¿Quiénes son los otros Premios Nobel de América Latina?

Rigoberta Menchú, Óscar Arias, Juan Manuel Santos y Adolfo Pérez Esquivel, entre los premios Nobel Latinoamericanos.
María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025.
  • 10/12/2025 00:00

La líder opositora venezolana María Corina Machado se convertirá este 10 de diciembre en la séptima personalidad latinoamericana en recibir el Premio Nobel de la Paz, sumándose a figuras históricas como Carlos Saavedra Lamas, Adolfo Pérez Esquivel, Alfonso García Robles, Óscar Arias, Rigoberta Menchú y Juan Manuel Santos

La líder política venezolana María Corina Machado se convertirá este miércoles 10 de diciembre en la séptima personalidad latinoamericana en recibir el Premio Nobel de la Paz, por su lucha en favor de la democracia de su país. De esta forma, se unirá a la lista de seis figuras que ya recibieron el Nobel de la Paz: Carlos Saavedra Lamas (1936), Adolfo Pérez Esquivel (1980), Alfonso García Robles (1982), Óscar Arias (1987), Rigoberta Menchú (1992) y Juan Manuel Santos (2016).

Al recibir el Premio, todos ellos ganaron aún más notoriedad en relación a sus causas y su trayectoria, ya sea en el ámbito político, social o humanitario. Unos galardones que el químico sueco Alfred Nobel creó con el fin de no solo resarcir su culpa por haber inventado la dinamita – uno de los elementos que se usan para librar la guerra – sino para reconocer a aquellas personalidades que contribuyeron grandemente al desarrollo de la paz y la democracia.

Este año, se prevé que la ceremonia de entrega del Premio Nobel se efectúe en Oslo (Noruega) a la 1:00 pm. Al cierre de esta edición, no se sabe con certeza si la misma Machado estará presente en dicho acto.

Las personalidades

La primera personalidad latinoamericana en ganar el Premio Nobel de la Paz fue el diplomático argentino Carlos Saavedra Lamas (1936), señalado como el principal articulador del acuerdo de paz que puso fin al conflicto más sangriento que vivió Suramérica durante el siglo XX: la conocida como Guerra del Chaco, que costó la vida a 90,000 personas. Un conflicto que enfrentó a Bolivia y Paraguay por el control de la región del Chaco Boreal, conocida por sus reservas de petróleo.

En su rol como canciller de Argentina, Saavedra Lamas impulsó una mediación multilateral entre Bolivia y Paraguay al tiempo que logró el apoyo de varios países sudamericanos para lograr la paz. Para ello, organizó una mesa de negociación en Buenos Aires (Argentina) y promovió acuerdos basados en los principios básicos del derecho internacional y la no intervención. Gracias a esa intensa labor diplomática, se logró establecer un alto el fuego en el año 1935, y posteriormente se dio la posibilidad de negociaciones entre ambos países que finalmente conducirían a la paz definitiva, en el año 1938.

Otro punto a favor que recibió Saavedra Lamas para ganarse el Nobel de la Paz fue su impulso por las relaciones internacionales basadas en el respeto y el entendimiento mutuo con su ‘Pacto Antibélico’, un acuerdo firmado por más de 20 países, y que establecía principios revolucionarios para la época como la condena de la guerra como método para la resolución de conflictos, la promoción del arbitraje internacional para la solución de las controversias, y el rechazo de la conquista territorial por la fuerza. Un pacto que sirvió de antecedente para organismos como la Organización de las Naciones Unidas y que significó el establecimiento en papel del antecedente moderno de la resolución pacífica de las controversias.

En el año 1980, el Nobel recayó en manos de otro argentino: el activista por los derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, quien se ha caracterizado por su resistencia pacífica a la violencia ejercida a manos del Estado durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

Con una trayectoria vinculada a la arquitectura y las artes plásticas, Pérez Esquivel se desempeñó como docente en las escuelas secundarias y en las universidades. Su concepción del arte se resume en que no debía reducirse a un simple concepto estético, sino también una herramienta de transformación social. Tres corrientes que influyeron fuertemente en su pensamiento son: el humanismo cristiano, la Doctrina Social de la Iglesia, y las ideas de la no violencia manifestadas tanto por Mahatma Gandhi como Martin Luther King.

Hoy en día, la palabra de Pérez Esquivel es consultada para analizar el devenir político y social de Argentina.

En el año 1982, otro diplomático se mereció el Nobel de la Paz. En este caso fue el mexicano Alfonso García Robles, por su trabajo a favor del desarme nuclear y el impulso del Tratado de Tlatelolco. En pleno contexto de la Guerra Fría, en el que tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos se amenazaban mutuamente con armas nucleares, García Robles consideró: “no bastaba con evitar el uso de armas nucleares: había que impedir que siguieran expandiéndose”.

Allí se da el germen del texto que se convertiría en más tarde como el Tratado de Tlatelolco, suscrito en 1967 para evitar una crisis similar a la de los misiles de Cuba en 1962. En dicho tratado se establece que ningún país firmante podía fabricar, adquirir, probar o almacenar armas nucleares. Además, se creaba un sistema de verificación internacional para el cumplimiento del tratado y se prohibía el uso militar de la energía nuclear. Este fue un acuerdo que sentó las bases de la desnuclearización, y que sirvió de base para África, Asia Central y el Pacífico Sur.

Otra personalidad que usó el instrumento diplomático para poner fin a la guerra fue el expresidente costarricense Óscar Arias, quien se ganó el Nobel de la Paz en 1987. Su papel fue decisivo en los conocidos como Acuerdos de Esquipulas, que abrieron el camino a la pacificación de países como El Salvador, Guatemala y Nicaragua, tras años de conflicto armado que asolaron a la región centroamericana y que dejaron más de 300,000 muertos.

“La paz no es un regalo de Dios; es un logro de los hombres”, fue la frase que pronunció en Oslo en la ceremonia de entrega de su premio.

Del campo de la política, la premiación del Nobel va al activismo social que logra despertar conciencias. Es en el año 1992, que la líder indígena maya quiché alzó su voz contra el conflicto armado en Guatemala, que también se cobró las vidas de las pueblos indígenas. La persecución contra su familia, el exilio forzado y una lucha inclaudicable por la justicia, la memoria histórica y la dignidad de los pueblos indígenas le merecieron el galardón.

Entre otras circunstancias, el Comité del Premio Nobel decidió otorgarle el premio en 1992, cuando se cumplían 500 años de la llegada de los europeos a América. Un episodio históricos que a día de hoy sigue siendo motivo de discusión. “Este Nobel no es solo para mí. Es para todos los pueblos indígenas de América”, destacó en su discurso de entrega.

En 2016, el presidente colombiano Juan Manuel Santos recibió el Nobel al ser conocido como el mandatario que decidió poner fin con al conflicto con la guerrilla más antigua de América: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mediante el diálogo.

El acuerdo de paz, suscrito tras más de cinco años de negociación, supuso que 13,000 combatientes dejaran las armas así como la creación de un tribunal de justicia transicional conocido como la Jurisdicción Especial para la Paz, creado para sancionar los crímenes cometidos en el marco del conflicto armado. Si bien las FARC están disueltas, en Colombia no se termina de cerrar la etapa del posconflicto.

Óscar Arias
Premio Nobel de la Paz 1987
La paz no es un regalo de Dios; es un logro de los hombres.”