El ‘lado B’ de la invasión cobra vida en el teatro
- 27/10/2025 00:00
La obra ‘Luna Escarlata’, escrita por Edgar Soberón Torchía, se centra en otra cara de la invasión, la vivida por familiares y amigos que vivieron sus experiencias personales con este evento que marcó la historia contemporánea del país
A pesar de que han pasado más de tres décadas, los efectos y las consecuencias de la invasión estadounidense de 1989 todavía perduran en la sociedad panameña. La obra de teatro Luna Escarlata se sumerge en los días previos a la invasión desde la perspectiva personal de cada uno de sus personajes.
El elenco —integrado por Miroslava Morales, Larry Díaz, Diego Duque, Joana Girón, Eddie Agrazal, Ramiro Cárdenas, Diego Reyna, Lismareth Ortega, Thiago Díaz, Abigail Ester y Andrés Rodríguez Icaza— dio vida a una historia que se presentó tanto en Colón (Centro de Arte y Cultura) como en el área metropolitana de Panamá (Teatro La Estación) hasta el pasado 26 de octubre, cuando bajó el telón.
La idea fue concebida inicialmente, de manera no premeditada, por el dramaturgo Edgar Soberón Torchía. Aunque el texto original estaba pensado como un guion cinematográfico, la narrativa evolucionó hacia una obra teatral: un diálogo que fue tomando forma entre 2013 y 2014, impulsado por la necesidad de contar este episodio de la historia contemporánea panameña desde otra perspectiva.
La trama se centra en las vidas de cuatro adolescentes y sus familias, quienes están a punto de graduarse en diciembre de ese año, a tres días de la invasión. Uno de ellos debe encontrar un saco para asistir al baile de graduación, y a partir de ese hecho se desencadena una serie de sucesos y aventuras entre Río Abajo y Parque Lefevre.
Con una escenografía minimalista y una banda sonora que transporta al espectador a aquella época de incertidumbre, Soberón pudo palpar en primera persona la reacción del público.
“Yo diría que la reacción de la gente es casi delirante cuando aplauden. Algunos salen contentos y, por otro lado, ha habido quienes lloran al ver la obra. Hubo personas que vivieron la invasión y me contaron sus experiencias entre lágrimas. Con esto pude calibrar la variedad de impresiones que generó la obra”, explicó el dramaturgo.
A Soberón Torchía le llamó la atención que buena parte del público asistente era joven. Muchos no vivieron la invasión como lo hicieron sus padres o abuelos.
“La obra tuvo una gran aceptación entre los jóvenes. Creo que esto tiene mucho que ver con que no les han contado sobre la invasión desde otro punto de vista. Si bien esta obra no tiene un cariz político, busca alejarse de la historia oficial. La invasión es solo el trasfondo; la historia se centra en las vivencias de las familias y los amigos que la padecieron”, comentó.
El auditorio del Centro de Arte y Cultura de Colón fue el primer escenario donde se presentó Luna Escarlata en 2025. Para el dramaturgo, fue una gran experiencia, pues le permitió estrechar lazos con la provincia de Colón, relación que mantiene desde hace 50 años.
Soberón Torchía valoró la recepción —positiva, a su juicio— del público colonense, al ver cómo reían a carcajadas durante las escenas más cómicas.
“Yo iba mucho a lugares como Portobelo e Isla Grande. Además, he mantenido muchos contactos con el pueblo colonense. Tengo una conexión muy fuerte con Colón, con su cultura y su público. Diría que el público colonense es muy alegre, e incluso afirmaría que la gente del interior del país es más agradecida y atenta con la cultura y el espectáculo.En cambio, la ciudad de Panamá, como ocurre con las capitales del resto del mundo, tiende a ser un poco desconfiada y estirada. Ven la obra con el doble rol de juez y espectador: juzgan lo que ven y luego deciden si vale la pena o no. Por eso digo que la gente del interior es más receptiva; no tiene las barreras que suelen tener los públicos urbanos. No sé si estoy en lo correcto, pero esa es la impresión que tengo”, reflexionó.
En todo caso, consideró que Luna Escarlata tuvo una recepción igualmente satisfactoria tanto en Colón como en el área metropolitana de Panamá.
El dramaturgo aseguró a La Estrella de Panamá que la invasión es un evento de la historia nacional que debe abordarse en profundidad, ya que dio forma al escenario político y social que se vive en la actualidad.
“El Estado panameño es consecuencia de la invasión. Esta no ha sido analizada a fondo, pero sus efectos están ahí. Cuando había anarquía en las calles, quienes mandaban eran los gringos. Por ejemplo, los saqueos y la impunidad con la que se cometieron revelan un efecto psicológico tan profundo que hoy seguimos viviendo las secuelas en la maleantería y la corrupción”, expresó.
En este sentido, cuestionó a quienes consideran a la invasión como una ‘liberación’.
“Aquellos que llaman aquello una liberación son gente mal educada, que no tiene formación”, señaló Soberón, aludiendo a la división de opiniones que aún genera la invasión.
Para Soberón Torchía, la cultura es sinónimo de libertad, y lamenta que la sociedad la siga viendo como un aspecto secundario.
“El arte en sí es liberador; es el arte del espíritu. El pueblo panameño está artísticamente famélico porque no consume arte. O bien es muy caro, o no conecta con la realidad cultural que vivimos. La cultura es fundamental para reafirmarnos como pueblo”, concluyó.