entrelazar todas las obras temática y formalmente de alguna manera. Por ejemplo, la danza del grupo de jóvenes bailarines del barrio de Santa Ana, que forman parte del programa Enlaces, de la fundación Espacio Creativo, llamada “La vida” y dirigida por José Leonardo Amaya y Analida Galindo, se relaciona con la poética instalación sonora titulada “El espacio que nos dieron”, de Jonathan Harker y Felipe González en La Galería, la grandiosa nave de la Ciudad de las Artes, con la colaboración de los músicos Carlos Urriola e Inaki Iriben. Para esta obra se registraron los sonidos emitidos por la música y los cuerpos en movimiento de “La vida”.
Libertad Rojo presenta “Protocolos poéticos para caminar”, una acción que propone recorridos personales autogestionados en el Parque Natural Metropolitano, que colinda con la Ciudad de las artes, como una extensión imaginaria de sus espacios y, a la vez, de los nuestros, como habitantes de esta urbe. Humberto Vélez, conocido por sus acciones colaborativas con grupos y comunidades, presentará “Ciudadanos”, performance dedicada a los estudiantes y profesores de la Ciudad de las Artes, tomándose las escalinatas de la entrada combinando la participación de las escuelas nacionales de música, danza, teatro y artes plásticas y con el apoyo de Arístides Burgos, Eiby Marimed Sanchez y Elda Sanson, para hablar sobre las aspiraciones y sueños de esos artistas comprometidos con el arte y ahora, más que nunca, con los valores ciudadanos.
“Las obras dialogan” –nos dice Canela– “inciden, reflexionan o cuestionan de forma poética y de formas distintas, desde distintas prácticas y formatos, el contexto de la Ciudad de las Artes y sus alrededores. Pinta Panamá es una respuesta de los artistas a lo que hoy significa habitar en este país desde propuestas con fuerza poética y performática”.
El autor es cineasta, artista visual y educador.